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Lunes, 22 de septiembre de 2014

SERIES › FOX ESTRENA LA SEGUNDA TEMPORADA DE SLEEPY HOLLOW

Olla de pochoclo y tradiciones

Esta nueva versión del relato clásico mantiene la eterna lucha entre el bien y el mal, pero situándola en el presente. Y en la relación entre Ichabod Crane y Abbie Molinos puede encontrarse alguna semejanza con la de Hannibal Lecter y Clarice Starling.

 Por Federico Lisica

¿Qué sucedería si El Matadero de Esteban Echeverría fuera reinterpretado en la TV actual? Mejor dicho, cómo actuaría Matasiete si se despertaran en el 2014. ¿Querría cortar al unitario “a la federala” o directamente le daría un balazo en la sien? Algo así se plantearon los realizadores de Sleepy Hollow (mañana a las 22, Fox estrena la segunda temporada) retomando “La leyenda del jinete sin cabeza”, relato que Washington Irving escribió en 1820 y es parte de la literatura romántica de los Estados Unidos. Esta serie que combina acción, ciencia ficción y aventuras no solo es una nueva versión del clásico. Aquí Ichabod Crane (Tom Mison) es resucitado en el pueblo que le da nombre a la serie. Claro que otro que despertaba en el presente era el villano del infierno.

Crane tiene como ladera a la detective Abbie Molinos (Nicole Beharie), una policía con un sexto sentido para lo paranormal. El actor señaló que la relación entre ellos dos es bastante parecida a la que hay entre Hannibal Lecter y Clarice Starling de El silencio de los inocentes. “Son dos personas que se saben distintas, a veces se atraen, o se oponen, pero claramente se admiran”, dijo Mison. Juntos buscan atrapar a quien sería nada menos que uno de los jinetes del Apocalipsis. Al final de la primera temporada parecía desatarse justamente el acabóse. “Realmente planificamos mucho el final de la primera temporada, con todos los personajes desperdigados por lugares que eran uno más horrible que otro, y no queremos que salgan de allí con mucha facilidad”, dijo Alex Kurtzman, uno de sus realizadores, responsable, además, del renacimiento de Star Trek en el cine. “Creo que lo que podemos prometer para el primer episodio es que cualquier cosa que el público espera que pase no va a ser lo que realmente suceda”, sedujo el productor.

Parte del encanto de Sleepy Hollow está el modo en el que se mezclaban “la historia” con su trama. La guerra de la Independencia, un mapa hacia el purgatorio confeccionado por George Washington, sociedades secretas, oscurantismo, todo entra en la olla que mezcla pochoclo con tradiciones. De hecho, sus creadores confesaron que hacer esta ficción es como reescribir el pasado y que uno de sus objetivos había sido el de presentar la mitología fundante de la nación norteamericana de una manera más “accesible”. Su showrunner, Mark Goffman, adujo que lo más entretenido del proyecto es crear una miscelánea de épocas y del folklore, pero encorsetado con los componentes del gótico y el horror. “Estamos haciendo una versión moderna de algo claramente anclado en el pasado. Dejamos que Ichabod sea profesor de escuela como en el relato, pero a su vez lo hicimos pelear en las guerras de la revolución, es más fornido y casi una figura de acción. De esa manera es algo familiar pero te sigue sorprendiendo”, añadió Kurtzman.

Puede que para el espectador local muchos de los ganchos pasen inadvertidos, pero en su país de origen la serie fue un rotundo suceso. En esta ocasión serán dieciocho episodios de una hora que median entre tiempos y portales de ficción (como ya lo hicieran Once Upon a Time y Grimm). Lo único que no ha cambiado es la propuesta básica de la ficción. “Básicamente es el mismo programa, no ha cambiado mucho de la primera a la segunda temporada. Están Ichabod y Abbie luchando contra las fuerzas del mal”, resumió su protagonista.

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La “leyenda del jinete sin cabeza” original es un relato que Washington Irving escribió en 1820.
 
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