Su universo tendrá como Big Bang al cannabis, pero uno de los logros de High Maintenance (cuyo estreno fue el pasado viernes a las 23.30) es no recurrir al redoble ni al teclado de “Jammin”, de Bob Marley. El humo dulzón, estar puesto (de allí el “high” del título), las sedas y pipas, más que un clisé del subgénero “fumados”, sirven de excusa para mostrar un perfil de los neoyorquinos, todos ellos mediados por el dealer que les provee cierta sustancia como repartidor de pizza. Es un trampolín pequeño pero que, en su austeridad, se acerca a los dilemas existenciales y las travesías urbanas de sus personajes. Sus seis episodios se verán cada viernes en ese horario y también en su plataforma on demand HBO GO.

Más que protagonista, “El tipo” (“The guy” interpretado por Ben Sinclair) es el link entre todos los que aparecen en pantalla. “Paseo en bicicleta hasta que me llaman para que les venda marihuana”, se define este barbado émulo del Dude Lebowski pero con una pyme muy redituable. “A veces te ponés los auriculares, recorrés la ciudad. Es asombroso. Como si estuvieras en una película”, dice en otra instancia. La cámara se detiene en esos momentos de transacción en sus departamentos, circunstancias pequeñas, rutinarias, filosóficas, casi como charlas con un psicoanalista, entre él y sus clientes. La metrópoli por excelencia, y llena de habitantes solitarios, está a un grado de separación por este fusible sutil, conector simpático y algo despistado. Y hay madres que ven su vida pasar, universitarios Ivy League, chicas que hacen pilates, y muchos hombres en clave síndrome de Peter Pan. “Sólo en Brooklyn podés fumar hierba con tus amigos y llamarlo ‘preescolar para adultos’”, dice uno de los compradores. Con esa simpleza y cierta estética Instagram pasan los minutos de High Maintenance. Y sí, por momentos el calidoscopio de personajes parece salido de la trilogía hipster de Noah Baumbach (Greenberg, Frances Ha, Mientras somos jóvenes) pero la serie es menos presumida y más vital. En su media hora de duración, cada episodio parece un estudio sobre urbanitas que optan por relajarse y disfrutar de sus secas.

High Maintenance comenzó en Vimeo como una webserie que resultó un éxito de público y crítica, motivo por el cual llegaron a describirla como “el futuro de la tevé indie”. Sus creadores fueron el propio Sinclair y su esposa, Katja Blichfel (parte de la producción de 30 Rock). “Durante mucho tiempo tuvimos el sueño de crear algo. No sabíamos bien qué, podía ser un largometraje, un corto o una serie web. Teníamos que sacar afuera todas estas historias locas que nos pasaron a través de los años”, dijo Blichfel. Sus hacedores destacaron a la austeridad de recursos como una clave para definir el tono del programa. “Si algo se sentía falso para nosotros, si no lo habíamos experimentado o no habíamos tenido una primera fuente de ese hecho, no nos sentíamos cómodo retratándolo”, añadió Blichfel.

La serie es una invitación suave, a veces humorística, con algunos arrebatos de peligro pero mayormente gentil del mumblecore, ese subgénero del cine independiente norteamericano en el que sus protagonistas (jóvenes o los que van a dejar de serlo) mascullan sus problemas en una suerte de presente continúo. Y es una contemporaneidad muy actual: “Si Trump gana nos mudaremos, pero no quiero mudarme ahora…carajo”, reflexiona en un pasaje su protagonista. “No todos los personajes son unos simples fumones. El tema del programa, y la razón por la que se llama así, es porque se trata de mantenerse. Todos ellos simplemente tratan de mantener su sanidad mientras sobreviven en Nueva York”, manifestó Sinclair.