“Algunos músicos deberían dejar de verse como estrellas y mirar más hacia arriba, a las estrellas”, construye Pat Coria, la compositora, bajista y cantante al frente de Pat y Los Susceptibles. Y no es que sea muy mística. Más bien, se trata de energía. “De energía y de poesía”, le corrige a Página/12. “Porque el rock carece de poesía, al parecer porque los músicos ya no leen”, aventura su hipótesis esta artista que viene componiendo y recorriendo escenarios intercontinentales desde hace veinte años, primero en proyectos como La Tribu de los Cristianos y Avec Soul, o junto a Mavi Díaz e Isabel de Sebastián, y más tarde como miembro de Man Ray, hasta que el grupo se separó abruptamente a comienzos del siglo.

Ahora, su presente es susceptible y no sólo por el nombre de la banda que completan Salvet y Marcelo Sotelo en guitarras y voces, y el baterista Franco Sardella: “Somos susceptibles porque la experiencia nos modifica. Tocar acá y allá, componer, conocer otro país, el interior, todo eso nos va modificando y ampliando las posibilidades como músicos”, explica la cantante que esta noche a las 23.30 se presentará en el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543). “Toqué en el mainstream y en el under, viví en otro país (España), toco con músicos jóvenes y más grandes, y todo tuvo que ver con la experiencia, con lo que iba pasando”, cierra su idea.

Es cierto que no hay muchas mujeres en el ambiente del rock. O, al menos, es cierto que no poseen la misma visibilidad que los machos del rock. “Donde hay muchos machitos, no hay muchas chicas: pasa en todos lados. Y en el rock los problemas no tienen que ver con el género sino con vericuetos sociales”, marca ella, que por uno de esos vericuetos en 2002 se fue a España, tras meses sin conseguir trabajo, a probar suerte y canciones. Con un disco en stand-by, Pat y Los Susceptibles recorrieron, sin intermediarios y a partir de su propia “autogestión susceptible”, festivales de los grandes, boliches de los medianos y pubs de los chicos. El show de esta noche será la plataforma para una entrega de energía y poesía, de rock en formato canción. Y una oportunidad para ponerse también susceptibles con la banda y retomar la poesía de mirar las estrellas.