MUSICA › DIEGO DEMARCO, INTEGRANTE DE LOS AUTéNTICOS DECADENTES, ADELANTA SU PRIMER DISCO COMO SOLISTA
El cantante, guitarrista y compositor (de “La prima lejana” y “Paseando por Temperley”, entre otros temazos) decidió grabar por las suyas doce canciones que no habían podido entrar en los discos de la banda. “Es una manera de sentirme feliz conmigo mismo”, explica.
› Por Santiago Rial Ungaro
“¿Te molesta si hacemos la nota en el auto?” La pregunta la hace el entrevistado desde el teléfono, proponiendo hablar sobre su primer disco solista mientras él maneja desde José Mármol a Palermo. Contra toda previsión, la entrevista con Diego Demarco, guitarrista y cantante de Los Auténticos Decadentes y ahora solista casi sin querer queriendo, arranca mientras pone primera en su auto: “Esto comenzó porque mis canciones excedían la cantidad posible de temas que puedo meter en los Decadentes. A mí me gustaban y en algún lado tenía que meterlos, porque si no iba a surgir una especie de frustración, ¿no? Uno hace las canciones con cariño y le gustan, pero en Los Decadentes sucede que no entran tantos temas, así que esto empezó como una buena manera de hacerme sentir feliz conmigo mismo”.
Al ser doce integrantes y tener un show ideal para cualquier tipo de festichola en estos días, el grupo de Diego Demarco es uno de los más solicitados para tocar: para fin de año la demanda de los Decadentes los puede encontrar tocando con los Babasónicos, para las hermanas Venus y Serena Williams o en alguna fiesta privada. “Sí, tocamos mucho, pero ahora pude armarme bastante bien y pude ponerle energía al proyecto solista. Empezamos ensayando y después hicimos un show. Y ahí me cayó la ficha de que tenía que grabar un disco y que no tenía sentido tocar hasta que no haga el disco, porque la gente no conoce los temas. Aunque sea para que las conozcan cincuenta personas, pero después si las conocen diez mil, bienvenido sea.” Tal como cuenta Demarco, el peor enemigo de este disco siempre fue él mismo: “Es que nunca podía ponerle la energía que esto necesitaba, así que siempre armaba las bandas y al final las desarmaba porque me demandaba demasiado tiempo. Los Decadentes demandan mucha energía”.
El músico comenta que ya hace un par de años que está detrás de este proyecto, pero que recién ahora pudo organizarlo. Y aunque su disco aún no tenga título, ya tiene doce canciones en proceso de mezcla, algunas incluso ya terminadas. Y es que lo que tiene Demarco son las canciones, algunas, como “Estrella fugaz” (que ya se puede escuchar y ver su video desde el Twitter del guitarrista) o “Hilando fino” (entre las que ya tienen título definido), que confirman su ya conocido talento cancionero. Y es que no es fácil ser solista y tocar en Los Decadentes. “Hice un primer intento hace un par de años, la banda fue casi siempre la misma, siempre estuvo mi hermano, siempre estuvo el Vampa como bajista. La novedad ahora es que está Lauti. (Lautaro Demarco, su hijo adolescente, que lo acompaña en coros.) Ellos siempre me esperan, porque la verdad es que yo en general cuando ensayo siempre les digo: “‘Hoy ensayemos pero no sé cuándo voy a volver a poder ensayar de nuevo’. La verdad es que cuando vuelvo de una gira con Los Decadentes siempre llego sin ganas porque estoy muy cansado. Y ahora me estoy cuidando más, incluso, cuando viajo descanso más: capaz que llego a mi casa y cuando no hago nada, realmente no hago nada. Ahora estoy logrando llegar de grabar y no quedarme enroscado con los arreglos. Y para eso me ayuda mucho tener productores”.
Demarco tiene tres productores, cuatro si se cuenta la dupla Martín “La Mosca” Lorenzo y Mariano Franceschelli, percusión y batería de LAD: “Estoy trabajando con Juan Absatz, guitarrista, tecladista y corista de Fito Páez, que ya produjo ‘Pendeviejo’ y ‘Angel y demonio’, dos temas de los Decadentes y que me gustó mucho su forma de trabajar, es muy buen arreglador y buen músico. Y también hay dos temas de un pibe que se llama Diego Serrano, que es un chico de la zona sur. Está bueno porque si un productor produce todos los temas capaz que con algún tema se le escapa un poco la tortuga. Y hay cinco temas que quizá tengan más familiaridad con los Decadentes, así que ésos los van a hacer ellos. Me gusta mucho la repartija. Ya me siento feliz de poder estar dándole forma a algo que no lo tenía y saber que hay gente que va a poder escuchar las canciones”.
Y es que la sorpresa no es la calidad de sus canciones, sino, justamente, que estas canciones hayan quedado afuera de los discos de Los Auténticos Decadentes. El talento melódico y la gracia rítmica del piloto que ahora está subiendo a la autopista ameritaban una colección con canciones suyas. “Generalmente, en la banda terminan entrando canciones románticas, porque se ve que es lo que mejor me queda. Pero no es que haga eso solo, hago otras cosas. En general, uno trata de hacer canciones que no tengan nada que ver con el amor, ¿no? Pero a mí me sale eso, no es que lo defienda, porque es como que ya está todo dicho. Creo que el tema al final es cómo mezclás los ingredientes, que son siempre los mismos. Y la verdad es que cuando quiero hacer otra cosa me queda feo. Si hablo de la sociedad o si quiero hacer algo medio social, viene mi mujer y me dice ‘no seas pelotudo’ (risas). Me parece que me queda feo eso a mí.”
Por supuesto que no se puede soslayar la influencia que ejerce sobre Demarco su experiencia con los Decadentes, una banda que tiene, además del propio Demarco, a un genio de la canción popular como es Jorge Serrano: “Jorge me dio la certeza, al verlo componer a él, de que yo también podía hacerlo. Siempre tuve bastante buen oído, y cantaba y tocaba la guitarra. De hecho, creo que al cantar y tocar la guitarra en cualquier momento se te puede ocurrir algo, te puede salir. Pero verlo a él componer y estar en una banda en la que todo era virgen fue un estímulo importante”. Demarco recuerda que a la noche, a la hora de irse a dormir, se “ponía con el mate y las galletitas, escuchaba cumbia colombiana, cumbia ecuatoriana”. “Era divertido hacer canciones, grabarlas. Y es también medio de vago componer en general. Es como que no estás estudiando, sino que entrás desde otro lugar.” Ya en Supersónico (1991), segundo disco de Los Auténticos Decadentes, Demarco empezó a aligerar la presión compositiva a Serrano con tres temazos como “Se va como la vida”, “Paseando por Temperley” y “Ya me da igual”, que muy pronto fue adoptado por casi todas las hinchadas del fútbol argentino: “En realidad, lo que pasó es que vino la hinchada de Boca a ver un show nuestro, creo que en el Teatro Astros, y estaba el Abuelo. Y ahí empezaron a sacar el tema”. Si el destino de muchas canciones deLAD es el anonimato (sea porque los cante un niño o una hinchada, que para el caso es lo mismo), es sintomático o ejemplar que Demarco señale como principal “inspiración” para arrancar a componer “un cassette de cumbia que trajo el padre del Francés (Gastón Bernardou, percusionista del combo) de Ecuador. No eran conocidos esos artistas, pero entonces hice ‘Se va como la vida’. Y no paré nunca más”.
Mientras el auto conducido por Demarco entra en la ciudad, el viaje se vuelve temporal y el músico se acuerda de las poesías de su abuelo. “El me hacía cantar tangos, era un tipo humilde que no había terminado el secundario, pero usaba el diccionario para escribir y metía unas palabras rarísimas. A mí, la música melódica italiana me pegó de muy chico. Esas son cosas que están todas metidas en tu inconsciente, son cosas que después vos vas incorporando en las canciones. Aunque claro, tuve una época que escuchaba sólo a Los Rolling Stones y mi época Sex Pistols, Bob Marley.” Demarco recuerda a Puñalada Correntina, su banda punk anterior a los Decadentes, pero mientras busca el GPS para ver dónde queda la calle Uriarte, todos los caminos nos llevan a ese milagro argentino que son Los Auténticos De-ca-den-tes. La pregunta surge inevitable: ¿Hay algo que Demarco pudo hacer que no podía hacer en el seno del grupo? “Si hay una banda abierta musicalmente y también en lo operativo, son los Decadentes. Lo único que tiene que pasar es que le guste el tema a la banda, porque somos una democracia. Y a nivel operativo también, porque que yo pueda hacer mi disco solista y me apoyen la banda es genial.”
En su rol de chofer, al mejor estilo taxista o remisero, Demarco termina confesando sus cuitas: “Siento que tengo dos deudas en la vida y que ahora estoy tratando de cumplirlas. La primera es la parte física, hacer deporte, que era algo que de chico hacía y con los Decadentes abandoné. Antes jugaba al fútbol y al tenis, así que ahora estoy haciendo ejercicios medio militares, saltos de rana, esas cosas. Y la otra es tocar mejor la guitarra, estudiar más. Tengo la esperanza de que voy a poder hacerlo, siento que va a pasar”. Como todos saben, parte de la divinidad de los Decadentes siempre provino de su autenticidad. Hay cosas que no se pierden: siempre es preferible chocar en el auto de uno, pero la llegada al destino marca el final de la entrevista, mientras Demarco estaciona su auto: “En realidad, a mí me gusta no hacer nada. Y si bien lo estoy disfrutando, también estoy esperando a que se termine todo esto. Hay que buscar el equilibrio. Tampoco se puede no hacer nada todo el día porque te volvés loco, pero si entras en una vorágine de hacer cosas sin parar capaz que terminás mirando mucho para afuera. El secreto es que disfrutes de cada cosa”.
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