Lunes, 16 de mayo de 2011 | Hoy
MUSICA › COMIENZA EL II ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ORQUESTAS Y COROS INFANTILES PARA EL BICENTENARIO
Más de 1200 chicos y jóvenes, miembros de 15 coros y 20 orquestas, participarán de una serie de actividades pedagógicas y artísticas. El director Alejo Pérez y los solistas Sergio Tiempo y Karin Lechner son algunos de los artistas que forman parte del proyecto.
Por Santiago Giordano
Además de calmar la ira de las fieras, como supo Orfeo, la música puede ser uno de los vehículos más formidables de valores. Artísticos por supuesto, pero también valores que tienen que ver con la inclusión, la sociabilidad y el desarrollo de una profesión a través del trabajo. Con la cultura, en su sentido más amplio. Hoy comienza el Segundo Encuentro Internacional de Orquestas y Coros Infantiles para el Bicentenario. Hasta el jueves tendrá lugar una serie de actividades pedagógicas y artísticas, en las que participarán más de 1200 chicos y jóvenes, miembros de 15 coros y 20 orquestas que forman parte del Programa Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles para el Bicentenario, creado en 2008 por el Ministerio de Educación de la Nación.
En esta edición, el Encuentro ofrecerá a los jóvenes músicos participantes una serie de talleres con prestigiosos docentes y para después de las clases está prevista una serie de conciertos con reconocidos artistas, que en muchas ocasiones compartirán su actuación con alumnos destacados. Los conciertos serán abiertos al público. La apertura de la serie de conciertos tendrá lugar hoy, a las 19, en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125) y estará a cargo del Coro Juvenil del Bicentenario, dirigido por Néstor Andrenacci, y de la Orquesta Juvenil del Bicentenario, bajo la dirección de Alejo Pérez, con la participación de los pianistas Sergio Tiempo y Karin Lechner, como solistas. Tres músicos jóvenes que están desarrollando carreras importantes en el mundo y que de alguna manera se suman a un proyecto social como garantía artística, junto a una nómina extensa de maestros de gran prestigio. “Lo artístico musical es una parte del proyecto. Es importante, desde luego, pero también está todo el componente social, comunitario, de esta particular orquesta”, asegura Pérez en charla con Página/12. “El año pasado empezamos acaso por lo más importante, que era llegar a lugares del país en los que no es habitual la presencia de una orquesta sinfónica –continúa–. De hecho, en la mayor parte de los lugares donde tocamos en las cinco giras del año pasado, nunca se había escuchado una orquesta sinfónica en vivo. El proyecto continúa y este año estamos siguiendo la misma línea: el mes pasado hicimos una gira por el conurbano bonaerense y ahora nos preparamos para esta confluencia en un encuentro de orquestas juveniles.”
–¿El aspecto social de esta orquesta potencia lo musical?
–En esta orquesta lo musical es fascinante, por el entusiasmo feroz que transmiten los chicos. Enseguida se percibe el hambre de experiencia, de música, de conocimiento, de vivencia que tienen. Siento que tengo mucho para dar, pero quizá recibo más de tanta energía desplegada por parte de los chicos. Y aunque suene un poco new age, uno se erige en una especie de mediador de esas energías, para utilizarlas y armonizarlas con los otros 120 o más chicos que están alrededor del director en el momento de los ensayos o los conciertos.
–¿Cómo se arma una orquesta con estas características y estos objetivos?
–La orquesta es eminentemente federal. Hay chicos de todas las provincias y no hay puestos asegurados, con nombre y apellido. La intención es que haya rotación entre los componentes, que todos los chicos del país que tengan un nivel determinado puedan acceder al proyecto. Hay lugares en los cuales no es tan fácil hacer las audiciones, pero como la Orquesta Juvenil del Bicentenario es la consecuencia de un programa con orquestas infantiles que ya tiene casi 15 años y que se está multiplicando en todo el país, se pide a los respectivos directores de esas orquestas que hagan sugerencias sobre los chicos que consideren mejor capacitados para abordar esta etapa.
–¿Existe un límite de edad para entrar a la Orquesta Juvenil?
–Se apunta desde luego a un rango de edad, que estaría más o menos entre fines de la adolescencia y comienzos de juventud. Es la edad en que los chicos ya alcanzaron un nivel importante con sus instrumentos y se pueden plantear una posible vocación profesional en la música. La idea pasa también porque a través del ministerio los chicos tengan una respuesta a la vocación, que se les haga sentir que es posible una etapa posterior al mero entretenimiento que puede ser la orquesta infantil. Que es también una plataforma para proyectarse y vivir de esto.
En torno de la mesa, un grupo de chicos escucha atentamente lo que dice el maestro. Son algunos de los integrantes de la orquesta, que llegaron para comenzar los ensayos. Romina tiene 23 años, vive en Rosario y es violoncellista. Aylén, flautista de 16 años, viene de Florencio Varela, y Yamila, contrabajista, es de Buenos Aires. Enseguida se suman los contrabajistas Kevin, 17 años, de Jujuy, y Esteban, 25 años, de Mendoza. Un rasgo que los une es que ninguno de ellos viene de familia de músicos. Llegaron a la música por propia iniciativa y ahora se encuentran en plena etapa de formación con la vocación bien definida. “A esta altura quiero ser música, no hay vuelta atrás”, dice Romina y cuenta que eligió el violoncello porque en Bariloche, donde nació y vivió su adolescencia, no había demasiadas alternativas. “Era lo que había ahí y yo lo tomé. Más tarde cuando me fui a vivir a Rosario, tuve la posibilidad de estudiar en la universidad. Y finalmente me quedé porque me gusta”, asegura. Aylén empezó con la flauta para poder formar parte de una orquesta del programa. “Yo estaba estudiando piano en el Conservatorio –cuenta–, pero me gustaba el sonido de la flauta. Entré en la orquesta y terminé dejando piano, porque me quiero dedicar a esto.” También Yamila comenzó en una orquesta escuela y llegó al contrabajo porque no había más lugar para violoncello. “Al principio no le di mucha bolilla, pero con el tiempo me di cuenta de que era lo que quería y empecé a estudiar cada vez más. Ahora sé que quiero vivir de esto y que cuando tenga 50 años quiero seguir tocando el contrabajo o siendo profesora”, dice Yamila. Esteban, por su parte, comenzó con el bajo eléctrico cuando terminaba la secundaria. “Con el contrabajo descubrí un instrumento nuevo –asegura–, me terminó gustando y ya hace seis años que lo estudio.” Kevin cuenta que nunca había visto un contrabajo antes de tocarlo. “Recuerdo que la audición fue un sábado a la mañana y cada uno tenía que tocar algo en un instrumento. A mí enseguida me llamó la atención el contrabajo, por el tamaño.”
El programa que propondrá hoy la Orquesta Juvenil incluirá Cuadros de una exposición, de Modest Mussorgsky, y Tango Rhapsody, del joven compositor argentino Federico Jusid. “Podemos abordar repertorios importantes, porque la pasta que tienen estos jóvenes es impresionante –interviene Pérez–. El talento que tenemos latente desparramado por todo el país, por ahí sin hacerlo confluir, es notable. La elección del repertorio antes de la primera gira fue un poco un salto al vacío: había que combinar formación y nivel artístico. Con Claudio Espector, alma mater del sistema de orquestas infantiles del cual la Orquesta Juvenil del Bicentenario es la piedra superior de la pirámide, enseguida comprobamos el gran nivel que pueden alcanzar los chicos con el agregado de un entusiasmo y una mística demoledores.”
La serie de conciertos de Encuentro continuará mañana a las 18 en el Auditorio de Belgrano (Cabildo y Loreto), con Voces del Cielo (Bolivia), Grupo Vocal de Difusión (Argentina) y Grupo de Canto Coral (Argentina). A las 19, en el Teatro Coliseo, actuarán Jorge Layana y María Varich (Ecuador), Oscar Albrieu y Raúl Becerra (Argentina), y Frank Kumor (EE.UU.). El miércoles, a las 18, en el Auditorio de Belgrano estarán la Orquestra Furiosa do Auditório Ibirapuera (Brasil), Projeto Guri (Brasil) y Sonidos de la Tierra (Paraguay), mientras que a las 19, en el Teatro Coliseo, intervendrán el Sonor Ensamble (España), con jóvenes instrumentistas invitados, y Cuauhtémoc Rivera Guzmán y Yolanda Martínez (México). El cierre será el jueves, a las 17, en el Coliseo, con el Sonor Ensamble con jóvenes instrumentistas invitados, la Orquesta Juvenil del Bicentenario, dirigida por Stefan Lano y coros y orquestas de los participantes a los talleres. La entrada es gratuita y se retira en los respectivos teatros.
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