Sáb 20.09.2008
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MUSICA › IGNACIO COPANI, DESPUéS DE LAS AMENAZAS

“A mí me inspira la realidad”

El cantautor presentará esta noche en el ND Ateneo su último CD, Palabras cuerdas. En un contexto más tranquilo cantará “Cacerola de teflón”, la canción que le valió tantas agresiones como expresiones de solidaridad. “Hubo mucha gente que se dejó llevar”, señala.

› Por Cristian Vitale

Ignacio Copani, el trovador hitero, ha tenido ciertos problemas este año. Se le ocurrió, de avispado y encarador, hacer una canción mientras miraba por TV el primer cacerolazo contra las retenciones móviles que el Gobierno intentaba convertir en ley y le salió, de una bocanada, el hit nac & pop del invierno: “Cacerola de teflón”. Tal su estilo, el hombre de los rulos y la sonrisa permanente contó que nada igual había pasado cuando las madres del dolor, los desaparecidos, las fábricas cerradas de la era Menem o la muerte de Fuentealba, y cosechó como vuelto –cosas del medio pelo– un tendal de amenazas, intentos de agresión, presiones, puteadas varias. “Estas protestas de piel de cordero eran algo que venía masticando, me quería liberar y, de paso, recibir el abrazo de los que me quieren”, confiesa hoy, entre aguas menos turbulentas. Porque también, claro, hubo adherentes: blogs al arbitrio de un lado y de otro, actuaciones a sala llena y repercusiones periodísticas por fuera del circuito musical. “La canción no es un juicio de valor del conflicto. No lo digo con la intención de atajarme, porque si se llamara ‘arriba las retenciones’ también tendría derecho a expresarme. Más bien hace foco en ese tipo de protesta que no escuché en otros episodios de nuestra vida, tanto o más importantes que éste. Se lo discuto a cualquiera. Fue recibida con el mismo odio que fue el motor de la protesta”.

Copani mostrará ésta y las otras canciones incluidas en el flamante Palabras cuerdas, esta noche a las 23 en el ND Ateneo (Paraguay 912) acompañado por Esteban Morgado y un joven cantautor franco-uruguayo (Javier Zubillaga), que conoció durante la presentación del disco en la Sala Zitarrosa del país celeste. Ambos le irán echando la sal sonora a un repertorio que no sólo pone un pie en el conflicto sojero y sus bemoles, sino también en la discriminación (“Los normales”), los chicos de la calle (“Almitas rodantes”), el tránsito vehicular (“No te hagas el gil y agregá un carril”) o su admiración por Silvio Rodríguez, más que explícita en “Muéstrale un tema de Silvio a tu hijo”. “Es una frase que me sale muy espontánea –cuenta, sobre esta última–. En los recitales siempre les pido a los papás que desempolven sus discotecas, porque en los grandes medios no difunden lo mejor de la cultura popular. Las canciones de Silvio, tanto como las de Yupanqui o Le-nnon, son indispensables. Digo, muéstrenles canciones de ellos a sus hijos o no se quejen si sus hijos creen que el baile del koala es la mejor expresión popular.”

–¿Qué tipo de agresiones recibió cuando “Cacerola de teflón” comenzó a circular masivamente?

–Bueno, ahora es muy fácil poder amenazar por Internet. De hecho, hay blogs que se llaman Copani hijo de mil; Copani con K... yo qué sé, cualquiera puede hacer lo que quiera en un blog; esas cosas no las cuento, pero sí los mails que recibí con insultos, llamados telefónicos y mensajes turbios en el celular, incluso citaciones tipo “te vamos a agarrar en tal lugar”. Igual, la única medida legal que tomé fue en Rosario: nos hicieron un escrache y amenazaron con uno más grande si hacía el recital en el Olimpo. Recurrí a un juez y pusieron una custodia. Terminó bien, porque quedó un montón de gente afuera.

–Publicidad de rebote...

–(Risas.) Yo no me banco que me censuren ni que aprieten a los productores que me contratan, algo que de hecho me hacen a cada rato. Creo que hubo mucha gente que se dejó llevar por una cadena nacional que ha tocado sólo la campana que quería. Si vas a lo fino, esa protesta fue a favor de otras cosas y no del campo: el campo ha sufrido situaciones peores y no hubo cacerolas en apoyo a las mujeres que se encadenaban en La Pampa para que no les rematen las tierras ni las hay hoy por la desesperación que existe por el tema de la sequía. ¿Por qué no presionan ahora al Gobierno para ayudar a quienes están sufriendo la sequía, si es que les conmoviera algo? Queda demostrado cada día que esa protesta era para otra cosa. Muchas veces tuve apretadas o amenazas, desde algunas de color como la de ciertos boquenses cuando hice la marcha de River, hasta otras más pesadas, pero esta vez fue denso. Fue más que una crítica.

–Palabras cuerdas connota en parte el despojo estético del disco, ya que no se escucha otra cosa que guitarra y voz, y en parte a un posible estado de cordura. ¿Qué tipo de cordura? ¿La de quién?

–Todo el mundo sabe que siempre ha sido la realidad lo que me inspira y siempre trato de tener una reflexión desde la cordura; no combatiendo la locura, porque las mejores obras que tenemos provienen de artistas que andan por la cornisa y muchas veces caen al abismo de la locura. Ellos sufren, se embarran y nosotros salimos ganando con su obra..., pero lo mío siempre fue desde un lugar muy claro, cantando cosas a elementos que se tocan, se huelen y se palpan.

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