MUSICA › ROB ZOMBIE, ANTES DEL SHOW DE MAÑANA EN MANDARINE PARK
El cantante y cineasta tiene su reciente álbum, Venomous Rat Regeneration Vendor, para presentar, pero adelanta que el show será “una especie de ‘grandes éxitos’ en vivo”, incluidos algunos temas de su antigua banda White Zombie.
› Por Mario Yannoulas
Es muy probable que, del otro lado de la línea, Robert Bartleh Cummings esté frotándose la barba como druida inquieto. Mueca gestual muy propia de un artista diverso como lo es Rob Zombie, que habla como trabaja: rápido y conciso. Pero, aunque tenga la apariencia de un granjero conservador sofisticado, el músico y cineasta nunca simpatizó con los republicanos sino con otro tipo de monstruos: los que aparecen en las películas bizarras clase B. Son los que nutren su arte en el formato que sea. “Great American Nightmare es un evento de Halloween que va a durar dos semanas, empezando el mes que viene, donde va a haber distintas bandas en vivo cada noche, shows de freaks o de autos, a lo largo de un circuito de casas embrujadas... Como un carnaval de terror”, pronostica ante Página/12 acerca de su proyecto más urgente. Este mismo año ya dio a conocer su última película, The Lords of Salem, una nueva horror movie protagonizada por su mujer, la bella Sheri Moon Zombie, quien encarna a una conductora radial que recibe un misterioso vinilo. “Al escuchar la música bizarra del disco se le abre un nuevo mundo, un portal que la lleva a la (ciudad de) Salem de trescientos años atrás, donde toma contacto con un aquelarre de brujas y pasan cosas horribles”, resume el director, escritor y productor, que ya está trabajando en Broad Street Bullies, su primera película por fuera del universo horror movie: “Es exactamente lo contrario de lo que venía haciendo. Una historia real, centrada en los campeonatos del equipo de hockey sobre hielo Philadelphia Flyers durante los ’70. Como una mezcla entre Rocky y Boogie Nights”.
Para él, 2013 sigue resultando ciertamente prolífico, aun si se lo mide con la vara de un hiperquinético como el ex White Zombie, que se arrima por primera vez a Buenos Aires para presentar su reciente álbum Venomous Rat Regeneration Vendor, en el que volvió a visitar, sin intención declarada y con considerable éxito, la atmósfera de sus primeros trabajos solistas de fines de los ’90. Siempre fue demasiado vivo para el mundo de la música, su capacidad analítica le permite probar el chupetín del pop sin perder autenticidad, por lo que de los collages sonoros que en general hacen a su repertorio resultan tracks muy personales. Como la línea entre lo personal y lo repetitivo suele ser muy frágil, rompe la monotonía y susurra sobre una secuencia sintetizada, reencarna los encuentros de George Harrison con Ravi Shankar, o versiona la emblemática “We’re an American Band”, de Grand Funk Railroad. “Es un disco de rock, no de heavy metal, por lo menos no de lo que en el siglo XXI la gente considera metal. Me gustan muchos tipos de música, por eso quise hacer un disco un poco raro, que tuviera el groove de los ’70, pero que de repente se pareciera a Frank Zappa”, revela. Y acerca del show programado para este domingo desde las 19 en el Mandarine Park de Punta Carrasco, detalla: “No vamos a tocar el nuevo disco completo sino cosas viejas de mi etapa solista, e incluso de White Zombie. Va a haber un poco de todo, cosas que la gente no vio antes... Una especie de ‘grandes éxitos’ en vivo”.
–Ya lanzó película y disco este año, ¿hay relación entre ambos?
–Lo único que tienen en común es que hacerlas fue muy estresante (risas).
–¿Cree que series televisivas populares como The Walking Dead pueden hacer que el gran público se interese más en el tipo de películas que usted hace?
–Puede ser. La gente siempre está interesada en las horror movies, un género que, como casi todos, pasa por momentos de mayor o menor popularidad, aunque desde hace tiempo se mantiene en un buen nivel de audiencia. Pero sí, todas esas series como The Walking Dead, True Blood, The Vampire Diaries o Dexter pueden ayudar en ese sentido.
–¿Por qué el horror es tan atractivo para tanta gente?
–Si bien no tiene demasiado sentido, creo que en realidad al público le fascina la sensación. Como el parque de diversiones, donde la gente va a experimentar cosas fuertes de las que sabe que no va a resultar herida. Cuando uno sube a la montaña rusa, siente que está en un choque de autos, pero no, está a salvo. Lo mismo pasa con las horror movies: atrae la sensación de estar siendo perseguido por un monstruo, aunque uno no quiera que eso efectivamente pase. Se da también con los deportes extremos: el que los practica quiere sentir la adrenalina de hacer algo que supuestamente no debería estar haciendo.
–La canción “Dead City Radio”, de su último disco, mezcla sus tradicionales relatos de horror bizarro con la radio como fetiche. ¿En qué estaba pensando?
–(Se ríe) Un día estaba escuchando la radio y me di cuenta de que todos los que sonaban ahí estaban muertos. Era uno después del otro, y se me vino la idea a la cabeza. Sin embargo, creo que sigue siendo un medio importante para muchas bandas, porque si bien la gente puede encontrar nueva música en Internet, la radio conserva algo único, y es que uno no tiene que mirar hacia ningún lado, es como un sonido que viene y te atrapa. No puedo hablar por todo el mundo, al menos en los Estados Unidos sigue siendo tan importante como antes para difundir música.
–Pasaron poco más de veinte años desde el lanzamiento de La Sexorcisto: Devil Music, Vol. 1, su trabajo más exitoso con White Zombie. A la distancia, ¿por qué cree que fue tan bien recibido?
–No lo tengo tan claro. Entiendo que fue un momento único, en el que parecía que tanto las radios como MTV abrazaban mancomunadamente a toda una nueva generación de bandas: Nirvana, Alice In Chains, Primus, Jane’s Addiction, nosotros... Estuvimos en el lugar y el instante justos, y lo disfrutamos mucho.
–Mientras que la primera mitad de los ’90 estuvo innegablemente marcada por el grunge, la segunda fue un poco más confusa. Y fue cuando su carrera solista explotó. ¿Qué análisis hace de eso?
–Nunca lo pensé. Durante la primera parte, que fue muy grunge, White Zombie no encajaba tan bien. En la segunda empezó a predominar el rap metal con Limp Bizkit, Korn, Linkin Park y bandas así. Entonces fue cuando saqué mi primer disco solista y tampoco me sentía contenido en ese conjunto. Es muy raro, es cierto. Ahora no sé qué carajo está pasando, pareciera que el rock estuviera muerto, que lo único que se escucha es Justin Timberlake o Jay-Z. El rock tiene un lugar muy pobre en Estados Unidos. Probablemente sea así en todo el mundo, pero acá más que en ningún otro lado.
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