Se puede poner un número a la edad que tenía su creador, pero no a la cantidad de veces que su obra sonó por todo el mundo. José María Penaranda, quien en 1945 compuso el éxito Se va el caimán, falleció a los 98 años en la ciudad de Barranquilla, informaron ayer sus familiares. El autor de esa suerte de “segundo himno colombiano”, que en la década del ’50 se escuchaba en todos los rincones de Latinoamérica, había nacido el 11 de marzo de 1907 en Barranquilla. En su juventud había sido electricista y albañil. Como artista, conoció éxitos internacionales como Me voy pa’ La Habana, que hizo popular la orquesta cubana La Sonora Matancera.

Otras cumbias, porros y merengues de Penaranda fueron tocadas por todo el continente. Pero ninguna tuvo tanto éxito como Se va el caimán. La canción narra la historia de un hombre que se convierte en caimán para espiar a las mujeres que se bañan en el río Magdalena, principal afluente colombiano. La canción fue grabada en Argentina por la orquesta de Eduardo Armani, con la voz de Johnny Alvarez; y luego por la orquesta venezolana Billo’s Caracas Boys, con gran éxito popular en ambos casos. “Hay algunas canciones que tienen la suerte de recorrer el mundo”, había dicho el cantautor en una entrevista que brindó poco antes de su muerte.