Que en Ushuaia haya un festival de música ya es loable. Que allí llegue una orquesta sinfónica rusa, que permanezca en esa pequeña ciudad insular durante catorce días y que interprete todas las sinfonías de Piotr Ilich Tchaikovsky es un signo del peso que ese festival ha ido ganando. Que, además, vayan a estar allí solistas como el croata Goran Filipec o la búlgara Katia Borissova, que el festival cuente con un coro propio, que como consecuencia de los cursos que tienen lugar en el marco de ese evento y del propio estímulo que los conciertos proporcionan, la actividad musical de Tierra del Fuego se haya acrecentado sensiblemente en los últimos años y que la edición que comienza este sábado sea la séptima consecutiva son datos, en todo caso, de un sólido anclaje en la comunidad. Un anclaje que va mucho más allá de la mera programación de conciertos en una región donde es muy poco lo que llega desde afuera.

Ayer fue el primero y hoy a las 21 será el segundo de los conciertos en el teatro Coliseo de Buenos Aires con los que la Orquesta Sinfónica de Moscú presenta en esta ciudad al Festival Internacional de Ushuaia. Con Jorge Uliarte en el podio y, como solista, el pianista Vitaly Pisarenko, ganador del primer premio del concurso internacional Franz Liszt, el programa incluirá la Obertura de la ópera Ruslan y Ludmilla de Glinka, el Concierto para Piano y Orquesta No.2 en Do Menor, Op. 18 de Rachmaninov y la Sinfonía No. 4, en Fa Menor, Op. 36 de Tchaikovsky. Esta orquesta, ya en Ushuaia, dará, junto al Coro del Festival, un concierto gratuito, el sábado al mediodía y en el Polideportivo de la ciudad, en homenaje a los caídos en las islas Malvinas; y a las 20.30 inaugurará oficialmente el festival en su sede, el auditorio del hotel Las Hayas. En ese concierto hará la primera de las sinfonías de Tchaikovsky y, con Csaba Onczay como solista, el Concierto para cello y orquesta de Antonin Dvorak. El festival incluye además clases magistrales, conciertos con entrada libre y conferencias en otras locaciones de la ciudad y, también, en Tolhuin y Río Grande. Y continuará el domingo con un concierto dedicado a Heitor Villa–Lobos por el guitarrista uruguayo Carlé Costa y un homenaje a Piazzolla a cargo del Quinteto de Vientos de la Orquesta Estable del Teatro Colón.

El concierto del lunes 4, con el dúo que conforman los violoncellistas Csaba y Zoltán Onczay, será en el Hotel Los Cauquenes, y el día siguiente, en Las Hayas, volverá a actuar la Orquesta de Moscú, esta vez con Pablo Dzodan como director, interpretando la Sinfonía No. 2 de Tchaikovsky y el Concierto para piano y orquesta No. 20 de Mozart, con Riccardo Cambri como solista. El resto de las sinfonías de Tchaikovsky serán interpretadas el jueves 7 (la tercera, con dirección de Massimo Gualtieri), el sábado 9 (la cuarta, con Uliarte en el podio), el miércoles 13 (la sexta) y el sábado 16 (la quinta). El viernes 8 habrá un recital lírico, a cargo de los cantantes Gabriela Pochinki y Omar Carrión, acompañados por Katia Borissova, y el domingo 10 actuará el Trío Alba, de la Universidad de Musica y Arte de Graz (Austria), haciendo obras de Mozart y Kelly–Mary Murphy.

El lunes 11, por otra parte, tendrá lugar en el ex presidio de Ushuaia la presentación de una obra multimedia, compuesta por Mauricio Annunziata y bautizada Tierra del Fuego (El Misterio del Origen). Entre los músicos que ya han actuado en varias de las ediciones de este festival se destaca el pianista Goran Filipec, que esta vez dedicará por completo su concierto del martes 12 a la obra de Franz Liszt. El jueves 14 actuará el pianista irlandés Michael McHale, el viernes 15 estará el grupo Pro Musica Antiqua de Rosario, dirigido por Christian Hernández Larguía, interpretando música del barroco latinoamericano y de la Edad Media y el Renacimiento españoles. En el final del 16, donde también actuará el Coro del Festival, el programa de la orquesta de Moscú, además de concluir el ciclo sinfónico de Tchaikovsky, incluirá las Danzas Polovtsianas de la ópera El príncipe Igor de Borodin y, con McHale como solista, el Concierto para piano y orquesta No. 1 de Tchaikovsky.