En el comienzo, el Rey de Persia canta un aria de amor destinada a un plátano. Se trataba de una burla, desde ya, pero la música era tan bella que terminó convirtiéndose en el aria más famosa de George Frideric Händel. Ese es apenas uno de los malentendidos alrededor de Serse, una de sus obras más atípicas y, en muchos aspectos, geniales. No es su única ópera cómica –de hecho Agrippina es anterior–, pero es la más rara en su estructura: arias cortas, dúos y escenas de conjunto y, sobre todo, una unidad teatral entre recitativos y arias totalmente inusual para la época. “Y fue un fracaso; nadie entendió nada”, dice Pablo Maritano, director de escena de la puesta que la asociación Buenos Aires Lírica estrenará hoy en el Teatro Avenida (Av. de Mayo 1222), con dirección musical de Alejo Pérez y un excelente elenco encabezado por Rosa Domínguez, Marisú Pavón y la húngara Klára Csordás.

Algunos atribuyen la rareza de Serse a la necesidad de Händel de competir, desde su Teatro Real con el Teatro de la Nobleza, que manejaba el hijo del rey. Otra posibilidad es que sencillamente estuviera harto del ambiente. De hecho, después de esta obra se dedicó sólo a oratorios u obras dramáticas sin escenificación. El libreto elegido por Händel ya había sido utilizado antes por Bononcini, uno de sus rivales en Londres, y era, a su vez, una adaptación de uno anterior, usado por Cavalli, un discípulo de Monteverdi. En rigor, la obra de Händel toma bastante más que el modelo de la de Bononcini que, curiosamente, había debido abandonar la ciudad poco antes, acusado de plagio (se había atribuido un madrigal escrito por Antonio Lotti). “Es un tipo de teatro mucho más rico, con personajes mucho menos planos que los típicos del barroco”, explica Maritano. “Se trata de algo que ya existía antes, en la comedia renacentista, por ejemplo, y que reaparece después, con Mozart y sus óperas sobre libreto de Da Ponte, que conoce muy bien esa tradición. Son personajes más contradictorios, más egoístas. Hasta más cínicos, podría decirse. Es mucho más cercano a no-sotros, con su estructura de cuadros breves. Es casi una sitcom.”

Con funciones, además de la de esta noche a las 20, el domingo próximo a las 18 y el martes 21, el jueves 23 y el sábado 25, nuevamente a las 20, Serse contará con diseño de escenografía de María José Besozzi, diseño de vestuario de Sofía Di Nunzio y diseño de iluminación de Gonzalo Córdova. Junto a una orquesta que combinará instrumentos actuales con réplicas del barroco –flautas dulces, laúd, clave– participará el Coro Buenos Aires Lírica, que conduce Juan Casasbellas, y el elenco estará conformado por las mezzosopranos Rosa Domínguez –como Serse– y Klára Csordás –en el papel de Anastre, la prometida abandonada por el rey, que lo ronda vestida de varón–, las sopranos Ivanna Speranza –Romilda, amada por Serse pero amante de Arsamene, su hermano–, Marisú Pavón –Analante, la intrigante hermana de Romilda, también enamorada de Arsamene–, el contratenor José Lemos –Arsamene– y los bajos Norberto Marcos –Elviro, su asistente– y Sergio Carlevaris –Ariodate, vasallo de Serse–.