Madonna sigue haciendo historia: su recién clausurado tour Sticky & Sweet batió el record de recaudación de una gira para un cantante solista, al amasar 280 millones de dólares. La cantante superó así el record de 260 millones de dólares que ella misma había fijado con el Confessions Tour de 2006, que la había categorizado como la cantante femenina con más éxito en vivo.

Según un comunicado de la promotora de los conciertos de la artista, Live Nation, publicado ayer en su página web, estas cifras son producto de las 2.350.282 entradas vendidas en los 58 conciertos (cuatro de ellos en Buenos Aires, a comienzos de este mes) que compusieron la gira con la que Madonna salió a rpomocionar su disco Hard Candy. El Sticky & Sweet cerró su recorrido anteayer en San Pablo (Brasil), liquidando una gira comenzada en Cardiff (Gales) el 23 de agosto: tras recorrer Europa, dio el salto a Estados Unidos, Canadá, México y Sudamérica, donde, con sus conciertos en Chile, Brasil y Argentina –país al que dedicó una interpretación sorpresa de “Don’t cry for me Argentina”–, consiguió vender un total de 650.000 entradas. Además, con el concierto ofrecido en Zurich el 30 de agosto, se convirtió en la artista con mayor poder de convocatoria en directo en la historia de Suiza, al congregar a 72.000 personas. Otros records que la “reina del pop” batió con este periplo son los 12 millones de dólares recaudados en un solo concierto en el estadio de Wembley en Londres y los 23 conciertos con todas las entradas vendidas en el Madison Square Garden de Nueva York que lleva acumulados desde 2001.

A pesar de todas esas cifras, y aunque Hard Candy debutó en el número uno de los rankings en 37 países, las ventas del álbum no han superado todavía los cuatro millones de copias en todo el mundo, lo que lo convierten en uno de los mayores fracasos comerciales de la carrera de Madonna.