En rigor de verdad, se trata de un homenaje a un homenaje. Ya lejos de Memphis, Adrián Otero simplemente pensó los temas del rock nacional que más le gustaban, eligió un puñado de músicos para que lo secundaran en la aventura y se metió en un estudio de grabación. Su increíble muerte le impidió ver sobre este plano de la existencia el trabajo terminado: El jinete del blues salió a la venta tres semanas después del accidente automovilístico que acabó con la vida del cantante, aquella tarde del 12 de junio de 2012. Como nunca fue presentado en vivo, la productora que financió ese disco (MediaMusic, de Oscar Mediavilla) pensó una alternativa para compensar esa deuda comercial y emocional, y convocó a la periodista y saxofonista Paloma Sneh, quien cargó sobre sus espaldas la ambiciosa empresa de reunir a casi dos docenas de músicos (con sus instrumentos, sus egos y sus talentos) para honrar en simultáneo a Otero y al repertorio que éste había registrado.

“Empecé a invitar a tipos que tuvieran que ver con esas canciones y con la historia del blues argentino. No quería simplemente acumular músicos sino que cada uno tomara las canciones, se las apropiara y volviera a tirarlas a la cancha”, explica Sneh a propósito de una plantilla que incluye al Conejo Jolivet, las ex Blacanblues Cristina Dall y Viviana Scaliza, Chucky De Ipola, el Indio Márquez, Luis Yaría, Mavi Díaz, Daniela Herrero y dos ex Memphis: el guitarrista Alberto García y el histórico bajista Daniel Beiserman. “Con Adrián éramos compadres, y fue durísimo recibir la noticia de su muerte por televisión después de estar cinco años sin hablarnos”, apunta el Ruso Beiserman, que en simultáneo planea el regreso de una versión actualizada de Memphis para el 17 de agosto, en El Marquee. “Me halagó mucho esta invitación y automáticamente se me vinieron miles de recuerdos a la cabeza. Cuando empezamos Memphis con Adrián, hace más de treinta años, éramos unas almitas libres que hacíamos la temporada en Gesell parando en carpa y tocando por un trago y algo para comer. Después nos casamos, tuvimos hijos, crecimos como músicos y como personas, y la historia siguió para otro lado.”

La nostalgia sobrevuela la charla, ya que al deceso de Otero se le suma el del saxofonista Emilio Villanueva, otro ex Memphis fallecido inesperadamente en diciembre pasado. “Eramos como hermanos. ¡Hasta nos vestíamos igual sin darnos cuenta! Después de Memphis seguimos juntos con Viejos Lobos y lo suyo nos tomó a todos por sorpresa, ya que estábamos organizando un show para fin de año que terminó convirtiéndose en un reconocimiento a él y a Adrián”, explica Beiserman. Sneh retoma el ánimo y asegura que “este show será un homenaje emocional, ya que todos se enganchan desde ahí. Es un esfuerzo muy grande el de venir, ensayar y armar, pero están todos con muchas ganas de disfrutarlo. Y para mí es un lujo y orgullo organizarlo”. Entre sus credenciales con el saxo figuran aportes con Willy Crook, Kubero Díaz, Celeste Carballo, Luis Robinson y una larga lista que hoy llega a Los Caniches de Perón, grupo que ella armó con el actor Coco Sily y que tendrá gran protagonismo en el evento que comienza esta noche a las 21, en el Teatro ND/Teatro. La formación se completa con Beno Guelbert (bajo), Nicolás Simone (guitarra), Fatiga Dacal (batería), Natacha Seara (armónica), Nani Moser (saxo alto) y Ricky Lestanguet (trompeta), quienes serán la columna vertebral de un setlist que incluye canciones de Pappo, Manal, La Mississippi, Moris, Pescado Rabioso, La Pesada del Rock and Roll, Viejas Locas, Los Redondos y, por supuesto, Memphis.

“Sin ser amigos, con Adrián nos cruzamos durante 25 años en distintas circunstancias, todas agradables, desde la época en la que yo estaba en El loco de la colina, en la Rock Pop. Alguna vez tuvimos una pelea fuerte por fútbol, ya que él era fanático de Vélez, yo de Huracán, y nos puteamos bastante cuando ellos nos robaron un campeonato en 2009. Pero el cariño pudo más”, cuenta Sily, que tuvo alguna experiencia como manager de La Bersuit, pero recién ahora se anima a concretar el sueño postergado de vincularse con el rock desde el escenario. “No es mi profesión, simplemente lo hago desde un lugar lúdico, porque esta banda es una especie de juego maravilloso. No soy un virtuoso del canto, pero lo compenso poniéndole la tripa. Hacemos covers y, casualmente, manejamos un repertorio similar al que Adrián grabó en ese disco, aunque queremos pasar hacia una segunda etapa de búsqueda de identidad propia a partir de la creación musical.”

El color de voz y el fútbol son dos puentes entre ambos cantantes. “¡Y el barrio!”, agrega Sily. “Lo cual implica una mirada sobre la vida, códigos a respetar y la ponderación de la masculinidad en el buen sentido de la palabra. ¡No voy a hacerle un homenaje a Ginamaría Hidalgo, quédense tranquilos! Es una cantante maravillosa, aclaro, pero no tengo nada que me empariente con ella, ni desde lo musical ni desde lo personal. Con Adrián, en cambio, el vínculo resulta más lógico y natural.” Y Sneh agrega otro dato: “Adrián también tenía un gran sentido del humor, por eso vamos a hacer este show con alegría. Sucederá lo que deba suceder, pero sin golpes bajos. Va a ser una fiesta entre amigos, recordando a un tipo que, si estuviera, se divertiría como nosotros. Memphis fue inaugural en eso de hacer del blues una fiesta con muchos tipos sobre el escenario. La novedad de este homenaje es que, además de tipos... ¡va a haber muchas minas!”.