Ella fue unas cuantas mujeres importantes: una ex actriz devenida figura fundamental de la historia argentina (Eva Perón), una cantante con una historia de vida impactante, iniciada con un nacimiento en la calle (Edith Piaf) y una diva italiana de los sesenta y setenta hoy recluida en su casa de Suiza (Mina Mazzini). Fue todas ellas Elena Roger y se le ha reconocido oportunamente el logro de que en ese cuerpo tan diminuto quepan relatos tan grandes y una voz tan potente. Pero como un mimo que quiere quitarse la máscara, Elena Roger quiere ser Elena Roger. Y está a punto de embarcarse en una gira nacional, con sus personajes en el asiento de acompañante. La primera fecha es hoy en el Auditorio Belgrano (Virrey Loreto 2348, a las 21.30). Después recorrerá la provincia de Buenos Aires y visitará Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén y otras.

En un bar de Villa Urquiza, mientras se acaricia su panza de cinco meses, Roger de repente dice esa palabra que parece que le ha pesado: “éxito”. “Es fuerte. Hubo momentos en que sentía que tenía que hacer sí o sí determinada cosa que la gente estaba esperando”, confiesa. “Mina che cosa sei?!? (2003) fue lo primero en que me destaqué. Después hice La fiaca (2005), que no fue un éxito. Y siempre me preguntaban cuándo iba a volver con Mina... Después hice Evita (2006), Piaf (2008)... Siempre te vas poniendo una barrera más alta. Pero en un momento entendí que no es así. Que soy una artista y que tengo que elegir libremente lo que necesito. No todo lo que haga tiene que ser exitoso”, sentencia.

Mientras cosechaba aplausos y premios en el mundillo de la comedia musical –aquí, en Broadway, Londres y Madrid– y trabajaba en cine y televisión, la Elena Roger cantante se daba lujos por otro lado. Grabó en 2006 un disco titulado Recorriendo el rock nacional, con temas de Spinetta, Fito Páez y Cerati, entre otros, y en 2009, Vientos del sur. En este último homenajea a figuras diversas, desde Lennon hasta Discépolo. El nombre lo indica: todo el disco tiene aires rioplatenses. En la gira nacional que la actriz-cantante-bailarina está a punto de iniciar, sonarán temas de “compositores no tan conocidos”. Habrá canciones que no son éxitos, porque así se le antojó. Pero no le esquivará al calor popular y ofrecerá, también, algunos hits de la comedia musical.

En síntesis, Tiempo Mariposa –así se llama la gira, ya explicará por qué– reúne temas de sus dos discos de estudio, canciones de Evita, Piaf y Mina... y temas iné-ditos de cancionistas argentinos, como Lisandro Aristimuño, Javier López del Carril, Lisandro Etala, Sebastián Irigo y André Abujamra. La dirección musical de los shows estará a cargo de Javier López del Carril (guitarra) y de Gaby Goldman (piano). Roger estará acompañada, además, por Christine Brebes en violín, Osvaldo Tabilo en batería y percusión y Andrés Dulcet en contrabajo y bajo eléctrico. Y anhela que este material aparezca en un disco.

Podría decirse que la gira empezó antes de lo previsto. En mayo la cantante visitó Jujuy, donde participó de celebraciones por el 25 de Mayo y del Bicentenario de la Bandera de la Libertad Civil (la que Belgrano legó al pueblo jujeño). Después amadrinó, en Iguazú, la cuarta edición del Festival Internacional de Orquestas y Coros Infanto Juveniles. “Todo esto es mejor que estar en Broadway”, afirma a Página/12, con la seguridad que muestra sobre el escenario.

–¿Por qué es mejor que Broadway?

–Porque estoy haciendo algo por la humanidad, no por el bolsillo de una persona.

–¿Sufrió un poco en Broadway?

–Broadway es comercio, dinero. El arte trasciende eso. Me eligieron como madrina de un evento que no sabía ni que existía, un festival de orquestas infanto juveniles de todo el mundo. ¡Cómo tocan esos chicos! A Jujuy no sabía bien a qué iba porque se organizó a las corridas. Allá se me caían las lágrimas. Hay muchos chicos que podrían salir de la calle y hacer una actividad artística. El arte eleva el espíritu y puede ser una terapia. Es importante que los niños y adolescentes tengan contacto con él. Y es súper importante como artista tener estas experiencias. Sí, un poco sufrí en Broadway, pero también aprendí.

–¿Qué es lo que más destaca de lo que aprendió?

–Aprendés muchísimo haciendo absolutamente todo lo que tenés ganas de hacer en tu carrera. Ir a Broadway me dio muchísimo conocimiento y hasta quizás hizo que me llamen para ser la madrina de las orquestas, porque buscan a gente conocida para divulgar el evento. Una cosa lleva a la otra. Pero en Broadway, para que eso que hice pudiera existir tenía que ser comercial. Si no, no ganan dinero. No sé. Si no hay dinero no se hace, no es como acá. Acá hacés teatro en cualquier espacio, armás obras sin dinero. Y si no, te tenés que quedar en tu casa. De los proyectos off sale gente muy buena. Eso es lo lindo que tiene Buenos Aires: un montón de oportunidades para ver teatro de todo tipo.

–¿Entonces ahora tiene ganas de disparar su carrera para otro tipo de ámbitos?

–Me encanta que mi carrera sirva para que la gente conozca cosas que no conoce. Ser conocido no es para uno y nada más. Es interesante utilizarlo, ser una vía de comunicación de un montón de cosas a las que la gente no le daría bolilla de otro modo.

–¿Y sobre qué quiere comunicarse?

–Comunico de la ecología y de la solidaridad. La gira se llama Tiempo Mariposa, y la mariposa tiene muchos significados: libertad, fortaleza, fragilidad, algo etéreo, metamorfosis, reciclaje, nacimiento, muerte. Todo. Este momento de mi vida, en el que estoy gestando un bebé, es una metamorfosis. Tiempo Mariposa refleja mi esperanza de que vuelva el tiempo de la mariposa. Se ven pocas mariposas. Estamos por sobre la naturaleza y sería interesante que podamos compartir este mundo con ella. Las canciones que vamos a tocar tienen que ver con eso y con la libertad, con sacarnos las estructuras que la sociedad depositó en nosotros. Hay prejuicios y pautas que te pone la sociedad, que son muy antiguas y no están revisadas.

–¿Cómo eligió el repertorio?

–Me interesaba cantar a autores nuevos. Esas canciones han llegado a mí de modo medio mágico. No son autores súper conocidos. El más popular es Aristimuño. Es muy lindo mostrarle a la gente autores que no conoce y que tienen canciones tan lindas.

–Cambió el eje, porque en los discos anteriores versionaba a cantautores muy famosos.

–Hasta ahora hice todos covers, en este caso son versiones inéditas. Mina... eran covers de Mina, aunque era un espectáculo, no un concierto. Hice un concierto con los temas de Recorriendo al rock nacional y con Vientos del sur. Todos conocían las canciones. Tengo muchas ganas de hacer temas que no hayan sido cantados por 550 mil personas. Previamente van a estar los clásicos de Piaf y de Mina..., porque la gente pide eso y lo necesita. Está bueno descansar el oído de las cosas nuevas para disfrutar de otras que se sabe cómo son. Cuando canto “Non Je Ne Regrette Rien” todos se agarran la cabeza, la pueden tararear, no tienen que pensar tanto.

–¿Separa a la cantante de la mujer de la comedia musical?

–Soy la misma artista, aunque en formatos distintos. Lo de los discos fue siempre paralelo. Hice uno de Mina..., pero no lo quise editar más porque estaba hecho con máquinas, sin instrumentos verdaderos. Quería hacer algo con mejor calidad. En la comedia musical siempre contás una historia. Otra cosa es salir y hacer un concierto que, aunque tenga un concepto, es simplemente cantar canciones. Lo que me gusta de esto es que soy yo: no hay un personaje atrás. La gente ve quién soy. En el escenario soy la misma que soy con mi novio y con mi mamá. Por otro lado, me gusta tocar muchos rubros. No quiero tener límites como artista. No soy ni actriz ni cantante ni bailarina. Soy artista.