Imagen: Veronica Martinez.

Entre las producciones especiales que este año aparecieron en cantidad más generosa que en las últimas ediciones, el Festival de Tango propuso un encuentro tan original como bien recibido. Fueyes del Litoral reunió el miércoles pasado en el teatro 25 de Mayo a destacados bandoneonistas, pero no del tango sino del chamamé, para mostrar aquello que décadas atrás se daba en forma natural entre los intérpretes de uno y otro género: el intercambio e influencia recíprocos entre músicas y músicos en movimiento, y en estado de creación. Así pasaron por esta invitación a pensar y escuchar los posibles lazos entre estos géneros Nini Flores (integrante del reconocido dúo con su hermano Rudi, radicados en París, pero con frecuentes visitas a la Argentina), Bruno Mendoza (miembro de Los de Imaguaré), el porteño con raíces correntinas Luis Cardozo, el entrerriano Juan Manuel Silveyra, el chaqueño Bruno Mendoza. Junto con los guitarristas invitados Pablo Gómez y Facundo Rodríguez, todos ellos hicieron sonar los puntos de encuentro entre el chamamé y el tango –también lo que tienen de particular– y fueron recibidos por una ovación que incluyó entusiastas sapucai.

Así fue como el bellísimo escenario recuperado por los vecinos de Villa Urquiza –hito tanguero además, porque allí cantó Gardel– abrió el Festival de Tango a otros sonidos: los de las obras de estos intérpretes –que son además autores y compositores, y también acordeonistas, en algunos casos– junto a sus propias visiones de otras obras como “Danzarín” y “El choclo”, que fueron las que abrieron el concierto, en la ejecución de Mendoza. “Vengo de la Guardia Vieja”, explicó el músico y prolífico compositor chaqueño, y cuando se largó con otra obra de Rudi y Nini Flores recibió el primer sapucai de la noche.

En versiones de bandoneón solo con guitarra, en dúos de bandoneón con guitarra o en el cierre con todos los fueyes juntos, las continuidades y particularidades de uno y otro género fueron sonando, ante un auditorio particularmente entusiasta que exigió un bis no pautado. Se lucieron, por ejemplo, Cardozo y Silveyra juntos con “Lucero de Abril”, una obra de Nini Flores, pero también con el tango “Amurado”. Y Nini Flores con su versión de “Sur”. Y todos juntos con “Juntos por el sendero”, de Mendoza, para terminar evocando a Salgán con su “A fuego lento”.

Aunque la propuesta hubiera merecido mayor desarrollo en cuanto a su producción, y hasta en los detalles como las presentaciones de los intérpretes y las obras –teniendo en cuenta que no era un público totalmente chamamecero el que los recibía– marcó un lugar diferente en la grilla del festival, que seguramente podrá crecer en sucesivas ediciones más allá de esta primera intención conceptual. “Somos chamameceros, pero amantes del tango”, sintetizó el espíritu de la noche Nini Flores al momento de la despedida. Eso fue lo que hicieron sonar estos Fueyes del Litoral.