Domingo, 15 de junio de 2008 | Hoy
MUSICA › LAS CANCIONES QUE ELIGEN LOS CANDIDATOS EN LOS EE.UU.
El republicano John McCain utiliza “Johnny B. Goode”, de Chuck Berry, un pionero del rock and roll, que es negro y demócrata, como Obama. “Beautiful Day”, de U2, suena en los actos de Barack.
Por Leonard Doyle *
Desde Washington
Para un candidato presidencial estadounidense, no hay nada mejor que un buen himno del rock que sirva para arengar a la multitud y que proyecte el tipo de imaginería que puede ayudar a ganar las llaves de la Casa Blanca. El republicano John McCain puede cargar con 72 años, pero sus actos en lugares chicos pueden ser tan ruidosos como los estadios en los que Barack Obama aparece al ritmo de “Beautiful Day”, de U2. Sin embargo, el campamento McCain está teniendo problemas en conseguir un himno de campaña adecuado. Después de una búsqueda de meses, eligió “Johnny B. Goode”, el clásico grabado por Chuck Berry en 1958. Los potentes riffs de guitarra y el coro “Go, Johnny, go” pueden ponerle onda al paso de McCain, aunque éste haya dicho que la elección de ese tema “puede tener que ver con que fue el único músico que no se quejó de que lo usáramos”.
Berry, de 81 años, puede no haberse quejado de que McCain se apropie de su canción, pero dejó bien claro que preferiría a Barack Obama en la Casa Blanca. “América finalmente llegó al punto de poder elegir a un hombre de color, y que eso no sea un defecto”, dijo. “No hay duda posible para mí, que soy un hombre de color. Quiero decir, no puedo menos que sentirme bien al respecto.” Para Berry, la candidatura de Obama por los demócratas significa “definitivamente un momento de orgullo y de éxito en este país, no sólo para los negros sino para los americanos en general”. El músico, conocido como “el padre del rock’n’roll”, recordó que “en los ’50 había algunos lugares donde no podíamos viajar en ómnibus, y ahora existe la posibilidad de que haya un negro en la Casa Blanca”, para luego citar a Martin Luther King: “Libre al fin, libre al fin, gracias Dios todopoderoso, libre al fin”.
En el cuartel republicano hubo otra decepción en el terreno musical, cuando un intento de utilizar “Take A Chance on Me”, de Abba, también trajo dolores de cabeza: “Lo usamos un par de veces y tengo entendido que los músicos se pusieron furiosos”, dijo McCain. Que no es el primer candidato político en meterse en un verdadero campo minado musical, para finalmente descubrir que su canción no es lo que imaginaba originalmente. Las objeciones a menudo llegan en forma de cartas que intiman a “cesar el uso”, firmadas por músicos y compositores. Otras veces se descubre –tarde– un segundo mensaje en las letras. No hace mucho, el equipo de McCain quedó encantado con “Pink Houses”, de John Cougar Mellencamp. La historia de Mellencamp, un rockero de vida dura que finalmente se había limpiado, parecía encajar perfectamente con la intención de proyectar a un McCain inconformista, capaz de romper reglas pero finalmente conservador. El escenario se vino abajo cuando los colaboradores descubrieron que Mellencamp es un demócrata militante que apoyó a John Edwards. Más allá de eso, “Pink Houses” habla de oportunidades perdidas y potenciales desperdiciados, así que tampoco parecía buena idea para una campaña.
Así, en la campaña se empezó a usar el tema principal de Rocky, asegurándose primero que el presidente de MGM, que apoya a McCain, lo aprobara... aun cuando MGM no posee los derechos sobre la canción. Es que los republicanos no suelen tener buen oído. En un momento de 2004, la campaña por la reelección de George Bush Jr. era el standard de rock “Still The One”. Hasta que se descubrió que su autor, el compositor John Hall, es un activista del medio ambiente que venía realizando campañas contra la energía nuclear desde 1979.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.
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