Jueves, 3 de diciembre de 2009 | Hoy
MUSICA › LA REVELACIóN ESPAñOLA ZENO & THE STOICS LLEGA A LA TRASTIENDA
Por Luis Paz
La historia que tiene para contar Zeno & The Stoics –la banda española que esta noche a las 23.30 presentará su flamante disco Cosmic Catastrophe en La Trastienda, Balcarce 460– es de lo más parecida a aquello del “sueño del pibe”. Basta poner como ejemplos al bajista Pipe, que maneja una pequeña cadena de venta de panchos, o al guitarrista Frank Martin, que aún es empleado bancario; sin embargo, ellos tuvieron la posibilidad de grabar y mezclar su debut con Gordon Raphael, descubridor de The Strokes y Regina Spektor y uno de los productores de moda y culto del rock indie de esta década.
El de Pipe no es un restaurante snob como los de Robert DeNiro. Para nada: su cadena de pancherías es efectivamente eso. Otros dos miembros de la banda son empleados de comercio. El baterista Curro Vegas no trabaja –toda una ironía con ese nombre–, pero estudia música. “No vivimos de esto, conservamos nuestros trabajos porque Zeno da pérdidas. Si estamos acá para tocar no es porque seamos millonarios, sino porque el cambio nos favorece. Si tenemos el disco es porque un amigo nos prestó plata para terminarlo.” Desde aquí, habrá que agradecerle a ese amigo ajeno, porque sin su apoyo no podría disfrutarse hoy de Cosmic Catastrophe, un álbum en el que conviven las melodías del pop neorromántico de los ’80, las guitarras sucias del noise de los ’90, las estructuras de la canción power pop de los ’60, ciertos toques de la psicodelia de los ’70 y los aires folk sin fecha de elaboración ni de vencimiento. Todo eso, encolumnado tras una prolijidad precisa y una sonoridad encantadora.
Aun se nota en los músicos el deslumbre de haber trabajado con Raphael: “Es muy respetuoso, se pone al servicio de los músicos y de la música”, destaca James Monk, vocalista del grupo. El toque del productor es lo que hace de Cosmic Catastrophe un disco moderno además de clásico. Si algún macroconcepto debe hallársele a la placa es el de la esperanza que sobreviene a la desolación. O, más de acuerdo con el título del disco, la explosión creativa que sobreviene a la catástrofe. Piezas hermosas como “Elixir” y “Smile”, canciones despechadas como “Worm”, desesperadas como “No Reason” y de redención como “Thank You” le dan forma a un álbum muy interesante, no sólo en la escena española –de la que son revelación indiscutida para prensa y público–, sino también para el curioso local.
“En estos años juntos, productores importantes de Europa se interesaron en nuestra música, gente de radios y de sitios donde tocar, pero nos dicen que deberíamos cantar en español y acortar los temas para hacerlos más pop”, comenta Borja Fraile, su manager. Pero Pipe concluye: “Nos gusta hacerlo así, en inglés, y ya”. Y James cierra: “Podríamos hacer canciones pop sin problema pero, ¿sería divertido y sincero? En España se preocupan por definir qué tocamos. ¿Y qué importa eso? Es música con actitud rock”.
A su manera, independiente y autogestiva, Zeno & The Stoics se convirtió en la banda ascendente española con mejor proyección. Y este año pasó de tocar en subsuelos de pizzerías a telonear a The Killers, de ahí al Rock in Río y ahora, sobre el filo del fin del año, a brindar en la intimidad que ofrece el boliche de San Telmo. “Es increíble estar aquí para tocar, sobre todo porque somos una banda independiente sin compañía detrás. Haber llegado a todo eso demuestra que no hace falta deberle dinero a un sello para salir a mostrar lo que haces”, destaca James.
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