El músico argentino Daniel Melingo, que compite por un premio Goya a la mejor canción original, lanzó algunas curiosas frases ante la prensa española. “No hablo del cornudo llorón, me lo tengo prohibido”, comentó risueño al tiempo que se declaraba continuador del legado del legendario Carlos Gardel al hacer tangos costumbristas y eludir los 2x4 dedicados al amor o a su ausencia. Según Melingo, en el tango se puede hablar de mucho más: “denuncia social, de pequeñas escenas trágicas, policiales, del bajo mundo, de la prostitución, de las drogas, o hasta tocar temas de una manera fantasiosa”. Melingo asegura haberse encontrado en el tango de raíz, “el más primitivo, el tango africano”, mientras explora su “sonoridad tradicional neoclásica” sin por ello abandonar el tango-canción. Eso sí, su mezcla más usada, asegura, “es la psicodelia”.