LOS CURADORES DE LA MUESTRA CARLOS SAURA. LOS SUEñOS DEL ESPEJO
Chus Tudelilla y Paco Algaba detallan la exposición inaugurada anoche en el C. C. Recoleta, abierta hasta el 18 de mayo.
› Por Oscar Ranzani
El realizador español Carlos Saura, uno de los grandes nombres del cine de la Península Ibérica, es motivo de una exposición que repasa su filmografía de una manera alejada de los convencionalismos biográficos, en la que el espectador resulta una figura determinante para construir la narrativa de las imágenes que aparecen en las numerosas pantallas que componen Carlos Saura. Los sueños del espejo. Inaugurada anoche en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930), la muestra está organizada por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (Seacex) –una institución que facilita que la exposición recorra el mundo–, el gobierno de Aragón y la diputación provincial de Huesca. Precisamente, se expuso por primera vez en el marco del Festival de Cine de Huesca, ciudad natal del director de Cría cuervos y Peppermint Frappé. Los sueños del espejo cuenta con la curaduría de Chus Tudelilla y Paco Algaba, quienes viajaron a Buenos Aires para la inauguración. La muestra puede visitarse de lunes a viernes de 14 a 21 y los fines de semana de 10 a 21 hasta el 18 de mayo.
“Nuestra idea era situarnos en el plano del espectador”, comenta Tudelilla en diálogo con Página/12. Si bien es cierto que somos espectadores con una mirada distinta –continúa la curadora–, la idea era no perder nunca ese punto de vista. Somos espectadores del cine de Saura que tenemos dos objetivos. Primero, subrayar la permanencia de la imagen, más allá del tiempo de creación, más allá de la propia voluntad; incluso del autor cuando crea esa imagen, porque la imagen ya pertenece al espectador. El otro objetivo fundamental es implicar al espectador en la secuencia narrativa de esas imágenes.” Tudelilla aclara que, desde un principio, junto a Algaba pensaron en una mirada abierta, de manera que cuando el público visite la exposición “se implique en esas imágenes más allá de que conozca o no la película a la que pertenezca. Lo que interesa es dejarse contaminar por la belleza de esas imágenes aunque sea violenta y dramática, porque cuentan mucho”.
Tudelilla señala que Los sueños del espejo es “un autorretrato” de Carlos Saura y que en ese autorretrato “está la historia de España, pero más allá de la historia de España está la historia de todos porque el drama, la violencia, la pasión, el amor, la fragilidad, la intemperie, todo esos conceptos están en el cine y nosotros los conocemos. Nosotros lo hemos construido, lo hemos situado en el espacio y al espectador corresponde dejarse involucrar”, comenta la curadora. Carlos Saura suele decir que, a veces, confunde ficción y realidad. “Los sueños del espejo es eso: la ficción y la realidad. En esa fusión y en esa confusión es donde se asienta esta construcción fundamentalmente de naturaleza visual, porque está hecha de imágenes fundamentalmente narrativas pero desde la visión del propio espectador”, remarca Tudelilla.
La exposición está organizada con una estructura laberíntica a modo de círculo, con inicios y finales que se interrelacionan a través de una serie de ámbitos, cada uno de los cuales tiene un nombre: en cada uno de ellos hay pantallas que exhiben fragmentos de películas de Carlos Saura, armados y entrelazados de una manera que remite a un estilo collage. Algunos de esos ámbitos se titulan Vidas, Retornos, Música, La imagen de España, El lugar de la memoria, Dibujar el mundo. En cada uno de ellos hay pantallas donde se pueden ver diferentes programas videográficos; es decir, imágenes escogidas de las películas que los curadores entendieron que son significativas de esos títulos y que siempre remiten a un núcleo mayor, que expresa una idea de algunas de las temáticas abordadas por Saura en su filmografía. Ese núcleo aparece en otra pantalla donde se observa sólo una secuencia de una película, ya no un collage visual de diversos largometrajes. “Es una secuencia que cierra semánticamente todo el discurso que se había hecho en el montaje”, señala Algaba.
“En aquellos visitantes que tengan más problemas para situarse, que no se hagan lío”, recomienda Tudelilla. “Lo importante –aclara– es pasear y ver la imagen. Y ver imágenes deslumbrantes porque lo más importante que tiene Saura, entre otras cosas, es la capacidad para crear imágenes que resisten al tiempo, que son deslumbrantes, mágicas. Y eso el espectador lo sabe.” “La idea no es plantear una retrospectiva sino vindicar las imágenes como aquello que pasado un tiempo, están todavía vivas, tienen fuerza, están cargadas de sentido y de significado”, agrega Algaba.
El sector “Espejos detenidos” tiene otra manera de ser observado: está dedicado exclusivamente a la fotografía en el cine de Saura, quien antes de dedicarse a la dirección, fue fotógrafo. “Se ha recogido una selección de imágenes, pero no sólo de fotografías que ayudan en la narración fílmica a elaborar un discurso y a recuperar la memoria como es la propia fotografía, sino que lo que hicimos fue seleccionar todo el proceso del acto fotográfico: desde el momento en que una cámara dispara hasta el corte”, destaca Tudelilla. En “Ejercitar la imagen” pueden conocerse fotografías en tiempos muertos durante los rodajes; en este caso, de Tango. En este sector también hay una serie de dibujos que corresponden al cuaderno de trabajo de Tango y una selección de guiones. La exposición finaliza en “Despachosaurio”, donde se ubican los catálogos para que puedan leerse y una PC con monitor para visitar la página web de Saura.
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