A esta altura del partido nadie puede sorprenderse por la creciente presencia de la historieta en la Feria del Libro de Buenos Aires. En esta edición es fácil encontrar más de diez stands especializados en la disciplina y cantidad de otros –desde distribuidoras hasta grandes grupos editoriales– que la cuentan entre sus catálogos. Gran parte de ese crecimiento se concentra en el pabellón azul, que con el correr de las ediciones se fue convirtiendo en el barrio preferido de las viñetas. Además, la Feria de este año se articula con algunas de las estrategias de venta preferidas en el último tiempo por estas editoriales, como la preventa y el crowdfunding. Más de un lector aprovecha la visita al predio ferial de La Rural para retirar en los stands libros que ya compraron con anterioridad, o para abonar anticipadamente otros que aún no salieron. De yapa, abundan las ofertas –en un rubro que ya registra precios por debajo del valor del mercado literario– en forma de packs, descuentos especiales y saldos.

Quizás el stand más destacado del Pabellón Azul para los amantes del noveno arte es el de Nueva Historieta Argentina, un colectivo editorial que reúne a seis pujantes sellos locales de distinto orden, como LocoRabia, El Hotel de las Ideas o Maten al Mensajero. Casi todos sus integrantes están presentando novedades. Pero quizás lo más interesante de este segundo año de su presencia en la Feria es que abrieron el stand a otras editoriales y colectivos editoriales del sector. En sus bateas hay lugar para los libros del colectivo Big Sur, el grupo Prendefuegos o la revista rosarina Terminus. E incluso hay lugar para otros sellos que aún corren solos, como Ediciones Noviembre. En este stand es posible encontrar títulos como El día más largo del futuro, Edén Hotel, RW o Zonzo, que van desde los 120 a los 280 pesos.

El Pabellón Azul tiene otros dos rincones dedicados fuertemente a la historieta argentina: A4 Editora, que está presentando una notable edición de lujo de El Eternauta ($790). Para quienes prefieran cuidar el bolsillo, también ofrecen las ediciones pocket del primer y segundo volumen (juntas, a 165 pesos). En A4 también hay algo de manga publicado en España, colecciones de cuando ECC publicaba a DC Comics en Argentina (al precio de 2015) y una colección tucumana de artbooks que comienza por uno dedicado a Dalfiume ($600). En el stand de Pictus el fuerte es la historieta infantil y ahí arrasa especialmente Escuela de monstruos ($140), de El Bruno, publicado originalmente en la revista Billiken. También tienen su Colección Fantasía, que se engrosó recientemente con aventuras como Khur, el fugitivo o Merlín. También se pueden encontrar algunas cosas en El Quiosquito de Libros (como los libros instructivos de la editorial Dícese).

Por supuesto, quienes prefieran la historieta extranjera tienen de sobra para elegir sin necesidad de salir del mismo pabellón: a los importados de La Revistería (que serán revisitados en un par de párrafos) se suma el stand de ECC, con sus ediciones españolas (ahí destacan algunos clásicos como La broma asesina, por 144 pesos). También está el stand principal de OvniPress, que tiene todas las novedades de Marvel Comics (incluyendo la colección “Imprescindibles”, que reúne sagas notables del último tiempo, como Civil War o Dinastía M entre 380 y 500 pesos), el integral de The Walking Dead y algunas novedades de Hellboy. OvniPress también está presentando El Esqueleto, de Salvador Sanz, recientemente serializada en la revista Fierro. Los fanáticos del manga tienen su refugio en el stand de Larp, que presenta su último Ymir (el resultado de una convocatoria a autores locales), las novedades de Naruto, One Piece, Death Note, Monster y otros títulos de su catálogo, a valores que oscilan entre los 80 y los 90 pesos. La distribuidora Waldhutter, en tanto, tiene una buena batea con los libros de Astiberri, que son un lujo de ver.

A la hora de las ofertas, vale destacar especialmente el pack de 100 pesos de La Revistería que incluye el notable Sarna (la historieta de Carlos Trillo y Juan Sáenz Valiente con la que este último ganó notoriedad) y dos clásicos como Avrak y Travesía por el laberinto. En ese stand también hay muchas ofertas, en packs o individuales con precios que oscilan entre los 15 y los 100 pesos, además del habitual surtido de importados que suele manejar la cadena de comiquerías.

Fuera del pabellón Azul la cosa ralea un poco, pero aún hay lugar para las sorpresas ocasionales. Del Nuevo Extremo, por ejemplo, tiene importados originales en inglés de DC Comics. Los precios no son amables (el omnibus de la Doom Patrol por Gran Morrison llega a los 3150 pesos), pero se trata de ediciones de notable factura. También en el Verde, en su sector infantil el Grupo Planeta tiene una mesa entera dedicada a su colección de Astérix, clásico eterno de la historieta francobelga.

La recorrida termina inevitablemente en el pabellón Amarillo, donde hay tres puntos cuasi-obligatorios para los fanáticos de las viñetas. En Ediciones de la Flor están buena parte de los clásicos (los nuevos y los de siempre) del humor gráfico. Allí están presentando novedades Julieta Arroquy con Ofelia 4 y El Niño Rodríguez con su Lucha Peluche 4. En el mismo sector se encuentra la Editorial Común, de Liniers, que comparte espacio con la productora de juegos de mesa Maldón, y la notable editorial/ comiquería/ local de diseño/ rincón de presentación de libros Moebius, que además de lanzar la preventa de su próximo título, genera constantemente actividades con escritores y dibujantes. Cada fin de semana de la Feria, por ejemplo, organiza una Feria de Fanzines en su propio stand. Por si a alguno no le alcanzara con todo lo que hay para leer.