A menudo ha sido propuesto, en festivales de cine y teatro, que “el único premio que importa de verdad” es el del público. En la Feria del Libro, el Premio del Lector viene instalándose como una nueva tradición por la que un jurado de libreros somete veinte libros de ficción a votación popular. Según decidió la mayoría de los diez mil votantes, la novela Cartas marcadas (Planeta), de Alejandro Dolina, ganó este año.

Y todo con su primera novela, armada con el modelo de una baraja de naipes francesa (dos mazos de 52 cartas y dos pares de comodines). Cada carta, en su cara y dorso, introduce elementos de un relato en episodios “envueltos en niebla” literalmente: hombres sensibles se cruzan con personajes y se encargan de situaciones bajo una extraña niebla que llegó para sitiar al barrio porteño de Flores. Con ella como fondo (acaso como causa), los partícipes de la historia alucinan pesadillas, muertos, mitologías, así como Dolina instala similares sensaciones en el lector mediante episodios apócrifos, tachaduras y avances de los Conspiradores, una fuerza omnipresente aún desde las sombras. Todo con el inconfundible registro del creador del exitoso envío radial La venganza será terrible.

Escritor, músico, cantante y comunicador, Dolina ya había publicado sus célebres Crónicas del Angel Gris (1988), El libro del Fantasma (1999) y los relatos espirales del Bar del Infierno (2006), una compilación de historias de radio (Radiocine) y los textos de las comedias musicales Teatro de medianoche y El barrio del Angel Gris. También es compositor y arreglador de canciones y grabó la opereta Lo que me costó el amor de Laura con colaboraciones de Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Ernesto Sabato, Les Luthiers, Sandro y la Orquesta Sinfónica Nacional.