“Las gangrenas políticas no se curan con paliativos”, decía Simón Bolívar. Esta frase fue citada por el presidente Hugo Chávez en el aula magna de la Universidad de La Habana el 14 de diciembre de 1994. En esa ocasión también recordó que en Venezuela, durante veinte años, se esfumaron miles de millones de dólares, dinero que fue a parar a las cuentas en el exterior de casi todos los civiles y militares que se enriquecieron al amparo del poder. En la III edición de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), los libros sobre Chávez están entre los más vendidos. Richard Gott, antiguo corresponsal en América latina y editor de reportajes en The Guardian, confiesa en la introducción de Hugo Chávez y la revolución bolivariana que no pensó que el presidente venezolano se convertiría en una figura tan controvertida. “En Venezuela se está produciendo lentamente una revolución, para sorpresa tanto de los seguidores como de los adversarios de Chávez. Esta no es obra del carismático líder por sí solo, sino el resultado tanto de la insólita combatitividad de las clases bajas venezolanas, como de la ineptitud política de la oposición a su gobierno”, plantea el autor. “Chávez es una figura muy original en Latinoamérica. No es un marxista como Allende ni un populista como Perón. Es un nacionalista radical de izquierdas, más cercano en su concepción internacionalista a Fidel Castro que a ninguna otra figura latinoamericana.”

En el stand que Monte Avila tiene en la Filven, además del libro de Gott, se consigue Chávez, de Samuel Blixen, publicado por la editorial uruguaya Trilce. Una revolución sin libreto, de Medófilo Medina, Margarita López Maya y Luis Lander, editado por la colombiana Aurora, ofrece un racconto del proceso político conducido por Chávez. Los autores rastrean los antecedentes principales que llevaron al líder venezolano al poder y exploran un momento histórico decisivo: el golpe militar de la oposición del 11 de abril de 2002, el paro petrolero que transcurrió entre diciembre del mismo año y febrero de 2003 hasta la reelección de Chávez en diciembre de 2006. En el mismo stand se encuentra El código Chávez (Monte Avila), de Eva Golinger, abogada venezolano-norteamericana, especializada en derechos humanos e inmigración, que demuestra la participación del gobierno de Estados Unidos en el golpe de Estado de 2002. De la misma autora está el más reciente Bush vs. Chávez: la guerra de Washington contra Venezuela, también editado por Monte Avila.

Simón Espejo, de 26 años, es uno de los vendedores de Monte Avila en la feria. Cuenta que todos los libros que hay sobre Chávez se venden “muy bien” porque es una figura que suscita muchas controversias. Espejo recuerda que el director de la escuela San José de Caracas llevó a un grupo de seis niñas del nivel primario al stand porque estaban interesadas en encontrar los libros de poesía y conocer más sobre la vida del presidente venezolano. “Creo que el fenómeno Chávez es como el eslabón de una cadena: un eslabón atrae a otro”, opina. “Chávez ha llegado a los niños, y aunque ellos no entiendan las cosas que hace como presidente, él ha logrado causar una gran impresión, positiva o negativa”, señala. “Mi hija dice ‘¡Viva Chávez!’; a mi hija le hablás en contra de Chávez y se pone a llorar”, confiesa el vendedor de Monte Avila, uno de los stands más visitados por los venezolanos. “Yo no apoyo a Chávez porque no mide sus palabras; dice lo que siente sin pensar en las consecuencias –plantea Espejo–, pero me parece que muchas políticas educativas han sido un gran logro de este gobierno.” Y sin embargo, cuando se le pregunta si votará por el “sí” o por el “no” en la próxima consulta popular, primero responde que el voto es secreto, pero después parece definirse por una de las opciones. “Voy a votar a Chávez, aunque no soy chavista, porque es el único líder que tiene Venezuela.” Sobre la efervescencia que se percibe en las calles de Caracas, Espejo dice que Venezuela es “un país fanático y extremista”.

En el stand Librería Lectura hay ejemplares de Un soldado presidente, de Luis Enrique Yánez Rondón, y Lula y Chávez en el foro de Porto Alegre, editado por Capital Intelectual, con prólogo de Carlos Gabetta. Hasta en el stand de una multinacional como Planeta hay un Chávez a gusto del consumidor: Todo Chávez. De Sabaneta al socialismo del siglo XXI, de Eleazar Díaz Rangel. Con simpatía y amabilidad, Margarita Bello, del stand librería Mundial, explica que por el momento tiene tres libros: 12 de abril de 2002. El ejemplo que Maracay dio, de Oscar Perdomo Marín; Habla el comandante, de Agustín Campos Muñoz; y Un socialismo para el siglo XXI, de Domingo Alberto Rangel. “Chávez habló ayer y dijo que compraran el libro de Rangel”, aclara la vendedora. “En este país, durante 40 años no hubo educación, pero ahora hasta el barrendero estudia y eso me parece un gran avance”, afirma Bello. Gott, que admite que es frecuente que los periodistas se muestren receptivos hacia los encantos de fuertes líderes latinoamericanos, señala que muchos proyectos radicales en Latinoamérica “han quedado colgados como cadáveres al viento”. Pero agrega que los propósitos del comandante Chávez y su revolución bolivariana “merecen mejor suerte”.