MUSICA › SERGIO ROTMAN Y SUS MULTIPLES PROYECTOS ARTISTICOS
En Mimi Maura, junto a su mujer, la puertorriqueña Midnerely Acevedo, destila el gusto por el ska, el calipso, el reggae y el bolero. Con Los Sedantes y El Siempreterno sube los decibeles rockeros. Claro que siempre está en el horizonte el regreso de los Cadillacs.
› Por Joaquín Vismara
Cada vez que Sergio Rotman responde una pregunta o plantea un escenario hipotético, aparece en su discurso una catarata de nombres de bandas, discos y referencias históricas musicales, del rock al reggae, y del hardcore al pop. El gesto está en sintonía con su propia carrera; después de casi quince años de haber sido parte de Los Fabulosos Cadillacs, Rotman abandonó el grupo en pleno apogeo del rock alterlatino para concentrarse en Mimi Maura, donde junto a su mujer, la puertorriqueña Midnerely Acevedo, destila el amor por el ska, el calipso, el reggae y el bolero. Y lo que nació como un proyecto entre la pareja es, una década y media más tarde, una banda hecha y derecha, que se ganó su lugar a fuerza de constancia y ocho discos de estudio que atestiguan su crecimiento. Radicado en Puerto Rico desde hace cinco años, el matrimonio hizo de todo menos reducir la marcha. En el último tiempo, la química dio lugar a otros desprendimientos de los que forman parte: Los Sedantes y El Siempreterno, dos proyectos en los que reemplazan la apacibilidad caribeña por cimbronazos guitarreros. Todos conviven a la vez y ninguno reemplaza al otro, como una metáfora hipotética de la discoteca familiar.
–¿Cómo modificó su rutina el hecho de haberse establecido en Puerto Rico?
–Fue una sucesión de hechos inevitable, que nos ha servido y perjudicado. Nos dio una disciplina de tocar, y nos afectó, porque si hubiéramos continuado estos años usufructuando el beneficio del regreso de los Cadillacs, proyectos como Mimi o El Siempreterno estarían más arriba. Así fue como se dieron las cosas, y a la vez es un precio que estamos felices de pagar.
–Sin embargo, lograron sostener la constancia de trabajo.
–Sí, y sucedió otra cosa. Formamos bandas en todos los lugares en los que hemos estado, que no es la forma ideal de llevar una carrera, pero Mimi es tan versátil que sí lo puede hacer. Primero montamos una banda en Nueva York. Después armamos otra en Puerto Rico, la hicimos con Cultura Profética, que fueron parte de la banda en Días de Sol. El proyecto no perdió anclas acá, sino que se convirtió en algo nómada, y eso fue llevado a su máxima expresión cuando hicimos dos viajes a Japón y tocamos con músicos de allá que no hablan inglés, mucho menos español. No sólo nos quitamos de una carrera hacia la popularidad, sino que además nos metimos en el mar.
–Usted tocaba en Los Fabulosos Cadillacs y Mimi había pasado por bandas de rock pesado. ¿Cómo encontraron un espacio en común para su proyecto?
–Lo primero que nos unió fue la música jamaiquina. La clave fueron las cantantes de la época dorada de reggae soul, entre el ’68 y el ’74. Teníamos los mismos discos del momento más bajo de la popularidad de la música de la historia de Jamaica. A mí me pareció que ese hueco era un lugar interesante para trabajar, y también me di cuenta por accidente de que había cometido un error al volcarme a lo digital, porque ya se había dejado de grabar en cinta. Ya había empezado a recuperar mis discos en vinilo, pero a la vez estaba a la búsqueda de un sonido más antiguo.
–¿Y cómo se traduce eso a los proyectos que se desprenden de Mimi Maura?
–Hay dos factores paralelos: cuando armás un proyecto, lo primero que te dice el establishment de la industria es que no lo desdobles. ¡Entonces desdoblémoslo lo antes posible! Se lo decían a todos, desde Robert Fripp hasta ABBA. Por el otro, está la colección de discos. Salvo casos muy puntuales, nadie escucha un solo tipo de música. Siempre estuve tentado de probar otras cosas, y son dos corrientes diferentes. En una, acompañamos a Mimi y punto. En lo demás, seguimos la corriente que habíamos empezado con Cienfuegos: componer canciones breves con un gran resentimiento. Ambas vertientes son formas artísticas comprensibles. En el fondo no es tan raro que tengas un disco de The Specials y uno de Sonic Youth, o uno de los Redondos al lado de los de Pez. Son cercanas las sensaciones y no chocan ni ética ni filosóficamente.
–Dentro de este contexto, ¿cómo se articula el regreso intermitente de Los Fabulosos Cadillacs?
–Es una de las cosas más maravillosas con las que me he topado desde que nací, el poder ser parte de la banda más popular de Latinoamérica. Igualmente, ahora la deuda es con nosotros, y antes lo era con la gente. El último concierto fue en el 2002 y el siguiente fue seis años después, así que ni siquiera fue que salteamos una generación. El grupo se alimentó de su leyenda con lo que dejó dicho, y fue tan grande que no pudimos hacer un disco nuevo. Es difícil, porque hay tanto para ofrecer y hacer que es complicado encontrar un camino en el que las canciones tengan un sentido entre sí. Ningún ser humano habría podido, porque ninguno de nosotros quiso dejar lo que había empezado. Los Cadillacs son una cosa muy compleja, pero va a haber un disco. El desafío es muy grande como para que no suceda.
–¿No teme que eso interfiera con todos sus demás proyectos?
–No lo sé, tal vez sí. Estoy preparando discos con todos ellos. Voy a reeditar el disco de Los Sedantes como homenaje a Horacio (Gamexane Villafañe, que falleció en 2011), para recordar a lo que para mí fue uno de los mejores guitarristas de la historia de Argentina. También tenemos que grabar con El Siempreterno, que es algo que se alimenta de los individuos que lo integran. Como es un grupo que de antemano pusimos debajo de los intereses tanto de Pez, Mimi y Los Cadillacs, sufrió su propio destino. Va a durar lo que dure, y no va a continuar si alguno de los músicos no está. Y Mimi Maura puntualmente es un proyecto que no tiene un problema de tiempo, en la medida en que ella quiera tocar. Tenga 24 años o 96, va a cantar como los dioses siempre. Voy a estar siempre a su lado. En la medida en que ella quiera, claro.
* Mimi Maura actúa esta noche. El Siempreterno, viernes 26 y sábado 27. Los tres shows en Niceto (Niceto Vega 5150).
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