Martes, 5 de junio de 2012 | Hoy
MUSICA › MACEO PARKER, UNO DE LOS REFERENTES CONTEMPORáNEOS DEL FUNK
El músico que tocó con James Brown, George Clinton y Sly Stone, entre otros, se presentará este jueves en Buenos Aires. “El funky te invita a olvidar por un momento los problemas”, dice el saxofonista. Gillespi Band será el grupo invitado.
Por Santiago Giordano
El elemento negro, la condición de “negritud”, seguramente está entre los aditivos más cautivantes para los consumidores de música de las últimas décadas. Las distintas formas de la música negra y sus contextos saben seducir con una atractiva y equilibrada mezcla de contrastes, cuyas interpretaciones podrían pasar por el misterio y la revelación, el padecimiento y la felicidad, el cuerpo y el alma. El funk no es la excepción. Es más, sus cultores aseguran que este género en el que entre otros humores y colores se funden el soul y el rhythm & blues, logra una comunicación con el público mucho más directa e inmediata que la que logran otras músicas, blancas o negras. “Porque es una música que se liga directamente con las raíces negras, con el canto colectivo y con la iglesia. Y sobre todo crea un ida y vuelta en el que es fundamental la participación de la gente, que acompaña con palmas, se mueve, baila y responde con coros”, asegura Maceo Parker, saxofonista y showman, uno de los más importantes referentes del funk actual.
Parker –apellido que después de Charlie resulta la mejor carta de presentación para cualquier saxofonista alto, aun en los márgenes del jazz– es el heredero directo de esa tradición que se escucha con el cuerpo, una genealogía que pasa por los cantantes James Brown y George Clinton, con quienes Parker tiene mucho que ver. La historia cuenta que en la banda de Brown, Parker supo integrar junto al saxofonista Pee Wee Ellis y el trombonista Fred Wesley una sección de vientos que se hizo famosa como los J. B.’s Horns. Durante los ’70 formó parte de los Parliament-Funkadelic, de Clinton, y lideró varios proyectos propios, entre ellos Maceo & All The King’s Men, con su hermano Melvin, baterista, y varios elementos de la banda de Brown, y más tarde Maceo & the Macks. Tocó también junto a Sly Stone y, más acá en el tiempo, grabó con Prince, entre innumerables participaciones como sesionista.
Este jueves a las 21 en el teatro Gran Rex, Parker se presentará con su banda. La máquina del funk de Parker vuelve a Buenos, donde a fuerza de descargas de energía positiva y despreocupada, ha sabido cultivar un público fiel y numeroso. Vuelve para seguir grooveando, sin disco nuevo, pero con The Fingers on the pulse of funk, otra excelente ocasión para un aquí y ahora con lo que muchos consideran la más trajinante de las músicas negras. Como grupo telonero estará Gillespi Band.
–Lo que pasa en Argentina con la música funky pasa en todo el mundo. La música funky tiene un elemento que dice: el tiempo de pasar un buen momento es ahora; la fiesta es ahora; el tiempo de celebrar es ahora; el momento de bailar es ahora. Y cualquiera sea el lugar o el momento en que la música funky es tocada es recibida de la misma manera. De allí que, la verdad, no sea una sorpresa para mí que los argentinos reaccionen de esa manera ante la música funky. ¡Pero me encanta que sea así!
–Por la misma razón que le comenté antes. El funky te invita a olvidar por un momento los problemas: que necesitas gomas nuevas para tu auto o que el abuelo se está volviendo viejo. Se trata de poner todo eso aparte, de hacer un paréntesis y recortarte un tiempo para vos mismo y para la fiesta. Para pasar un buen momento. No es más que eso.
–La ecuación de dos por ciento jazz y 98 por ciento Funky es real y es la potencia con la que movemos nuestra máquina. Trabajamos duramente en el escenario para que pueda ocurrir algo especial con el público y algo siempre ocurre. Pero la mayoría de las veces nos llevamos una sorpresa: finalmente no sabemos por qué exactamente ocurrió lo que ocurrió. Creo que eso tiene que ver con el espíritu.
Para Gillespi, la situación de telonero de Maceo Parker y su banda es más que una grata sorpresa. “Hace algunos años, cuando me ocupaba de la producción musical del programa Fútbol de Primera, tuve el gusto de conocer a Maceo –recuerda el trompetista–. Entonces se me había ocurrido convocarlo para hacer unos solos de saxo, que fueron grabados y filmados en formato cine, en 35 mm. No sé si él recordará el episodio, pero para mí fue como tocar el cielo con las manos. Aunque nunca imaginé que la vida me iba a deparar la posibilidad de reencontrarlo en una ocasión como la del jueves.” Gilespi recuerda también que fue Roberto Pettinato el que lo introdujo a la música de Parker. “Si bien había escuchado a James Brown en mi adolescencia, fue Roberto el que me influyó definitivamente y orientó mi escucha sobre la participación de Fred Wesley y Maceo Parker en la banda de Brown. Desde aquellos años, los ’80, sigo a Maceo en sus discos, así como también los discos de los J.B.’s Horns”, comenta y agrega: “Siempre me sentí muy cerca de la música negra en general. El funk y el soul, aunque también algo de la música disco de los ’70, fueron naturales en mi adolescencia. Era la música que solíamos bailar en los clubes de barrio. Posteriormente me metí de lleno en el mundo del blues, el rock y el jazz. Sin dudas, todas estas músicas están emparentadas. Es difícil imaginar el blues sin el jazz y el funk sin el soul, por ejemplo”.
Con su líder en trompeta, flugelhorn y E.W.I (electronic wind instrument), la Gillespi Band se completa con Sebastian Peycere (batería), Paul Dourge (bajo), Ariel Ferreyrola (guitarras), Patan Vidal (piano y órgano) y Alejandro Chiabrando (saxo tenor). “La música que hacemos no es tan definida estilísticamente como la de Maceo –aclara Gillespi–. Soy argentino y por mi universo musical confluyen una variedad de músicas distintas, desde el jazz y la fusión, hasta el funk y algo de rock argentino.”
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