Lun 07.03.2016
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SERIES › ARRANCó LA TEMPORADA FINAL DE DOWNTON ABBEY

La otra faceta del brit pop

Será la última tanda de episodios de la serie más influyente de la TV británica de los últimos tiempos: la saga sobre nobles y criados terminará con el mismo formato que la volvió un éxito. Dilemas de época, amor por el clasicismo, grandes postales y mejores actuaciones.

› Por Federico Lisica

El conde de Grantham le echa un chorrito de soda a su trago y, aunque su mayordomo lo mire con reprobación, dice que hacerlo es la última moda. Segundos después, durante el primer episodio de la última temporada de Downton Abbey, el jerarca de la noble familia Crawley lanza un dardo en medio de esa despampanante sala que explicita la idea central de la serie. “Si pudiera detener el paso del tiempo lo haría”. Tradicionalista a rabiar, simpática –y algo indolente– en su registro, con buenos personajes, mejores actuaciones, y de gran impacto visual. Eso caracterizó durante sus cinco temporadas hasta la fecha al programa de Julian Fellowes. Y no va a cambiar en plena retirada. Paradójicamente, la serie que retrató el ocaso de la aristocracia inglesa se despide a lo grande (sus últimos episodios irán los domingos de marzo y abril a las 21 por Film & Arts).

Nobles y sirvientes que “conviven” en un palacio durante los estertores del imperio británico. Unos trabajan y los otros deben adecuarse a algo nuevo que todavía no saben definir bien. En este año, el conde deberá buscará (una vez más) una forma de recortar gastos y acomodarse al estilo de vida que el nuevo siglo requiere. “¿Crees que es demasiado para 1925? Valets, mayordomo, asistentes, criadas...”, le suelta el dueño del lugar a su impertérrito asistente y que en el futuro podría quedar de patitas en la calle. Las historias y personajes son varios pero si hubiera que elegir un protagónico ahí está el de Mary Crawley (Michelle Dockery): la hija mayor es quien mejor representa el linaje entre eras. En los próximos episodios, esta joven viuda sufrirá un chantaje por un viejo affaire y se le presente la chance para un nuevo amor. Chismosos, queribles, oscuros, fantasmagóricos, así fueron y son los personajes de la serie, que entre sus mayores logros está el perfecto ensamblaje del elenco. Un par de pinceladas sirven para entenderlos. No son sólo los diálogos sino la manera en que los pronuncian.

Ahí está una de las frases más recordadas de toda la entrega para corroborarlo. “¿Qué es un fin de semana?”, preguntó hace un tiempo Maggie Smith con toda su labia insular en el papel de la abuela aristocrática. El célebre wit, la mordacidad en la charla, los giros y el humor seco, fueron parte central de Downton Abbey. A la zona de la abadía llegaron las noticias, y algún que otro sacudón, por grandes hechos históricos como el hundimiento del Titanic, la Primera Guerra, o la pandemia de gripe española, pero la familia y los criados supieron resguardarse de todo lo que sucedía en las afueras. Aunque hubiera muertes inesperadas en pleno seno familiar como la de la hija menor del clan o del esposo de Mary, el imponente edificio y sus comensales sigue en pie.

Frente al suceso, ¿por qué entonces la despedida? “Es el momento indicado. Cada personaje tuvo la chance de contar su historia y su vida que concluye con nuestro final. Se siente que hay una resolución y es satisfactorio que así sea. Esta temporada es como un cierre para todos”, dijo a la prensa Elizabeth McGovern que interpreta a la condesa Cora Crawley. En su primera temporada, la comparación con los films de la dupla Merchant-Ivory y la referencia de Gosford Park (Robert Altman; 2002), película de la cual Fellowes escribió el guion, fue ineludible. Sin la malicia de la última, donde la lucha de clases era muda y venenosa, Downton Abbey se recostó en la célebre fórmula gatopardista junto a una fotografía y recreación de época impactante. Pequeño detalle: es la serie británica con el costo por minuto más alto de la historia, y una de las de mayor éxito en su país pero sobre todo en el exterior (ostenta el récord de nominaciones en los premios Emmy). Lo demuestra que a sus temporadas se le sumaron especiales de navidad, informes sobre moda y varios de sus actores se convirtieron en celebridades. Hasta George Clooney sufrió el embrujo de este tour al pasado y participó de un sketch solidario. Más que un drama televisivo, Downton Abbey es un perfecto engranaje pop. Brit pop.

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