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“Mala”, dice a secas la Mala Rodríguez del otro lado de la Cordillera, al comenzar la entrevista telefónica. La duda era si llamarla María, tal es el nombre con el que su madre la trajo al mundo, o Mala, como la había bautizado su tía cuando era una niña. La fuerza de su alias primó y de pronto se cristalizó en su nombre de guerra cuando comenzó a hacer graffitis y a firmar de esa forma las paredes. “Luego se convirtió en mucho más porque realmente las palabras tienen mucho poder y tiene que ver con mi manera de afrontar la realidad que toca y vivimos. En este mundo, la mujer ha sido tachada como algo menos que el hombre y parece que hay que jugar siempre con todos los obstáculos que se nos ponen por delante”, decreta la cantante de hip-hop, que hoy a las 21 se presentará en La Trastienda (Balcarce 460).

En Dirty bailarina, su octavo disco de estudio, la Mala propone un concepto de antiheroína justiciera que viene a salvarla a ella. Hasta el arte de tapa, inspirado en el trabajo del fotógrafo checo Jan Saudek (quien refleja a personajes callejeros y prostitutas), está pensado para darle luz a esta sucia bailarina: la cantante luce como una guerrera que, atenta a las exigencias del mundo femenino, se está depilando las axilas para salir a pelear como una lady. “Es el álbum que más se acerca a mi yo interior. Digamos que hace un dibujo de ese personaje que he usado para hacer este trabajo. En otros trabajos he hecho canciones donde he reflejado mi decisión, mi punto de vista sobre distintos temas. En Dirty bailarina he trabajado más la foto de este personaje. Quería reflejar su vida, cómo siente el amor, cómo siente el duelo, la lucha social, cómo siente, cómo piensa, cómo responde a las cosas que nos ocurren alrededor”, explica la española.

–Ya pasados los 30, ¿qué queda de aquella Mala que graffiteaba las paredes cuando era una niña?

–Pues creo que la esencia de cada persona siempre es la misma. Dicen que los africanos le cantan una canción al bebé que nace y que esa canción está con él para siempre. Es un cuento y yo creo en esas fábulas, en esas historias, porque realmente ya nacemos con una energía y con una luz, ¿verdad? La esencia no cambia, nos vamos llenando de capas y capas, y la lucha es quitarse esas capas y descubrir cuál es nuestro verdadero color, nuestra verdadera luz, y aceptarnos tal y como vinimos al mundo. Así que no es lo que queda, es lo que siempre hubo. Trato de conocerme, de aprender cada día, de quitarme peso de encima cada día y de disfrutarme, de mirar el mundo con amor y con gusto.

–Esa luz, esa energía de la que habla, ¿es la que la hizo posicionar en un mundo tan masculino como es el hip-hop?

–El mundo entero es masculino, eso ya lo sabrás en la profesión del periodismo. ¿Cuántas directoras hay en el periódico para el que trabajas y a cuántas mujeres ves en los puestos de las grandes empresas multinacionales? Estamos rodeados de hombres. Los hombres han visto el potencial que tenemos y nos tienen ahí como “que no suban, que no vengan porque nos vamos a quedar en el paro (desocupados)”. Por naturaleza, cada uno tiene unos dones, y es maravilloso ver las cosas que saben hacer el hombre como hombre y la mujer como mujer. Por ejemplo, en lo económico –aunque no quiero generalizar–, la mujer tiene un don especial porque prevé por naturaleza, al igual que el hombre es bueno en otras cosas. No sé, yo juego mis cartas, lo único que hice fue hacerme respetar. He respetado a quien se lo ha merecido y he tratado de ser sincera conmigo misma y con los que me han rodeado, siempre. A partir de ahí es que he caminado y me he dado a conocer. En mi ciudad me han querido y siento ese amor todavía. No importa que sea mujer, lo que importa es más que eso.

–¿Cómo es eso de que la “parieron fuerte”, como canta en “Galaxias cercanas”?

–Esa canción habla de que realmente todo es muy relativo y en esta vida las cosas importantes son aquellas que son contadas a la larga distancia. Pero si conoces lo que hay a millones de años luz y puedes ver lo que hay detrás del Universo, ¿qué importan las cosas? Los problemas se hacen muy chiquiticos cuando uno usa un gran zoom y se da cuenta de que esas cosas que te hacen la vida un pastel no son realmente importantes. Se trata del poder que tenemos dentro, de toda esa energía divina que hay dentro de nosotros y que hay que aprovechar cada segundo.

–¿A quién le habla en la canción “Prima”?

–Bueno, pues les hablo a mis primas, a mis amigas, a todas las mujeres que se han cruzado conmigo y me han demostrado ser mis hermanas. Le hablo a la mujer.

–¿Sus letras son autorreferenciales?

–Por supuesto. Uso todo lo que tengo en la música. No sabría qué hacer con todo lo que vivo porque para mí es algo muy natural. Desde que soy niña siempre he escrito y me siento poeta. Siento que todo lo que llega a mi vida es una fuente que es parte de mi proceso creativo, la experiencia.

–¿Está al tanto de lo que pasa en la Argentina con la trata de mujeres?

–La verdad es que llama la atención ver tantas fotografías de mujeres desaparecidas y ya me lo han dicho varias veces, este asunto que me estás contando es bastante común. Me duele, me hace sentir muy triste porque no se acaba nunca. Es terrible que haya tanta gente aprovechándose de tantas personas y especialmente de tantas mujeres. No entiendo cómo no hay más seguridad hacia las mujeres y más respeto, no lo entiendo. ¿Hasta cuándo?