Héctor Lorenzo, Pomo desde que alguien lo apodó así recalando en los carnavales porteños de mediados de los sesenta, asegura no vivir en la vida real: “Estoy algún día en la vida real, pero en realidad vivo en un sueño”, dice él, seguro de sus palabras. Pomo, entonces, se asume como un baterista onírico y no cuesta pensarlo así, en ese rol, aceitando esos discos de ensueño que marcan el recorrido del rock argentino. “Oye Niño”, grito primal de Miguel Abuelo, no es poco decir en este camino “irreal”. Menos lo son el imprescriptible Pappo’s Blues III, la tríada sublime –en formato y discos– de Invisible, los cuatro álbumes de Jade, o algunos instantes, más acá en el tiempo, como guardián percusivo de Pedro Aznar y Fito Páez. “La verdad es que tuve una carrera privilegiada... No tengo más que agradecerles a Dios y al don que me dio mi padre”, agrega, tras un rápido téster hacia atrás, que se le nota entre silencios.

Pomo, el mismo que, además de grabar en todos esos discos, curtió bailecitos adolescentes con el primer Pappo, El Francés y Pistola –la barra de Juan B. Justo y Cuenca–, antes de que todo sea –“antes de que empezáramos a joder con los autos y los instrumentos”, dice–, acaba de editar, mejor tarde que nunca, su disco debut como solista. Se llama Primario y lo presentará hoy a las 21 en el Velma Café (Gorriti 5520). “Si digo que mi vida es un sueño, entonces no puedo dejar de mostrarlo en un tema: ‘Siempre que soñé’ de alguna manera refleja mi vida, y se conecta con ‘Pidan que sea ya’, que habla del deseo del inconsciente colectivo, de todo ser humano que invoca a San Expedito que le acerque algo que está pidiendo. Yo, en mi caso, pido llegar al escenario”, resume.

–La letra dice “pidan que sea ya, que el cielo se puede volar / Digan que sea ya, que el cielo se puede tocar”. ¿El cielo es el escenario, entonces?

–Tal cual. Es el lugar al que yo siempre quiero llegar.

Primario es primario porque, más allá de connotar un punto de partida, ancla en una estética minimalista. En una idea de groove a palo seco, polirrítmico y contundente, que Pomo domina como un poeta de los palillos a través de once piezas, algunas cantadas, muchas instrumentales, todas suyas. Secundado por un cuarteto –El Don– del que se asume como el 25 por ciento, el hombre que allá lejos en el tiempo –también– compuso “Descalza Camina” junto a Luis Alberto Spinetta, dice que los temas le bajaron “casi todos a la vez” y que el disco se hizo “a trancas y barrancas”. “La verdad es que tenía todas las baterías grabadas desde hacía tres años y el disco salió en el momento menos propicio. Esta profesión es así ¿no?: o dos cosas a la vez o ninguna. Mi plan era sacarlo en 2008 cuando ya había encontrado lo que buscaba: un compromiso conmigo que tiene que ver con dejar una obra personal, más allá de las cosas que haya hecho en colaboración con otros músicos”.

–“Buscando te encontré” es el tema que abre el disco. ¿Qué quiso decir en esa pieza sin letra?

–Refleja lo que me pasó un día andando en bicicleta, tratando de que me bajara alguna idea ¡y me bajó en el medio del tráfico! (risas). Si querés uno con letra, está “A mi papá”. Me satisface mucho haber podido saldar una ofrenda para mi padre en el mismo sitio donde fui a buscar una ofrenda para mí.

–Otro de los cantados conlleva una data sintomática: Spinetta cantando en inglés como en Only Love Can Sustain, aquel disco de 1979.

–Fue sin pensarlo. Después recordé lo de ese disco, pero no va por ese lado. “The day at the day” son cuatro notas que me bajaron a mí, y que llevo en el cuerpo por él. Luis estaba cocinando una pizza y cantó... Ni siquiera es una letra, es un leit motiv y el significado es el día que vos planeás dentro del día, y lo que hace el día en sí con tu día. Digamos, el día en el día, simplemente. Fue en inglés porque me sonaba mejor que en castellano.

Primario implica la primera parte de una trilogía de discos que completarán Secundario e Histórico. Secundario estará integrado por trece temas del propio Pomo con encare groovi’n, más algunas canciones a bajo, batería y guitarra –“trío asesino y devastador”, define–. Histórico, en cambio, se trata de un compilado de temas que el baterista grabó para otros artistas. “El homenaje y la ofrenda que me hago con Primario da el mismo compromiso que tengo con compositores que han forjado mi carrera. Es como un regalo para ellos”, adelanta. La idea es grabar un tema de cada quien –Miguel Abuelo, Spinetta, Pappo, El Huevo, Pedro Aznar, Fito Páez e incluso Seleste y Sr Zutano, dos bandas históricas integradas por Pomo que no llegaron a editar– y acompañar los audios con un trabajo documental sobre los anales del movimiento. “Parto con imágenes de los encuentros en la plaza San Martín y sigo: la lucha, la resistencia, Mandioca, Los Abuelos y todo lo demás.”

–E Invisible entre ese demás, claro. ¿Cómo le rebota hoy el regreso del trío? Ya pasaron nueve meses del que quizás haya sido el momento más emocionante que ha dado la historia del rock argentino...

–Lo que me pasó me pasó esa noche. Estuve al borde de las lágrimas, pero a casi un año no te voy a decir lo que sentí, porque sería como una entrevista para un programa de chismes en televisión (risas). Sí rescato el acercamiento y la cooperación con Luis para que hiciera su registro. Para mí fue muy emotivo, porque no me subía a una tabla con él desde 1984, desde Jade. Fue un reencuentro muy bello. Por lo demás, yo nunca escucho los discos que grabo, nunca más. Sí digo que ese repertorio de Invisible sigue absolutamente vigente, y seguirá a lo largo del tiempo. Sólo depende de cómo se lo encare para dejarlo lucir y, al mismo tiempo, creo que no podría quedar a cargo de otras personas que no seamos Machi, Luis y yo, por más que fueran tres músicos mejores que nosotros. Eso es lo lindo: saber que hay soporte para una temática que es parte del inconsciente colectivo de este pueblo.