Hoy es un día de luto para la Argentina. Hemos perdido una mujer fundamental, significativa, reflexiva. Tenemos que saber con toda claridad y contundencia que la pérdida de Leda Valladares es enorme para la cultura argentina. En la reflexión musical era una filósofa y alguien que pensaba en las músicas anónimas de los pueblos. Su legado es extraordinariamente amplio, muy exquisito. Fue la gran recopiladora de piedras preciosas de la música anónima del noroeste argentino. Ella recopiló ese material y lo entregó. Siempre deseé que la pérdida de los artistas de este país no se anticipe. Es importante que el país reconozca y valore los músicos que tenemos. Y ella no tuvo el reconocimiento que merecía. La tarea que ella realizó debería reconocerse mucho más. Que los medios hablen de ella ahora me parece que es un reconocimiento tardío y fugaz. Ella estuvo siempre y estará. No es sólo este momento en el que se debería recordarla. Yo participé del Grito del cielo I y II y tuve la oportunidad de trabajar con Gustavo Cerati, que también participó. Recuerdo ese encuentro que tuve con ella en los ’80, que también lo compartí con un montón de músicos argentinos como Raúl Carnota, Pedro Aznar, Fito Páez, Charly García, gente tan hermosa que estuvo cerca de ella en esos discos. Fue un experiencia de enorme aprendizaje. Ella rescata con Grito en el cielo (el nombre me parece un hallazgo) ese grito ancestral del músico con caja, un grito que era liberador. Leda ha escrito mucho sobre ello y deberíamos leer mucho más de ella. Fue muy hermoso participar de esa experiencia.