“Yo mentí para vos”, dice en el nombre del último disco Karina Buhr. Es una canción de su autoría, como todas las que integran el disco de esta bahiana radicada en Recife desde los 8 años, en las que es posible rastrear los sonidos de ese origen, pero en las que también se perciben otras influencias como el rock, con la marca de un sello personal que tiene algo de encantador, y una poética desenfadada en la que caben guiños irónicos. Con este disco, grabado en 2010 pero recién editado en la Argentina por Sonoamérica y Suramusic, Buhr viene a dar su primer concierto en Buenos Aires, mañana a las 21 en Niceto Club (Niceto Vega 5510), una presentación que se dará en el marco del Bafim 2012.

Si se le pregunta puntualmente por sus influencias musicales, Buhr se remonta al Carnaval de Pernambuco, y a las bandas y grupos que conoció y con quienes tocó en Recife desde principios de los ’90: Maracatu Estrela Brilhante, Maracatu Piaba de Ouro, banda Eddie, Erasto Vasconcelos, Bonsucesso Samba Clube, Véio Mangaba e suas Pastoras Endiabradas, Comadre Fulozinha, Mestre Ambrósio, Mundo Livre s/a... Un universo musical que responde a tradiciones y códigos bien definidos, que tuvo que ver con sus comienzos musicales, y que hoy suena en su música, justamente, como una referencia, una influencia entre otras.

Lo demás es un sonido moderno y una impactante presencia escénica, de gran despliegue performático, que le han hecho cosechar algunos títulos. “Una Patti Smith con los ojos pintados”, “la sucesora de Rita Lee”, son algunas de las etiquetas con las que, a falta de mejores posibilidades de clasificación, ha sido presentada esta cantautora, también percusionista, también actriz e ilustradora. Ella se ríe de estas etiquetas en diálogo con Página/12, pero reconoce que tienen algo de halagador.

–Se habla de usted como “la heredera de Rita Lee”. ¿Le queda cómoda esa presentación?

–Creo que esta comparación existe solamente por el hecho de que yo soy mujer, y quizá porque el rock está en mí de alguna manera... de varias maneras (risas). Rita Lee está súper activa, lanzando disco nuevo, creo que es una tontería pensar que alguien es su heredera o algo por el estilo. Obviamente me siento halagada por esta referencia y claro, ¡me gusta mucho! Pero creo que se trata solamente de una referencia. Me alegra que la gente se acuerde de ella cuando me ve, pero no es una comparación, es solamente una celebración, quizá por lograr un sonido suelto hecho por una mujer brasileña, por lo que eso representa y no exactamente por la semejanza sonora. De todos modos a Rita Lee la escuché mucho cuando era chica y siempre me gustó. Así que oír ahora esta comparación me genera una sensación muy linda, por los recuerdos que se me aparecen inmediatamente.

–Además de cantante, compositora y percusionista, es actriz, también ilustradora. ¿En qué medida influyen estas otras facetas artísticas en sus canciones?

–Soy malísima para definir medidas... Para mí todo está muy mezclado, no puedo separar una cosa de la otra. No tengo los sectores divididos y ordenados. Hago todo a la vez: dibujar, escribir, hacer música... no existe ningún orden, así que no podría decir cuál fase influye a cuál.

–Sus shows tienen mucho de impacto en escena, luce muy desenfadada y performática. ¿Qué impronta busca darles a sus conciertos?

–En el escenario, durante los shows, hago lo que siento en el momento, de acuerdo con las canciones que escribí y que toco con mi banda. No hay planes ni definiciones previas. Ni siquiera tengo la intención de parecer performática. Salgo bailando o no, saltando o no, todo va de acuerdo con el sentimiento del momento, y no por un guión establecido previamente. Ni siquiera intento dar una imagen. Simplemente voy haciendo, como pinta... Finalmente, lo que pinta es una imagen verdadera, sin importar dónde puedan encasillarme... Eso termina siendo algo bueno para mí, pero, la verdad, no fue buscado. En fin... ¡Bienvenido lo que pinta!