Lunes, 28 de julio de 2014 | Hoy
SERIES › LA SECUELA DE SHARKNADO SE ESTRENA EL PRóXIMO JUEVES, POR SYFY
Ian Ziering, protagonista del telefilm, explica las razones de un fenómeno audiovisual que no tiene intenciones de parar. “Las redes sociales son el ingrediente especial que hizo exitosa a Sharknado”, sostiene.
Por Federico Lisica
“Gracias, Internet”, reza la campaña publicitaria, y en ese spot podría estar Ian Ziering, protagonista de Sharknado y su secuela (cuyo estreno será el próximo miércoles a las 22 por Syfy). Porque la ex estrella de Beverly Hills 90210 no se cansa de repetir que fueron las redes sociales, con su boca en boca vía web, las que transformaron a este telefilm en uno de los éxitos audiovisuales más insospechados del año pasado. Es cierto que no es el primer producto catástrofe orgullosamente clase B emitido por la señal (Dragones volcánicos, Avispas mutantes y Robodrilo); pero fue con el que unió escualos y tornados que su propuesta alcanzó un nuevo nivel.
Un dato: Sharknado 2 tendrá su primera emisión en simultáneo en 86 países. A lo absurdo, como punto de partida para la acción y el humor, se le suman actores que tuvieron suceso en el pasado (y presumiblemente no por los mejores antecedentes: Ziering llegó a trabajar como stripper en Las Vegas), junto a una eficaz campaña de marketing. Además, Sharknado 2 sigue el mandato bien estadounidense de “cuanto más grande... mejor”. “Esta es mucho más ambiciosa que la primera. Ir corriendo por las calles de Manhattan con una enorme motosierra fue un gran desafío. Por momentos me imaginaba que alguien me iba a arrestar. No es algo que podés hacer todos los días. Pero el mayor reto, y real, fue el de la madre naturaleza: durante el rodaje, el clima fue brutal, muchas lluvias, y prácticamente con temperaturas bajo cero”, cuenta Zering en la conferencia que brindó para medios latinos y de la que participó Página/12.
–Muchas películas clase B se volvieron de culto, por ejemplo Duel, de Steven Spielberg. ¿Sharknado tiene similitudes con ese caso?
–Creo que no se puede comparar con ningún telefilm a nivel impacto. Las redes sociales cada vez tienen más influencia; cuando era chico no existía nada parecido, no podías compartir algo así con tus amigos. En este caso sucedió “algo” antes de que realmente sucediera. Las redes sociales son el ingrediente especial que hizo exitosa a Sharknado. Aunque si supiera bien cuál es el secreto para hacer un éxito de estas características, ya lo habría hecho antes.
–Usted señaló que Sharknado podría ser lo que Pulp Fiction fue para John Travolta. ¿Qué podría significar entonces la secuela?
–Creo que Bruce Willis en la saga de Duro de matar (risas). Uno de mis sueños era estar en películas de acción, así que aquí estamos.
–¿Ya tiene su propio merchandising?
–Está en todas partes. Los chicos usan camisetas y pijamas de Sharknado con mi cara. Me halaga porque me hace sentir un superhéroe.
Y en el mismo comienzo de Sharknado 2, Fin Shepard, un héroe irónicamente prototípico, ve que se acerca la tormenta de tiburones desde el avión en el que viaja. “Aquí vienen otra vez”, desgrana. El y su esposa April (Tara Reid) quedarán entonces atascados en Nueva York. La historia es un pretexto para mostrar grandes colmillos y cartílagos voladores en la ciudad que nunca duerme. La leyenda urbana de los cocodrilos en las alcantarillas de la megalópolis suena creíble en comparación a lo que propone Sharknado 2. Y ésa es la idea desde el vamos. Ahí está ese afiche promocional que muestra a un poco amigable pez con parte de la Estatua de la Libertad en sus fauces. El proyecto de Syfy fue hecho junto con el estudio The Asylum, reconocido por sus films de bajo presupuesto que copian a otros más exitosos. Uno de ellos fue Snakes on a Train, émulo de Terror a bordo, película que metía víboras en un avión. Este último, de hecho, fue un singular caso de producción en el cual sus guionistas trabajaron con las sugerencias de los futuros espectadores en un blog.
–¿Cree que casos como el de Sharknado están destinados a repetirse?
–La industria gasta millones de dólares en productos mainstream y creo que muchos productores desearían tener el suceso que tuvimos con Sharknado. ¿Cuánto les costó y cuánto perdieron los realizadores de la última de Johnny Depp, Identidad virtual, que es clase B por donde se la mire? Lo que sí creo que se va a copiar es el runrún generado en las plataformas web. Es la anticipación de un fenómeno antes de que se le entregue al público para ser consumido. Y cuando la película salió, el impacto fue increíble. También ayudó que sea una película de ciencia ficción, que cuenta con los fans más fuertes del mundo. Que yo esté hablando con medios de Latinoamérica lo demuestra. Tiene los componentes clase B, pero en cuanto al alcance es clase A.
–¿Dónde atacarán los tiburones si hubiera una tercera parte de Sharknado? ¿En el espacio?
–Va a haber una tercera, eso es seguro. Sudamérica tiene muchas costas (risas). Definitivamente tiene que ser un proyecto internacional, porque nuestros fans son globales. Así que les puede tocar a ustedes. Y con cameos de gente famosa de esos lugares, ¿por qué no?
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