Su romance duró apenas tres años a fines de los ’70 pero, en términos de inconsciente colectivo, la relación de Dave Stewart y Annie Lennox siguió mucho tiempo después de perdida la pasión, lo que resultó en un corpus de canciones que rigieron los rankings pop a través de la década del ’80. A los 60 años, Stewart disfruta de su tercer matrimonio. Y aunque él y su socia en Eurythmics, Annie Lennox, nunca se casaron, ella reaparece como una presencia fantasmal.

“Es raro, ¿no? La gente todavía piensa de nosotros como una pareja, y nos ve como tal, y sin embargo hoy apenas nos hablamos”, confiesa Stewart, sentado en The Sunset Marquis, icónico hotel del rock’n’roll donde está lanzando Dave Stewart: Jumpin’ Jack Flash & The Suicide Blonde, una muestra fotográfica que es también un “libro de mesa ratona”. Con sus característicos barba y bigotes y sombrero, Stewart tiene de fondo una serie de fotografías que retratan a las mujeres que han pasado por su vida: Demi Moore, Björk, Joss Stone y Sinéad O’Connor, entre otras. Y la ausencia de Lennox en la colección de Stewart despierta permanentes comentarios. Dado que la tremendamente fotogénica Lennox (hoy con 58 años) fue su primera musa, entonces la omisión en esta colección íntima exige algún tipo de respuesta. Respuesta para la que Stewart parece estar mal preparado: “Bueno, poner una foto de Annie en una exhibición de retratos de otra gente podría quedar fuera de contexto. Porque en mi vida la presencia de Annie se extiende por 35 años, y vivimos juntos como pareja y luego nos convertirmos en un dúo de enorme éxito. Con lo cual eso ya debería ser toda una exhibición por sí sola”, dice, rascándose la barba. “Parece extraño poner una foto de Annie entre Björk y Mick Jagger, me parece que es más importante que eso.”

Unidos por siempre a causa del éxito de canciones profundas y duraderas, en la realidad ambos son quizás algo menos sentimentales que sus fanáticos; en septiembre del año pasado, Stewart ni siquiera recibió una invitación al casamiento de Lennox con el ginecólogo sudafricano Mitch Besser, en una lista de invitados que llegó a incluir al actor Colin Firth y la comediante de teatro y televisión Ruby Wax. Ignorante incluso del lugar de Londres donde se celebró la boda de su ex compañera, Stewart expresa un notorio enojo. “Ni siquiera sé dónde fue el casamiento... yo vivo aquí con cuatro hijos y Annie vive entre Sudáfrica y Londres. Tendría que preguntarle: ‘¿Por qué no? ¿Por qué no fui invitado? ¿Por qué no estuve allí?’. Ciertamente, si me hubiera invitado yo hubiera ido”, dice Stewart, que situó su hogar en Los Angeles ocho años atrás con su tercera esposa, la fotógrafa alemana Anoushka Fisz.

Eurythmics fue uno de los más exitosos dúos pop rock de todos los tiempos. Se separaron en 1990, y mientras virtualmente toda banda de brit pop de los ’80 tuvo su resurrección en años recientes, dándole un nuevo impulso a sus disminuidos cobros de regalías forzándose a salir a la carretera, Stewart mantiene su resolución de que el dúo nunca se verá obligado a seguir ese destino. “Dudo mucho de que alguna vez salgamos a la ruta”, dice. “Nunca hablamos de eso. Como es sabido, se acaba de casar con un doctor de Sudáfrica, y trabaja en sus cosas allá. Y el asunto es que nuestras canciones nunca dejaron de sonar en la radio; si empezás a recorrer estaciones seguramente vas a escuchar ‘Here Comes the Rain’, ‘Sweet Dreams’, ‘Would I Lie to You’... y muchos otros artistas las están haciendo también”, dice el músico. “Un montón de gente que está de gira está en realidad forzada a ello, porque la industria musical colapsó; el 90 por ciento de la música es descargado gratuitamente. De pronto, la mayoría de los artistas que pensaron que tenían asegurada su pensión –como les pasó a muchos otros trabajadores con sus pensiones– se quedaron sin ella, porque ya no hay disquerías y entonces... ‘bueno, más vale que salgamos a tocar’. Annie y yo no tenemos que hacer eso, porque hacemos otras cosas.”

Mientras las “otras cosas” de Lennox incluyen una exitosa carrera solista, el activismo político y la filantropía, Stewart sigue siendo un músico muy solicitado, que produce y coescribe canciones con Stevie Nicks, Mick Jagger, Bono, Joss Stone, Bryan Ferry, Gwen Stefani y Tom Petty. Nacido en Sunderland, lo alegró relocalizarse en Los Angeles. “Estuve en Inglaterra un tiempo más que suficiente. Crecí en el nordeste de Inglaterra, con bastante frío, lluvia y cielos grises; conseguí irme a Londres a los 15 años, viví en casas tomadas, me volví exitoso y viajé por todo el mundo. Llega un punto en el que decís ‘OK, esto es muy cansador, volando hacia atrás y adelante todo el tiempo’”, dice Stewart, que tiene dos hijos mayores de su matrimonio de nueve años con Siobhan Fahey –estrella de Bananarama– y dos hijas del matrimonio con Fisz, que comenzó en 2001 con una boda hippie oficiada por Deepak Chopra en una playa el sur de Francia.

“Mudarme a Los Angeles fue una decisión familiar, porque tenía que venir todo el tiempo debido a mi trabajo con artistas que siempre están haciendo música y películas acá. El jet lag me estaba matando. Quería mantener feliz a mi familia y mantener mi trabajo, con lo que nos sentamos todos y coincidimos: ‘Esto es una locura, deberíamos mudarnos allá’. Y fue grandioso, porque ahora voy a Inglaterra dos o tres veces al año, pero es completamente diferente a volar a Los Angeles diez veces al año.” Recientemente también se trasladó allí su ex mujer Fahey. “De repente se compró una casa en LA y luego otra que está reformando. También vive en Londres y está escribiendo cosas con un compositor francés... de algún modo, sabe muy bien lo que está haciendo.”

Con sus elegantes modales y su mente inquisitiva, a Stewart nunca le faltó compañía femenina, algo que ejemplifica su cándida fotografía de la ex primera dama francesa Carla Bruni, fumando lo que parece ser un cigarrillo armado a mano. “Ah, ¿eso?”, sonríe. “La primera vez que la exhibí justo se estaba casando con Nicolas Sarkozy, así que le dije que la titularía ‘Carla Bruni con cigarrillo’, y a ella le pareció una buena idea. En realidad creo que tomé esa foto en 1993, cuando ella tenía unos 23 años”, detalla. ¿Es marihuana? “Bueno, no lo rompí para fijarme que había adentro... ¡era eso o un cigarrillo de tabaco muy mal armado!”, se ríe.

En su exhibición hay numerosas imágenes de Demi Moore, datadas veinte años atrás. Ahora son vecinos, pero no son muy cercanos. “No podés mantenerte en contacto con todos, porque se volvería imposible. Probablemente, la próxima vez que nos encontremos será exactamente igual a la última conversación que tuvimos. De hecho, no hace mucho tiempo me la encontré en la cena de alguien, y sabía que ella iba a ir, con lo que le llevé todas estas grandiosas fotografías que tomé de sus hijos y se las regalé. Estoy siempre muy metido en lo que estoy haciendo en el momento, y sé que suena un poco como un cliché pero es exactamente así.”

Una de las imágenes más inquietantes del libro es la estilizada fotografía de una rubia cubierta de sangre en un baño, sosteniendo una navaja plegable: se titula Suicide Blonde, rubia suicida. “Mis fotos llevan los títulos que tienen por ciertas cosas, ciertas experiencias, y ‘Suicide blonde’ es también el título de una canción de Michael Hutchence. Tuve algunas experiencias con él, y es una metáfora de eso”, dice sobre el músico australiano líder de INXS cuya muerte en 1997 precipitó la muerte por sobredosis de heroína de su desesperada novia, Paula Yates, tres años después. “Es difícil para mí hablar de eso, incluso hoy. Pero es probablemente mi foto preferida.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.