Martes, 10 de diciembre de 2013 | Hoy
MUSICA › EL INDIO SOLARI LE DIO UNA ENTREVISTA A MARIO PERGOLINI
El músico habló de su flamante disco Pajaritos, bravos muchachitos, de lo que significa montar su show y el reencuentro con ex compañeros, entre varios otros temas, que eludieron cualquier referencia política o al caso Bulacio.
Por Emanuel Respighi
Hay razones de los “cabuleros” que la propia razón no puede entender. Tal vez por eso es que Carlos “Indio” Solari decidió ayer romper el silencio de por vida al que se había comprometido tiempo atrás, cuando prometió no volver a hablar con la prensa luego de que considerara que sus declaraciones habían sido “sacadas de contexto”. O, quizá, la entrevista radial que le concedió a Mario Pergolini obedece, en realidad, a la necesidad de promocionar su flamante disco, Pajaritos, bravos muchachitos, que mañana llegará a las bateas argentinas. Lo cierto es que el ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota aclaró que le concedía la entrevista al conductor de Vorterix (FM 103.1) por “cábala”, ya que lo mismo había hecho con las otras tres placas que editó en su etapa solista, junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Eso sí: la charla giró exclusivamente en torno del aspecto musical, sin preguntas ni respuestas sobre la política, la realidad social argentina ni la reciente condena a tres años de prisión en suspenso al ex comisario Miguel Angel Espósito, a propósito de la detención ilegal seguida de muerte de Walter Bulacio, ocurrida a la salida de un show que Los Redondos dieron en Obras en abril de 1991.
El título del nuevo disco en soledad de Solari –tras la publicación de El tesoro de los inocentes, Porco rex y El perfume de la tempestad– no es antojadizo: Pajaritos, bravos muchachitos no hace más que parafrasear en tiempos de Twitter la copla “Soldaditos, bravos muchachitos”, que en los ochenta el Indio solía recitar antes de cantar “Cua Cua amén” y a veces “Divina TV Führer” (se puede encontrar en Internet una grabación pirata de Los Redondos de mayo de 1987 en Cemento en el que se escucha la introducción). En este caso, el álbum cuenta con 12 temas, de los cuales el último, “La pajarita pechiblanca”, marca el reencuentro en un estudio de grabación de Sergio Dawi, Semilla Bucciarelli y Walter Sidotti con Solari, tras la separación de Los Redondos. “Se me ocurrió que ya había llegado el momento. Por mí los hubiera invitado en el primer disco”, dijo el músico en la entrevista. Aunque aclaró que “no quería que se considerara una reunión de los Redondos, por eso les pedí que ellos compusieran el tema”. En efecto, el tema que cierra el flamante disco cuenta con la autoría de sus ex compañeros de banda. Skay Beilinson –claro– no fue invitado a la cita para emular viejos tiempos.
“Un artista lo que hace es recibir emociones y las transmite, las mezcla, las bate, las agita y las vuelve a poner”, planteó Solari, en una entrevista que se centró en la “lírica” de sus canciones y en el proceso compositivo que lleva a cabo a la hora de escribir sus canciones. El Indio aseguró que esa técnica es, en la actualidad, “más compleja” que la que empleaba al frente de Los Redondos, donde todo “era bastante más simple, porque era una banda de rock”. El músico admitió que ahora se interesa en “salirse de los géneros, incluir instrumentos extraños, texturas. Casi todos los discos míos han sido complejos”. Desde su casa en Parque Leloir, ante la consulta de si se trataba de su disco más optimista, el músico subrayó que no le es grato explicar el surgimiento de sus canciones. “No es literatura, sino canciones populares. En el momento de la composición, independientemente de lo que quieras decir, las emociones que te abarcan a veces no son festivas ni alegres, sino más bien todo lo contrario”, agregó. “Estoy en una etapa de mi vida en la que no tengo mucho más que aportar que no sean canciones”, subrayó.
La charla con Pergolini derivó, luego, en las presentaciones en vivo, a esta altura un ritual único que moviliza a cientos de miles de fanáticos de todo el país, convirtiéndolo en el músico argentino más convocante. El Indio admitió que no le es sencillo presentarse en vivo, ya que ante cada show debe “tomar dos Diclofenac”, y que si no fuera así tocaría “por lo menos cinco o seis veces por año”. Además de los achaques de la edad (va camino a atravesar los 64 eneros), el músico indicó que la compleja organización que requiere cada uno de sus shows también atenta contra la asiduidad de sus presentaciones. “Tengo un público que no es de los más respetuosos, al que se les dice que el show está sold out y no va. Son chichoneros, van igual, se ponen a bailar enfrente, y es peligroso, porque estamos hablando de miles de personas. Es una batalla grossa. Me gustaría también tocar en un teatro, pero se hace muy difícil, yo no puedo hacerlo.” Vale recordar que su último concierto en el Hipódromo de San Martín, en Mendoza, hace unos meses, reunió a 120 mil personas. “Fue el show más significativo –dijo– por la cantidad de gente, pero el más desprolijo de mi vida por las condiciones climáticas, con caída de aguanieve. Ahí arriba fue bravo.”
Por último, Solari explicó el criterio mediante el cual conforma la lista de temas musicales que toca en cada presentación en vivo, acallando las voces que lo critican sobre la buena cantidad de temas de los Redondos que sigue formando parte importante de su repertorio. “Lo que yo toco son todas mis canciones. Los temas no son de los Redonditos, son míos. No hay una sola canción que no sea mía. Yo toco todas mis canciones. No puedo tocar todo del último material. Pero con los Redondos hicimos como diez discos y míos tenía tres hasta ahora, entonces hay muchos temas de los Redondos que disfruto hacer con esta banda porque suenan bárbaro. Pero no hay ninguna puta canción que no sea mía: tengo derecho a usarlas en el momento que quiero.”
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