Hace algún tiempo circulaba en la web un chiste sobre Steven Spielberg. Decía que cada vez que el realizador se embarcaba en un proyecto sobre extraterrestres dejaba de lado, al menos por un rato, la memoria histórica de los judíos. Lo cierto es que hablar del realizador de La guerra de los mundos y Encuentros cercanos del tercer tipo es pisar tierra conocida. La cuarta temporada de Falling Skies (va los lunes a las 24 por TNT) lleva el sello de Dreamworks y cuenta con la producción ejecutiva de Spielberg. En Estados Unidos, la serie se mantiene como uno de los programas más vistos en la tevé paga.

Se trata de una aventura post-apocalíptica en la que los terrícolas sobrevivientes combaten contra los que vienen del cielo. Seres víctimas, a su vez, de otra raza superior. Sin intenciones de ser rupturista, por su tono y tiempo, Falling Skies detenta algo anacrónico con sus guetos, escapes, batallas, héroes comunes y FX de grandes proporciones. En esta temporada, compuesta de doce episodios, los miembros de la familia Manson deben resolver sus asuntos por separado. ¿Influencia de las vueltas narrativas de The Walking Dead? Otra de las líneas de la historia pasará por los límites cada vez más difusos entre lo humano y lo que pertenece a otra esfera. Así surgen personajes que portan un ADN híbrido, tal como lo era Elizabeth de V: Invasión Extraterrestre: serie por la que Spielberg hubiera donado hasta su regalo de bar mitzvah por dirigir.