Vie 27.03.2009
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MUSICA › PABLO MARITANO Y EL ESTRENO DE LA TRAVIATA EN EL AVENIDA

“Ella está extraviada en el mundo”

Así define el director de escena a la puesta que se estrena hoy en la apertura de temporada de Buenos Aires Lírica.

› Por Diego Fischerman

“Ella muere sola. Ha quedado afuera del mundo.” Con esa frase resume su mirada sobre el destino de Violetta, Pablo Maritano, el director de escena de la nueva puesta de La Traviata que se estrena hoy en el Teatro Avenida (Avda. de Mayo 1222), en la apertura de la séptima temporada de Buenos Aires Lírica. “Ella está en el altillo de la casa que ha habitado y en donde queda, apenas, un par de muebles. La ópera, para nosotros, plantea el tema del lugar de ella, de esa extraviada, en el mundo”, dice el régisseur que, el año pasado, realizó para la misma asociación la puesta de Una italiana en Argel, de Gioacchino Rossini y fue el repositor, en el Festival Cervantino de Guanajuato, México, de la régie de Marcelo Lombardero para Manon Lescaut de Puccini.

La célebre ópera de Verdi cuenta con un libreto de Francesco Maria Piave, basado en La dama de las camelias, de Alejandro Dumas (hijo). De la misma manera en que, en las obras románticas, cuando el héroe es muy pobre siempre tiene una “extraña distinción” (y en el final suele develarse que el motivo era un noble origen) las prostitutas nunca son del todo sórdidas y claman por redención ya desde el comienzo. Cuán extraviada estará la “traviata” del título es, en todo caso, uno de los elementos que preocupan a quienes ponen en escena esta ópera estrenada en Venecia en 1853 y, en su momento, censurada. “En La Traviata hay ya un desplazamiento original y es que Verdi debió ambientarla en el pasado para sortear la censura. Y el problema es que las situaciones, los mismos personajes, eran imposibles un siglo antes. La ópera aparece retrodatada y recién después de la muerte de Verdi comenzó a situarse la trama en su época. Uno de los temas de la obra es justamente la contemporaneidad. Y otro, por lo menos para quienes la dirijimos, es la letanía repetida por los teatros de ópera durante un siglo y medio, repitiendo visiones de la obra que, en rigor, no pertenecen a la obra misma sino a una tradición posterior. Nosotros tratamos, simplemente, de acercarnos de la manera más ascética posible a la ópera tal como está”, afirma Maritano.

Protagonizada por Ivanna Speranza, una cordobesa residente en Parma, Italia, donde se perfecciona con Mirella Freni, por el tenor Arnaldo Quiroga y el barítono Omar Carrión, La Traviata, con dirección musical de Carlos Vieu, sube a escena en cinco funciones, hoy a las 20, el domingo 29 a las 18 y el martes 31, el jueves 2 de abril y el sábado 4, nuevamente a las 20. El elenco se completa con Vanina Guilledo, Ernesto Bauer, Gustavo De Gennaro y Rocío Arbizu, participan el Coro (preparado por Juan Casasbellas) y la Orquesta Buenos Aires Lírica, la coreografía es de Cecilia Elías, el diseño de escenografía pertenece a Diego Siliano, el de vestuario a Sofía Di Nunzio y el de iluminación a Gonzalo Córdova. “Optamos por una situación temporal ambigua. La obra, para nosotros, sucede en algún momento del siglo XX, pero nada lo determina de manera inequívoca. Es, en todo caso, un drama más abstracto”, asegura el régisseur.

Para Maritano, “al contemporanizar la ópera, la cuestión del salvataje moral del personaje queda corrida hacia la fisura moral de la sociedad, Lo público se transforma en privado. Ella se topa con los mecanismos de lo burgués y pierde su concepción del mundo. Siempre es desplazada de un lugar y siempre mediante un hecho violento. Pero ella es, a la vez, la que ve la verdad. Y es la que denuncia. El personaje de Germont, por ejemplo, para nosotros está lejos del simple malvado. El actúa por mandato social. Es, sencillamente, un burgués: alguien que hará cualquier cosa por salvar el buen nombre social de sus hijos. En todo caso, es el mensajero de la tragedia griega. En nuestra puesta, en el momento en que entra se tiñe todo de gris. El trae a escena una idea del mundo”. El trabajo incluye proyecciones y se plantea como multimediático. El director, por su parte, define a Violetta como “alguien cuya historia, en realidad, es la misma que la de Rigoletto. Pero ella puede esconder lo que él lleva inscripto en el cuerpo. Violetta es alguien con una profunda lucidez, Hay un abismo entre ella y el mundo que resignifica la distancia moral”. Maritano la compara cono la Lulu de Alban Berg: “Ella pasa por el mundo lastimando”. Para él, además, uno de los atractivos de La Traviata es “la manera en que permite mostrar que la relación es ficcional, construida. Es una obra en que la ficción está puesta en escena y eso es un desafío magnífico”. La temporada de este año de Buenos Aires Lírica continuará en mayo con La carrera del libertino, de Igor Stravinsky, y ofrecerá varios títulos que salen de la rutina: Il retorno di Ulisse in patria, de Claudio Monteverdi –en julio–; El cónsul, de Gian Carlo Menotti –en septiembre–, e I puritani, de Bellini –en noviembre–.

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