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Lunes, 19 de enero de 2009

MUSICA › A LOS 73 AÑOS, MURIO AYER EL CANTOR ENRIQUE DUMAS

El adiós a un arquetipo tanguero

 Por Cristian Vitale

Su estampa de varón tanguero fatigó escenarios musicales y teatrales durante más de 50 años y casi puede decirse que se despidió cantando. No fue en una milonga porteña ni en una de esas giras maratónicas que solían tener escalas en París y en Japón. Fue en el Festival de Doma y Folklore, en Jesús María, donde Enrique Dumas interpretó sus tangos favoritos por última vez. Un día y medio después, sin que hubiese abandonado la localidad cordobesa, un ataque cardíaco terminó con su vida. Tenía 73 años.

Su estilo viril, su amplia sonrisa y su fama de conquistador fueron generosamente destacados por las revistas del corazón, que no hacían sino amplificar un fenómeno del que Dumas fue un incipiente protagonista: el surgimiento de la televisión como potenciador –y también como propiciador de estereotipos– de los géneros musicales. De este modo, Dumas, representó un arquetipo tanguero. Aquel que popularizó la estética Grandes valores del tango de Silvio Soldán. No resulta casual que haya sido precisamente el famoso animador quien dio ayer la noticia de su fallecimiento. Dumas había participado el viernes de La Noche del Tango, conducida por Soldán en el marco del festival de Jesús María.

Dumas, cuyo verdadero nombre era Enrique Rodríguez Acha, había nacido en la ciudad de La Plata el 8 de mayo de 1935, se hizo llamar Hugo Randall cuando comenzó su carrera cantando jazz con la orquesta Dixieland y a los 20 años debutó en el tango a través de Radio Splendid con la orquesta típica de Carlos Figari. En los años ’60 tuvo que lidiar con la popularidad del Club del Clan y, posteriormente, con la “contracultura” del rock. Todo lo que sonara a nuevo se colocaba, irremediablemente, en los antípodas del tango, que empezó a exhibir sus reservas morales en las voces de una “joven” generación capitaneada por Julio Sosa. Dumas permaneció años junto a la orquesta de Figari, con la que actuó en distintos escenarios y cumplió giras, y fue una presencia estelar en la vieja confitería Adlon, en dúo con Héctor Omar.

En el teatro también supo exponer su apostura. Debutó en el espectáculo Aquí está la vieja ola y esta vez no viene sola, con Olinda Bozán y Alberto Anchart. También fue convocado por Francisco Canaro para la reposición de su comedia musical La muchachada del centro, con José Marrone, cantó con la orquesta de Mariano Mores y compartió escenarios con figuras como Virginia Luque, Mirtha Legrand, Susy Leiva y Néstor Fabián.

Fue Santos Vega en el Teatro General San Martín en La guitarra del diablo, y protagonizó El conventillo de la Paloma, de Alberto Vacarezza, junto a Pepita Muñoz y el capocómico Marcos Caplán. Se lució en Aplausos, junto a Libertad Lamarque y Juan Carlos Thorry y trajinó escenarios acompañando a figuras como Aníbal Troilo, Héctor Gagliardi, Tito Lusiardo, Beba Bidart y la dupla Horacio Salgán-Ubaldo de Lío.

En 2005 sufrió un grave accidente automovilístico en la ruta 9, cerca de la ciudad de San Pedro. Pero se recuperó y volvió a cantar. Una época del tango se va con él.

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