“Como ves, sin red y al agua”, le dijo Quique Pesoa a Esteban Morgado mientras ambos cruzaban talentos en honor a Estudiantes de la Plata. El club cumplía cien años y habían sido invitados para animar la fiesta. El dúo funcionó espontáneo: mientras uno contaba historias, el otro metía melodías, arpegios, sonidos... musicalizaba palabras en el acto. “En ningún momento titubeó, en ningún momento dijo un ‘eh’, un ‘bueno’, un ‘viste’... Una claridad de discurso que me impactó”, evoca Morgado sobre la otra pata de una juntada que no quedaría allí. Se habían conocido hacía mucho. Habían, incluso, compartido escena en bares con parecida tesitura: Morgado improvisando músicas con su guitarra y Pesoa contando historias, o escuchando, o mostrando viejas grabaciones en no menos viejos aparatos grabadores. “Desde ese momento, notamos que había una química natural entre ambos, una fluida creatividad”, interviene el periodista y conductor radial rosarino, sobre un ciclo que continuará el viernes 5 y el sábado 6 de julio en Los 36 Billares (Avenida de Mayo 1265) bajo el nombre de “Mayor y menor”. “El nombre del show juega un poquito con nuestras respectivas edades, aunque no quedan dudas de que Esteban es mucho mayor que yo”, se ríe Pesoa.

–Pero hay más que eso en el nombre del ciclo...

Esteban Morgado: –Bueno, días antes del primer show, Quique apareció en mi estudio y ya traía la idea. Hasta traía el nombre, que nos permitiría jugar con las tonalidades mayores y menores, con las distintas “trampitas” musicales de grandísimos compositores de diferentes géneros: el tango, el folklore, el jazz, la música brasileña, Piazzolla, Gardel, el Cuchi, Jobim...

Quique Pesoa: –Porque el eje principal del show gira alrededor de las tonalidades mayores y menores que dominan la música occidental. Salvo excepciones, los acordes mayores tienden a ser brillantes y alegres, mientras los menores, solo disminuyendo una nota, la tercera, se ponen nostálgicos y melancólicos. Para mucha gente esto constituye una verdadera revelación, ya que sentía esas sensaciones pero no podía explicar qué sucedía. Con Esteban jugamos todo el tiempo con estas diferencias y no sólo en la música, en el habla también. Hay gente que habla en mayores y otros que lo hacen en menores, poetas y escritores que usan estas tonalidades para ir describiendo situaciones de la vida.

E. M.: –“Actuamos” como si estuviéramos en un ensayo, sin la presencia del público, y esto nos permite jugar, divertirnos mucho.

La idea partió de Morgado, que no había olvidado pasajes del pasado, y citó a Pesoa, que vive en San Marcos Sierras. “Acepté, hice el bolso y viajé”, cuenta el rosarino. “Nos juntamos en su estudio y empezamos a buscar un porqué y un cómo. El porqué salió rápidamente y ‘Mayor y menor’ comenzó a tomar forma. El cómo quedó con la estructura de un ensayo previo a la función. Los dos fingimos estar solos, sin público, preparando el show y sus detalles, un par de horas antes. Nos divertimos mucho y esto nos permite hacer “pedacitos” de temas para ir ilustrando. Obviamente esto le quita pomposidad a la presentación y podemos jugar con cualquier temática.

–¿Algún ejemplo?

Q. P.: –En algún momento aparece una grabación de Hermeto Pascoal, que asegura que la gente cuando habla, canta. Hay melodía en el habla de todos. No resulta difícil deducir el porqué de las palabras “cantito” para algunas formas del habla en el interior y “tonada” que acompaña esa musicalidad. El público se engancha enseguida con la idea del ensayo previo. Nosotros tomamos mate y esto le da mayor intimidad a la idea. Desde ya que me apoyo mucho en la destreza de Esteban con la guitarra, yo soy un guitarrista repedorro, así que esto me sirve para reírme de mi mismo y dejar que él toque algunos temas enteros.

E. P.: –Alguna vez, hace muchos años, cuando conocí a Quique, me dije: “Qué lindo sería ser amigo de este tipo” (risas).

Morgado y Pesoa mechan las actuaciones en el legendario bar de Avenida de Mayo con sus propias agendas. Morgado está por sacar un nuevo disco instrumental con su cuarteto (Walter Castro en bandoneón, Quique Condomí en violín y Horacio “Mono” Hurtado en contrabajo) y la participación de Leo Heras en clarinete, y reeditar Llega la mañana, la obra grabada para Melopea en 1992, de la cual participan Roberto “Fats” Fernández en trompeta y Horacio Larumbe en piano. Y además, esta noche toca junto a María Graña en Los 36 Billares. Pesoa vive hace diez años en ese paraíso cordobés llamado San Marcos Sierras. Allí montó un estudio de radio en su hostería y, además de dedicarse a registrar comerciales en off para radio y tevé, graba el programa El desconcierto del domingo, que fluye gratis por Internet –vía streaming– hacia unas 160 emisoras de todo el país. “Hay algunas propuestas de emisoras de Rosario para que les haga, desde San Marcos, un programa de sábado a la mañana. Veremos cómo sale eso. Desde ya que una de las condiciones será que las 160 emisoras puedan seguir bajando, gratuitamente, lo que hagamos. Es una maravillosa experiencia comunicativa, ya que escapa de los habituales circuitos empresariales. Y eso no es poco”, cierra Pesoa.