El próximo miércoles, a las 22, comenzará a verse por Film & Arts Ripper Street. Para los amantes de la época victoriana, la propuesta de la BBC es adictiva e inevitable. Y funciona como una continuación de lo que dejó inconcluso Desde el Infierno (Albert y Allen Hughes, 2001). En el barrio de White Chappel, tan sólo algunos meses después de las matanzas de prostitutas producidas por Jack El Destripador, un trío sale a combatir los crímenes de los bajo fondos londinenses. Se puede palpar la obra de uno de los criminales más famosos de la historia aunque éste no ocupe el centro de la trama; funciona más bien como telón de fondo de una producción que ya va por su tercera temporada (fueron confirmadas dos más).

El equipo está comandado por el inspector Edmund Reid (Matthew MacFadyen, casi un calco en tono y presencia de Clive Owen). Lo secundan el detective Bennet Drake (Jerome Flynn), un tipo de los duros afín a las peleas ilegales de boxeo, y el capitán Homer Jackson (Adam Rothenberg), amante de los burdeles y con más de una cuestión pendiente en su Estados Unidos natal. Más que la fidelidad del portarretrato histórico, lo atractivo es el formato de policial. Casos resonantes en el corazón mismo del imperio británico entre invenciones de la última fase de la revolución industrial, el Hombre Elefante, la Baring Brothers, la prensa amarilla y varias pestes más. Un ejemplo concreto, creen que Jack ha vuelto a las andadas, pero se trata de otro asesino que tiene como hobby registrar a sus víctimas con un aparato muy parecido al de los hermanos Lumière. Algo así como un protocine snuff y pornográfico circa 1889.