“Los investigadores universitarios deberían preguntarle a la gente qué sintieron cuando se dieron cuenta de que estaban leyendo por primera vez”, afirmó ayer el Premio Nobel de Literatura José Saramago durante un encuentro con el ministro de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Daniel Filmus, en el que lanzaron el Premio Vivalectura 2008.

Durante el acto, Saramago dialogó con alumnos de escuelas primarias. A cambio de sus respuestas, el portugués les pidió a los chicos que le contaran cómo habían llegado a la lectura. Los chicos le preguntaron sobre el uso de los signos de puntuación y el autor de Ensayo sobre la ceguera afirmó que “ya que en el hebreo no hay signos de puntuación, eso nos demuestra que no son imprescindibles”. Pero admitió que en nuestro idioma son necesarios para entendernos y los comparó con las señales de tránsito, que son necesarias aunque a veces generen mucha contaminación visual.

Los chicos también le preguntaron si alguna vez durante su adolescencia se había imaginado que sería escritor y cómo había llegado él a la lectura. “Cuando trabajaba con las manos, de cerrajero mecánico, quizás en horarios no muy cómodos, mi única compañía era la lectura y por eso me formé solo, en las bibliotecas”, recordó.

Filmus agradeció “en nombre de todos los chicos argentinos” al octogenario Premio Nobel su presencia en el acto y su apoyo a la promoción de la lectura en nuestro país. “Admiramos la coherencia de toda una vida entre la palabra y la acción”, afirmó, y lo calificó como “un modelo a seguir”.

Saramago llegó al acto en silla de ruedas, por su salud algo debilitada, pero se dio el gusto de bromear al respecto cuando recordó el encuentro que había tenido momentos antes con la presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner. “Jamás se me ocurriría no levantarme ante la presidenta electa –afirmó–, pero la silla me lo permite, al menos me exime un poco del protocolo”. “Puedo decir ‘no me levanté ante Cristina Kirchner’”, rió junto a los presentes.

El autor de Memorial del convento recibió dos homenajes. En primer lugar, de dos alumnas no videntes que le dedicaron una interpretación del tango “Mi Buenos Aires querido”, y en segundo término de parte de las autoridades de la Universidad Católica de Córdoba, que lo declararon visitante ilustre y presentaron un “diccionario saramagiano”, como lo definió la compañera del escritor, Pilar del Río.

En retribución, los visitantes proyectaron La flor más grande del mundo, un corto animado de ocho minutos basado en un cuento homónimo de Saramago. El relato es una fábula sobre el compromiso de los chicos con el medio ambiente y Del Río animó a los presentes a que lean el cuento “para descubrir más claves de esta relación”.

El Premio Vivalectura 2008, a fin de cuentas la excusa para la reunión del escritor con los chicos, sirvió para repasar la campaña nacional de promoción de lectura del Gobierno y los funcionarios presentes destacaron los millones de libros distribuidos en todo el país y en el Mercosur. También agradecieron a la Organización de Estados Iberoamericanos y a Fundación Santillana, que idearon y financian, respectivamente, el premio.

El galardón distinguirá a las mejores experiencias de promoción de lectura de todo el país. A él podrán aspirar los institutos de formación docente, organizaciones de la sociedad civil, universidades y bibliotecas en una categoría, y en otra las escuelas (tanto de gestión pública como privada). Los ganadores de cada rubro se llevarán por sus esfuerzos 20.000 pesos.

Todos los participantes deberán enviar sólo un trabajo vía carta certificada a Leandro N. Alem 720 (Capital Federal, C1001AAP), dirigida a Premio Vivalectura 2008; o desde Internet en la página web www.premiovivalectura.org.ar, donde también se encuentran las bases.

Informe: A.V.