Ayer HBO estrenó Magnífica 70 (irá los domingos a las 21). Al igual que otra producción brasileña original de la señal como El Negocio, la temática pasará por el sexo. O al menos como primer –y siempre rendidor– filtro. Compuesta por 13 episodios, esta ficción transcurre en la represiva y gris San Pablo de los ’70, aunque también habrá lugar para su contracara: canciones tropicalistas, macumba y cuerpos sudorosos. La primera imagen fue con un plano sobre un retrato del dictador Emílio Garrastazu Médici en una dependencia estatal. El protagonista es Vicente (Marcos Winter), un reprimido administrativo casado con la hija de un militar y que trabaja como censor para el Estado. Punto a favor del guión. La decisión no es la de seguir a un alto jerarca sino a un banal ejecutor del sistema represivo. Vicente redacta informes sobre la producción cinematográfica. Entre ellas una cinta llamada La estudiante fogosa que no duda en calificar como subversiva. Las razones que lo llevarán a cambiar de decisión tienen que ver con su estrella, la sugerente y manipuladora Dora Dumar (Simone Spoladore). Hasta se volverá realizador de cine erótico. “Los directores no hacen nada, solo les hacen caso a los de fotografía y a los actores”, le aconsejará un productor.

La segunda gran trama de Magnifica 70 es la de una productora dedicada al cine clase B. Hay algo de Boogie Nights (Paul Thomas Anderson; 1997) por temática, estilo y personajes del submundo pornográfico donde todos tienen razones para pecar y sufrir. Pero también con Mad Men por su apuesta a una reconstrucción de época total. A veces recae en cierta denuncia tosca y un montaje repetitivo, sobre todo en los flashbacks del protagonista. Gana cuando se vuelve desvergonzada como el buen cine que pretende representar.