Del 15 al 24 de agosto se desarrollará la décima edición del Buenos Aires 10º Festival de Tango, con un centenar de conciertos repartidos en diversas sedes, desde el Teatro Avenida y la antigua tienda Harrods hasta centros culturales barriales y bares notables. Del 24 de agosto al 1º de septiembre, en tanto, se realizará el Mundial de Baile. La presentación de los dos encuentros se concretó ayer, en una conferencia de prensa brindada por autoridades de la ciudad en la Rural.

Como ya venía ocurriendo, la programación del festival cubre una amplia variedad estilística, pero reserva menos porcentaje de los escenarios centrales a las nuevas expresiones. En compensación, presenta algunos “ejes” por demás interesantes. Por un lado, la reedición de formaciones históricas del género, como la primera orquesta de Aníbal Troilo, la orquesta de Cuerdas de Astor Piazzolla y la Orquesta Típica Candombe para interpretar las “milongas negras” de Sebastián Piana. Simultáneamente, los uruguayos Pablo “Pinocho” Routin y Nicolás Ibarburu rescatarán tangos del compositor oriental Alberto Mastra. Esos conciertos contarán con partituras especialmente desgrabadas para la ocasión y que estarán disponibles en Internet luego del festival. Por otro lado, varios ciclos tendrán como misión difundir obras nuevas. Piezas instrumentales encargadas a jóvenes músicos serán estrenadas por la Orquesta del Tango de la Ciudad y letras producidas especialmente por reconocidos poetas de Buenos Aires, Rosario y Montevideo encontrarán expresión en la voz de Julia Zenko. Acompañando el devenir creativo de algunos artistas, también estrenarán obras o formaciones Ramiro Gallo, Sonia Possetti, Pablo Mainetti y el grupo Astillero, de Julián Peralta. En el rubro tributos, las cancionistas Elsa Rivas, María de la Fuente y Nina Miranda prometen hacer lagrimear, lo mismo que Gabriel “Chula” Clausi, bandoneonista de 96 años todavía en actividad. La apertura estará a cargo de Leopoldo Federico, mientras que el cierre juntará al cantor-bandoneonista Rubén Juárez con un tanguero impensado: Carlos “La Mona” Jiménez.

A continuación, del 24 de agosto al 1º de septiembre, se disputará el Buenos Aires VI Campeonato Mundial de Baile, estructurado como de costumbre en dos categorías: Salón (el tango social o de pista) y Escenario (el más espectacular y ecléctico). Allí confluirán los bailarines que, anotados a tiempo, aceptan empezar desde cero con los ganadores de torneos clasificatorios (tanto de la Argentina como del exterior), que arrancan desde instancias más avanzadas. La competencia estará acompañada por clases temáticas, milongas, obras en construcción y shows, tanto coreográficos como musicales.

No fue fácil llegar a tiempo al lugar de los hechos. Periodistas e invitados especiales debieron entrar por una puerta alejada unos 300 metros, atravesar la muchedumbre que visita la exposición del campo y sortear dos controles de seguridad que no contaban con el listado de los invitados. Todo para poder ingresar a un microcine circular demasiado pequeño para la gente convocada. En ese ámbito algo caótico, el músico y productor Gustavo Mozzi, encargado de la dirección general del festival, destacó la generación de contenidos como uno de los rasgos más característicos de esta edición. A su vez celebró la proyección internacional que cree implicará el primer encuentro de directores de festivales de tango y Musicnet, un espacio de negocios para empresarios locales y extranjeros ligados a la música ciudadana. El ministro de Cultura y Turismo de la ciudad, Hernán Lombardi, fue breve: luego de elogiar el trabajo de Mozzi, llamó a todos a disfrutar. La serie de discursos la coronó el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, quien anunció que impulsará en la Legislatura el nombre de Pugliese para la estación Malabia del subte y que se mandará destinar una de las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires exclusivamente para el tango, haciéndose eco de dos demandas del sector. Rubén Juárez cerró el acto con una versión bien personal de “Melodía de Arrabal”.

A la hora de las empanadas, todos tenían algún motivo para brindar con el vino tinto. Jairo contó que interpretará 16 canciones de Astor Piazzolla. “Quiero demostrar que se puede transmitir su esencia apenas con voz y guitarra”, se entusiasmó. El “Chula” Clausi, de impecable traje, admitió que no se esperaba tanto reconocimiento como el que está recibiendo por estos días. “Esto y lo de Santaolalla (por el proyecto Café de los Maestros) son cosas que a uno lo reviven. Estaba medio retirado, pero esto me dio un gran aliento”, confesó. En el otro extremo generacional, el pianista Agustín Guerrero celebraba desde sus 20 años poder brindar un concierto de homenaje a su ídolo Horacio Salgán, pero también estrenar una obra y tocar con la Orquesta Juvenil de Villa Lugano, una de las que forman parte del Programa Zonas de Acción Prioritaria del municipio en villas de emergencia. Más allá de poder dar a conocer sus propias creaciones, el letrista Alejandro Szwarcman elogió la idea de difundir los frutos del taller de letras que viene coordinando en el Frente de Artistas del Borda. “Es un trabajo necesario para barrer los estereotipos que hay en la sociedad respecto de la locura”, opinó. El guitarrista Esteban Morgado, quien participó en casi todas las ediciones del festival y tendrá en éste dos actuaciones, fue drástico: “Tenemos una música genuina que nos representa en todo el mundo y es un atractivo turístico. Si no lo aprovechamos somos unos tarados”. Desde lejos, llamaba la atención la presencia del actor Osqui Guzmán. El mismo aclaró el enigma: “Voy a dirigir intervenciones de mi grupo de improvisación con fragmentos de un sainete en Harrods, como para reivindicar el aporte histórico del sainete al tango”.

Si bien durante la conferencia de prensa no hubo casi referencia al baile, la productora artística del Mundial, la bailarina y coreógrafa Silvana Grill, aseguró luego que habrá muchas novedades: “La programación va a apuntar a acercar un poco más el baile popular a la gente, así como a desarrollar espacios de crecimiento para los profesionales, tanto en lo artístico como en lo comercial”.