MUSICA › ENTREVISTA A FABIANA CANTILO, QUE GRABO UN CD DE COVERS
Una voz para hacer historia
La cantante habla sobre Inconsciente colectivo, el flamante disco que pensó como un homenaje al rock argentino.
› Por Roque Casciero
Antes de que la cinta del casete empiece a rodar, Fabiana Cantilo le habla al grabador: “¡No tengo nada que ocultar!”, dice, y larga la carcajada. Enseguida mira a los ojos y dispara, sin tutear: “En serio, pregunte lo que quiera”. La cantante parece no poder contener sus ganas de hablar sobre Inconsciente colectivo, el flamante disco que pensó como un homenaje al rock argentino. Allí, la misma chica que apareció al frente de Los Twist, que hizo su carrera cerca de Fito Páez y Charly García y que convirtió en hit Mi enfermedad, de Andrés Calamaro, hace interesantes versiones de esos autores y de Soda Stereo, los Redondos, Bersuit y Divididos, entre otros. Fabiana repasa la lista de invitados (Gustavo Cerati, Páez, Hilda Lizarazu, Daniela Herrero y Gabriel Carámbula) y no para, como si la entrevista fuera un monólogo fragmentario que a veces tiene que interrumpir para escuchar las preguntas del periodista: “Estamos aquí gracias a que pude escuchar al gran Afo (Verde, el productor del disco). Un poco es gracias a Afo y también gracias a mi poder superior, que hizo que estuviera serena para escuchar una linda propuesta”.
La linda propuesta fue la que le hizo el productor: quería un disco de versiones de las canciones que están en el inconsciente colectivo argentino. Entonces juntos armaron una lista de 35 y los oyentes de La Mega votaron cuáles debían ir adentro del disco. “Eso se le ocurrió a Afo, para que la gente participara”, suelta ella. “La Mega fue la que hizo que me conocieran los pendejos. Ojo, yo había hecho la primera lista, no es que me eligieron las canciones. A mí me parecía raro, pero me entregué. Y menos mal, porque si no quedaba como el orto yo con los que quedaron afuera (se ríe). Igual, no quería hacer un disco fácil, que se vendiera porque eran todos hits. Le dije a Afo: ‘Ni se te ocurra que voy a poner Mi enfermedad’.” Fabiana juega con el título de la canción: “Se me acaba de revelar que me conocen por mi enfermedad. ¡Que fuerte! Pero ahora no más”.
Antes de apretar play, Inconsciente colectivo puede generar escepticismo en un rockero con cierta dosis de prejuicios. Repaso: la idea es de un productor (¡el que trabajó con Bandana!, aunque también con Divididos y Vicentico), son todos covers, la lista de temas la armaron los oyentes de una radio, está plagado de arreglos de cuerdas (aunque sean más imaginativos que los típicos colchones orquestales)... Parece la fórmula del éxito a la Rod Stewart, quien resucitó con American songbook y ya va por la tercera parte. “Por supuesto que me propusieron Inconsciente II”, reconoce Fabiana. “Pero después de este disco quiero volver a hacer mis temas. La segunda parte... Seguramente saldrá, qué sé yo. Pero si me proyecto, no vivo el presente.” La cantante estaba alerta ante los prejuicios, asegura, pero aceptó hacer Inconsciente colectivo porque el cerebro le “jugó una buena”. “Si vamos a ser masivos, hagámoslo bien, porque las medias tintas juegan en contra. Yo estaba en la media tinta por elección, porque me peleaba con los productores, las discográficas, los periodistas (se ríe)... Después de Algo mejor, que había explotado, el gran Santaolalla quiso trabajar conmigo, pero yo pensé: ‘A mí no me va a decir lo que tengo que hacer’. Y él terminó diciendo que no quería trabajar con una loca como yo. Tenía razón: yo era una loca suelta y por diversas cuestiones. Pero en este momento de mi vida, que tengo un par de años y un par de recuperaciones más encima, escuché. Y, la verdad, viene bien vender discos y ponerme en un lugar de masividad en el que después pueda mandar nuevamente mis canciones y que las escuche más gente.”
Para Fabiana no es extraño eso de cantar composiciones ajenas: en sus primeros discos casi todas llevaban la firma de García, Páez, Carámbula, Calamaro... “Pero eran temas inéditos, yo los hacía famosos”, diferencia. “Yo había escrito un par de temas, pero no sabía cómo era componer. Andrés (Calamaro) me decía (imita): ‘Bueno, Fabi, con que compongas un tema por año...’ Pero una noche Charly empezó a tocar y yo a cantar encima... ¡Y eso era componer! Me lo dijo Charly, así que le creí. Estaba fascinada con su talento y él con el mío, aunque yo no sabía que tenía talento: él me hizo verlo.” Una vez que le tomó el gusto a la composición, a Fabiana se le convirtió en obsesión cantar sus propios temas. “Frente a un homenaje como éste me pregunto por qué me importa tanto que sean míos”, suelta. “¿Por qué importa tanto? ¿No será demasiado ego? Hacer un homenaje a los demás es más relajante. Al final, yo aparezco como juglar de las ideas de los demás. Estoy haciendo un servicio, que es cantarle a la gente.”
En el disco, salvo por Murguita del sur (Bersuit) y Spaghetti del rock (Divididos), todas las canciones son de los 70 y los 80. ¿Un ejercicio de nostalgia? “Había puesto a Los Piojos y a Babasónicos, pero quedaron afuera. De los 90 me gustan los Basónicos, Mimi Maura, Illya Kuryaki, ATirador Láser... Al resto los respeto como movimiento, pero el homenaje es para los de los 70 y para mis coetáneos. Y también está la Bersuit como representante de los 90 porque me parecen los más power.”
Como si hiciera un repaso frente a su psicoanalista (a la que nombra a cada rato durante la nota), Fabiana salta de anécdota en anécdota. Ahora habla de sus días de “reventada”, cuando vivía con Páez: “Le decía que salía a comprar cigarrillos y volvía a los tres días: pasaba por todas las disco que había mientras él comía tallarines solo en casa. Igual, le di tema para varias canciones (risas)”. En la catarata aparece Charly García: “Mis guías espirituales y yo tenemos las mejores expectativas para con Charly. Le dediqué mi disco y le va a venir bárbaro, porque a pesar de ser un genio, tiene la autoestima baja. Si no, no haría tanto quilombo”. Y también recuerda cómo la criticaba Erica García: “A mí me encantaba lo que hacía ella, era la más power, pero me daba miedo porque era como el estandarte de los palos hacia las artistas de los 80. Pero no hay que criticar a tus antecesores, y menos a las mujeres, porque salís eyectada por mala. En vez de criticar, hay que unirse. ¿Por qué no hay más rock femenino? ¡Porque hay mucha conchudez!”
Y entonces se le cuela una pregunta:
–Como cantante, ¿cree que dejó una marca en el rock argentino?
–Puede ser. Celeste Carballo y Claudio Puyó han dejado una marca, son como mis dos maestras. Y yo debo haber dejado una marca... ¡a pesar de mí!