Jueves, 8 de marzo de 2012 | Hoy
MUSICA › JUAN PABLO CHAPITAL PRESENTA SU CD FOTOGRAFíA SILENCIOSA
El músico uruguayo convocó a un seleccionado de invitados de las dos orillas para su disco debut. Desde Javier Malosetti hasta los hermanos Fattoruso se acercaron para enriquecer un trabajo atravesado por la música popular rioplatense, pero sin rótulos genéricos.
Por Cristian Vitale
Tiene 36 años, es uruguayo y ya tiene carnet en el club de los músicos animales. Apenas debutó con un disco, los Fattoruso brothers (Hugo y Osvaldo), Urbano Moraes, Javier Malosetti, Rubén Rada y el Mono Fontana, casi un seleccionado condensado del sonar rioplatense, cantaron presente. El disco se llama Fotografía silenciosa y Juan Pablo Chapital –principal responsable– lo presenta esta noche en el Café Vinilo (Gorriti 3780) con Malosetti y Fontana como invitados. “Las suertes de la vida, la amistad y las diferentes situaciones musicales hicieron esto posible... Cuando les comenté de mi disco ellos estuvieron ahí y pusieron todo. Soy un agradecido de la vida”, destaca el guitarrista-compositor, cuyos antecedentes en las dos orillas del Río de la Plata explican el porqué cualitativo del staff de invitados: no sólo trabajó con cada uno de ellos, sino también con Mariana Baraj (en Churita), el Chango Farías Gómez (ciclo en el Velma), Liliana Herrero (en Litoral), Fernando Cabrera (en Bardo), No te va Gustar (en Solo de noche), y varios más. “A Liliana siempre la admiré y no podía creer cuando me dijo que le interesaban mi sonido y mi estética para trabajar con ella; al Chango me lo presentó Juampi Di Leone, su flautista, y fue tremenda la onda que pegamos...; él admiraba la música del Uruguay, y Urbano, bueno, es un hermano para mí. Tenemos ideas que a veces se concretan y a veces quedan en el juego y el divague..., nos colgamos horas hablando, caminando y tocando”, resume, como un pantallazo entre sus franjas guía.
–¿Y Cabrera...? Parece de otro planeta.
–¡Ja! El trabajo con él está buenísimo. Nunca un tema va a salir igual dos veces porque va buscando y jugando con los matices. A veces se sube, a veces se toca mínimo y hay que estar ahí, súper despierto, para manejar los planos, los volúmenes, las texturas. Es un buscador, un fusionador de ritmos.
Casi –poesía al margen, claro– un alter ego. Chapital es funcional a músicos como Cabrera porque se mueve como pez en el agua en eso de extirparles matices nuevos al jazz, el folklore o la música popular rioplatense. Fotografía silenciosa es, en rigor, un acabado muestrario instrumental de músicas propias que se paran, equidistantes o no, entre lo acústico y lo eléctrico. Una confirmación de background bien usado que no ahorra nexos, por encajarlo de alguna manera, entre lo universal del jazz y lo regional de la MPRP (Música Popular del Río de la Plata). “Mi gusto va por el lado de la textura jazzera mezclada con otras cosas. Digo, no me considero un jazzero, pero amo el género, para mí es un alimento más”, cuenta.
–¿Es jazzero, rockero, candombero o todo eso junto, entonces?
–Todo eso junto ¡y blusero! (risas). En verdad, pasa que me cuesta rotularme. Soy amante de la música y no podría vivir sin escuchar y tocar Gardel, Hendrix, Rada o Coltrane, todos me llegan al mismo lugar y me mueven la misma fibra.
Chapa –tal su apodo– nació en el Brazo Oriental de Montevideo y de chico lo nutrieron las músicas de Hugo Fattoruso, Eduardo Mateo, Jaime Roos y el mismo Cabrera que escuchaba su hermana mayor, hasta que eligió ser –casi– uno más entre ellos por la necesidad de curar algunas cosas. “Recién ahora creo que resultó. La música me hace estar más en mí. Me siento bien cuando toco, y trato de estar siempre colocado... la música es una buena compañera de ruta y una ruta en sí misma”, define. Y traduce en “Silence please”, “Siete vidas” y Espárragos”, temas puntales del disco debut. “Lo de ‘fotografía silenciosa’ tiene que ver con esto de la cura, también. Me gustó la idea, porque la fotografía deja registrado un momento exacto... lo de silenciosa tiene más que ver con una búsqueda de silencio personal.”
–Cuatro músicos que admire y razones incluidas. ¿Puede ser?
–Claro: Hugo Fattoruso por su magia, porque lo escucho desde los Shakers, Opa, los Pusilánimes y Rey Tambor, como instrumentista y como cantante, y siempre es él, único y consecuente. Miles Davis, un tipo que siempre estuvo un paso adelante, colocadísimo. Atahualpa Yupanqui, porque me matan su poesía, su música, lo autorreferencial de su búsqueda de silencio y su relación con la naturaleza. Y Beatles, porque todo está ahí... sin ellos, nada.
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