Las presentaciones de Concierto Especial de Navidad, con la voz de Ligia Piro, dirección y arreglos sinfónicos especialmente creados por Popi Spatocco, y la participación de 150 jóvenes artistas pertenecientes a la Orquesta Sinfónica y el Coro del Proyecto Orquestas Infantiles y Juveniles de la Ciudad de Buenos Aires anuncian momentos especiales por varios motivos. El primero, el valor de estos conciertos que involucran el trabajo de muchos artistas, con un repertorio de canciones de todo el mundo que invitan a celebrar el espíritu navideño, en una producción especial del Ministerio de Cultura porteño. Pero son también conciertos especiales por el momento que está atravesando el proyecto que sustenta estos conciertos, pensado para dar contención a través del arte a niños y jóvenes de sectores vulnerables, que en sus quince años de vida ha demostrado su valor artístico y social, y que en estos días ve seriamente amenazada su continuación por la falta de apoyo del área de Educación del gobierno porteño de la cual depende.

Las presentaciones gratuitas del Concierto Especial de Navidad, que comenzaron ayer, seguirán hoy a las 20 y mañana a las 19 en la Usina del Arte, en el barrio de La Boca (Pedro de Mendoza 501). Quienes lo llevan adelante, con un trabajo arduo y a la vez entusiasta de ensayos multitudinarios en los días previos, están tan entusiasmados por la presentación como preocupados por la posibilidad de que sea una de las últimas, al menos en estas condiciones de calidad de trabajo. “Sé que hay sectores dentro de Educación de la Ciudad que están planteando grandes dificultades al programa”, marca su preocupación Spatocco. “Quiero creer que primará el buen criterio de mantener y seguir apoyando un programa que no tiene fisuras, que está dando resultados excelentes, por el trabajo consecuente de todos los alumnos y profesores que lo integran, con el infatigable maestro Claudio Espector a la cabeza”, destaca. “Esta realidad de hoy, con una orquesta y coro de 150 chicos dando un concierto impecable, sólo es posible porque hace quince años que se está trabajando bien. Hay que continuar y ampliar el proyecto, apoyando a la gente que lo construyó desde cero. Es completamente incomprensible que haya alguien trabajando en Educación que piense distinto, o esté en contra por razones de política partidaria. Lo importante en todo esto son los niños y jóvenes que encuentran en este programa un espacio de desarrollo, educación y orgullo.”

Ligia Piro agrega que el Programa de Orquestas Infantiles debe sostenerse y apoyarse “porque un país se sostiene entre otras cosas, con su cultura”. “Sería grave que todo el esfuerzo de los chicos, los docentes y la música como factor principal queden a un lado... Es claro que como sociedad fallaríamos nuevamente. No tengo dudas de que el arte rescata a las personas, y lo digo por experiencia personal. Tocar un instrumento, bailar, cantar, pintar, generan una sensación de libertad irremplazable. El esfuerzo enorme que hacen los chicos para superarse cada día como personas, como profesionales de la música, que ya han demostrado que son, es impresionante.” En el último tiempo, los integrantes del programa de Orquestas Infantiles y Juveniles han denunciado “reducción de presupuesto, cancelación de conciertos, intimidación y hostigamiento”. Unos quince días atrás, organizaron una marcha musical frente a la Jefatura de Gobierno porteña, haciendo sonar todos sus instrumentos. “No vamos a permitir que la educación para los pobres sea pobre”, se plantó entonces Claudio Espector, gestor del proyecto. El programa depende específicamente de la Subsecretaría de Inclusión Escolar del Ministerio de Educación, a la que alumnos, padres, profesores y músicos han denunciado por haber emprendido una serie de acciones tendientes a “vaciar” el proyecto del que hoy participan 230 maestros y más de 1700 chicos, algunos de los cuales ya son a su vez profes de otros chicos, han ganado premios prestigiosos y han sido becados en academias de todo el mundo por sus condiciones como instrumentistas.

Sobre los conciertos de hoy y mañana, sus protagonistas se entusiasman con la idea de contribuir con él a dar visibilidad al valor de estas orquestas y coros. Piro dice sentirse “orgullosa de formar parte de esta fiesta musical”. “Que los chicos me permitan participar de su grupo es uno de los honores más grandes que me pudieron dar como artista”, define. “Cantar con los chicos de la orquesta y del coro, conocer a los colaboradores, las mamás, los docentes que acompañan, es tomar conciencia de que los artistas estamos esperando unirnos en algún momento de nuestra existencia para combinar nuestras experiencias y ofrecer calidad, amor y buena energía. Se trata de mirarnos y reconocernos. Mirar un poco al otro y decir: ¡Qué bueno, estabas acá, a mi lado! Es emocionante ver la concentración con que los chicos miran a Popi cuando les da una indicación o sugerencia”, cuenta.

Piro y Spatocco seleccionaron juntos el repertorio, buscando abarcar canciones de Navidad de distintas culturas. Y así en estos conciertos sonarán los géneros y estilos más diversos, del candombe al folklore argentino, del jazz a la música judía, de la cumbia al barroco o la copla española. “El ensayo con la Orquesta fue muy intenso y fructífero –se entusiasma el director–. Los músicos de la orquesta han adquirido en estos años una práctica y disciplina notable y además un manejo de los estilos populares muy destacable. No estamos hablando de una actividad musical recreativa, es una orquesta que va adquiriendo muy buen nivel, donde se trabaja con rigor y alegría, una combinación rara de encontrar”, la define. Esta formación, de la cual hoy la ciudad puede enorgullecerse, mostrará hoy y mañana el Concierto Especial de Navidad. La invitación queda abierta y Piro la verbaliza: “No privemos a niños y jóvenes la posibilidad de ejercer la profesión en la música. ¡Que vengan todos!”.