La presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó en el Museo del Bicentenario el plan integral de cultura más ambicioso del que se tenga memoria. Para decirlo más ajustadamente, hizo una apuesta estratégica: una inversión inédita que ronda los mil millones de pesos. Bajo el lema “Inclusión en la diversidad”, el Plan Nacional Igualdad Cultural concibe el acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación y a la cultura como derechos fundamentales, y tiene por objetivo crear las condiciones que permitan la igualdad de oportunidades en el acceso a la producción y el disfrute de bienes y servicios culturales.

Este Plan relaciona e integra las múltiples políticas públicas nacionales en materia de infraestructura tecnológica y comunicaciones que viene desarrollando el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, y las políticas culturales federales que implementamos desde la Secretaría de Cultura de la Nación.

La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue la batalla cultural más importante de nuestra historia. Su sanción en el Congreso por un amplio abanico de fuerzas parlamentarias permitió multiplicar los canales de comunicación y significó un avance inédito en la pelea por la pluralidad de voces. Ahora lo que falta es llenar de contenidos esos nuevos espacios abiertos, y hacer de esa potencialidad un acto real y concreto que llegue hasta el último pueblo de la Nación. Si con la ley de medios abrimos las autopistas de la comunicación, con Igualdad Cultural estamos “pavimentando” esas vías con tecnología de última generación, para que la cultura circule en toda su plenitud y diversidad.

Es por eso que esta iniciativa se articula en cuatro ejes de acción. La Red Federal de Cultura Digital conecta y vincula tecnológicamente espacios culturales del país, que reciben el nombre de Estaciones Culturales de Producción y Estaciones Culturales de Exhibición, organizando una verdadera trama federal de intercambio libre y gratuito de experiencias y contenidos. El área de Infraestructura Cultural, por su parte, pondrá en valor el patrimonio cultural de la Argentina y creará espacios para el disfrute y la producción de actividades artísticas, amén de habilitar nuevas zonas dirigidas a generar, conservar y distribuir contenidos, completando así el mayor período de construcción de metros cuadrados destinados a la cultura de los últimos 50 años. El eje de Promoción y Estímulo a la Innovación en las Artes y las Industrias Culturales fomentará producciones vinculadas con la música, el teatro, la danza y la radio, entre otras. Y, por último, el Centro Cultural del Bicentenario, único en su tipo en el país, se transformará en escenario de la diversidad cultural de la región y del mundo, con propuestas de calidad al alcance de todos, y funcionará como sede del Plan Nacional Igualdad Cultural.

La coordinación de los esfuerzos dispersos, la articulación de la política pública entre dos agencias estatales como son nuestra Secretaría de Cultura y el Ministerio de Planificación, tienen algo de metáfora acerca de lo que siempre hemos sostenido que es la cultura de un país. La entendimos, siempre, en su doble dimensión: simbólica y material. Porque la una sin la otra no son más que buenas intenciones. La infraestructura hundida en la tierra sin el talento que la inspira es materia inerte, y la mejor actuación artística no es un hecho artístico si no tiene el soporte material que la contiene y la pone en circulación entre el público. De la unión inexorable de ambas nace la cultura vibrante de un país.

Por eso, este Plan es un hito en la vida cultural argentina que apunta en el sentido clave que trazó la Presidenta cuando anunció la necesidad de la hora: avanzar en la sintonía fina del modelo. La articulación de los esfuerzos bajo la dirección estratégica de Igualdad Cultural nos permitirá optimizar recursos y energías, y poner bajo un paraguas institucional acciones que se encontraban dispersas. La sinergia que producirá esta nueva coordinación, genuinamente federal además de multiagencial, significará un salto de calidad en el desarrollo de una política cultural cada vez más plural, integradora y diversa. Porque los pueblos son tan grandes como su proyecto cultural, que no es otra cosa que la conciencia sobre su identidad.

* Secretario de Cultura de la Nación.