Sábado, 20 de octubre de 2007 | Hoy
LOS COMICS AUTOBIOGRAFICOS QUE SON SENSACION EN INTERNET
Una muestra en el Centro Cultural Recoleta reúne los mejores trabajos de veinte artistas latinoamericanos que suelen publicar en un exitoso blog de la web.
“Mañana es miércoles y ni siquiera sé qué hacer para el blog”, se alarma en la primera viñeta Mr. Exes, personaje de El gabinete del Doctor Exes. Dibujante y protagonista de una tira semanal on line, Mr. Exes es parte del proyecto Historietas reales, un blog de comics (http://historietasreales.blogspot.com) que reúne a una veintena de artistas latinoamericanos bajo la consigna de hacer historias autobiográficas. El grupo comenzó sus andanzas durante los últimos meses de 2005 y, tras un extraño y meteórico trayecto, tiene un tomo recopilatorio editado. Desde el viernes pasado, además, presenta una selección de sus tiras en el Espacio Historieta del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930). La idea surgió de Federico Reggiani y Fran López, guionista y dibujante respectivamente de la historieta Autobiógrafo. Ellos, como varios de los que luego se sumaron al proyecto, ya venían haciendo historieta on line de corte intimista y decidieron extender el proyecto a sus colegas. López cuenta que tenían “demasiados amigos historietistas (asegura que hay un límite de a cuántos amigos comiqueros conviene tener). “Esa situación ‘poco sana’ –sigue– nos llevó a hacer esto con mucha gente”.
Como otras experiencias, Historietas reales creció a partir del boca en boca, y luego con el impulso de algunas menciones en medios y de otros artistas de la viñeta ya consagrados. Max Aguirre, parte del grupo y pluma responsable de Los resortes simbólicos, comenta que, por ejemplo, Liniers los recomendó en una conferencia cuando confesó que la idea de montar su propio sitio autobiográfico se inspiró en esta propuesta. Así, de tener una quincena de visitas diarias, el público creció hasta un promedio de 1500, con picos de 5000 el 19 de julio, día en que falleció Roberto Fontanarrosa. Con una actitud hacia el trabajo tan heterogénea como las mismas historietas que publican, los artistas consultados por Página/12 toman con naturalidad el recorrido que hicieron desde el blog a la muestra. Varios de ellos se dedican al comic desde hace muchos años y han publicado sus trabajos en la Argentina y en el extranjero, o se dedican a la ilustración. En cierto modo, Historietas reales surgía como una forma de despejarse del trabajo cotidiano.
“Nos vino a resolver un montón de problemas: es más un grupo de autoayuda que otra cosa”, dice en broma, o en serio, López. “Te da una gimnasia que de otra manera no tendrías”, señala Angel Mosquito, responsable de la tira El granjero de Jesú. “Hay una obligación de publicar tal día que uno trata de respetar”, explica. “Pero la verdad es que me acostumbré –dice Mosquito–, va llegando el miércoles y pienso qué me pasó en la semana para ver qué puedo contar y es un proceso interesante el de hacer una retrospectiva de qué me pasó”. Para reflejar su origen on line, la exposición en el Recoleta incluirá una selección de los mejores comentarios que los visitantes al sitio dejaron a lo largo de su historia. “Nos impusieron un ritmo distinto, porque publicás y a los cinco minutos tenés diez comentarios de todo tipo –dice Aguirre–. Y en ocasiones son más interesantes que la misma historieta.” Además, retrasarse en la publicación de un solo post con la tira del día aseguraba reclamos instantáneos, algo que no es ajeno a cualquier blog más o menos exitoso. En este caso, las actualizaciones se hacen una o dos veces al día, dependiendo de a quién toque publicar. Caro Chinaski, que lleva adelante Indecentemente cursi cada viernes, ve como natural el buen momento de la página. “La autobiografía está en boga total y me parece que Internet es ‘el’ medio para mostrar y hacer cosas”, reflexiona. Aunque recuerda con cariño sus comienzos en el fanzine (al que considera “sagrado” y sigue colaborando con ellos cuando se lo piden), reconoce la potencia de Internet para ampliar el público lector de sus trabajos. “Es mucho más fácil para cualquier persona meterse a la página y ver, que conseguir un fanzine”, explica.
En el amplísimo conjunto hay variedad de técnicas (tinta, lápiz, etc.) y estilos de contar sus propias vivencias. Desde el que se desdobla en sí mismo y su conciencia (Yo conmigo, de Fabián Zalazar), pasando por el que cuenta sus dilemas existenciales en San Juan (Rodrigo Terranova en La divina oquedad) hasta los conflictos con el propio oficio (Mis problemas con los comics, del neuquino Andy Iommi). Para romper un poco con la onda autobiográfica, está El asco, que con guiones de Diego Agrimbau y dibujos de Dante Ginevra fue publicado recientemente como novela gráfica en un solo tomo. El asco es una de las varias historias del grupo que ya fueron publicadas por separado, o están en camino de serlo. Pero hasta que lleguen a los kioscos, pueden sacarse el gusto de leerlos en la pantalla o, hasta el 18 de noviembre, visitando la exposición.
Informe: Andrés Valenzuela.
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