Jueves, 7 de enero de 2010 | Hoy
MUSICA › UNA MULTITUD DESPIDIó LOS RESTOS DE SANDRO
Después de que casi 45 mil personas se acercaran al Congreso nacional durante el velatorio, ayer el cortejo fúnebre recorrió la avenida Yrigoyen y pasó por la casa del Gitano en Banfield. Desde Maradona hasta Cristina Fernández, todos tuvieron palabras para él.
Somos tan frágiles,
tan memorables, ¿ves?
Una secuencia repetida como la de árboles nuevos al costado de una ruta también nueva fue la que ayer por la tarde ensamblaron las nenas, los vecinos y los fanáticos de Sandro que bordearon la avenida Hipólito Yrigoyen (ex Pavón), desde Banfield, cruzando los partidos de Lomas de Zamora y Almirante Brown y llegando a Longchamps. Gorros, banderas, vinchas, flores, pañuelos y lagrimales aguardaban allí, atentos, para despedir a Sandro, al menos al pasar custodiado por su cumplido cortejo hasta el Gloriam Cementerio Jardín, donde fueron inhumados los restos del cantante fallecido el lunes.
La imagen de miles de personas a ambos lados de la avenida del sur del conurbano recordaba ayer a aquellas tardes de calor en las que las familias locales se arrimaban a Yrigoyen para ver pasar a los Reyes Magos sobre una autobomba. La disposición de los elementos no fue muy distinta, pero frente a esa alegría sin par para los niños, hubo ayer esta tristeza sin fin para los seguidores de Roberto Sánchez.
Ya desde la noche del martes, en Mar del Plata se realizaba una misa de Reyes en su honor, con miles de personas. Centenares de otras llegaban a la vereda del Hotel Hermitage para apreciar las manos impresas de Sandro en el cemento y tomarles o tomarse alguna fotografías en ese lugar. Durante la madrugada, miles de personas se habían sumado al homenaje en la capilla ardiente montada en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, que permaneció abierta hasta las 7 de ayer a pedido de Olga Garaventa, la viuda del cantante. Desde las 13 del martes, fueron casi 45 mil personas las que se acercaron allí, más allá del sofocante calor o la inútil lluvia del anochecer. La escena se repitió ayer a partir de las 10, cuando se volvió a abrir el acceso al Congreso, hasta las 13.
Entre otras, Susana Giménez y Soledad Silveyra –“Sandro fue un caballero y un hombre con una conciencia social enorme”, dijo Solita– fueron algunas personalidades que se acercaron al Congreso para despedir a quien fue su compañero en la pantalla grande. Palito Ortega y Mirtha Legrand, en cambio, prefirieron quedarse con el Sandro en vida.
Apenas pasadas las 13.30 partió el cortejo que acompañó al cuerpo de Sandro hasta el cementerio Gloriam, cruzando la región sur de la ciudad en dirección a Banfield, decorado por más de un centenar de coronas enviadas por Diego Torres, Alejandro Sanz, el Puma Rodríguez, Ricardo Arjona, Facundo Arana, los sellos Universal y Sony y distintas dependencias oficiales, asociaciones civiles y fanáticos.
Fue cerca de las 15.30 que las casi cinco mil personas agolpadas en torno de la mansión de la calle Beruti al 200 vieron llegar el cortejo acompañado de dos helicópteros y una autobomba, vivaron al cantante, arrojaron flores a su paso e intentaron por lo menos acariciar el auto. El tradicional “minuto de silencio” no fue posible por el fervor con el que los congregados demostraron la devoción popular que profesaron y que seguramente seguirán profesando por el artista. El paso por el barrio en que eligió para vivir fue fugaz.
Con ciclistas y corredores sumados a la caravana, lo que provocó desorden en la Rotonda del Vapor (Burzaco), el féretro llegó al cementerio Gloriam un cuarto de hora antes de las 17. Sus restos fueron inhumados en una ceremonia privada, sin presencia de la prensa y a puertas del cementerio cerradas, por pedido de la familia. Los llantos siguieron esparciéndose igual.
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