Sábado, 25 de enero de 2014 | Hoy
MUSICA › EMPIEZA ESTA NOCHE LA 54ª EDICION DEL FESTIVAL NACIONAL DE COSQUIN
Hasta el domingo 2 de febrero, el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina recibirá a una inmensa cantidad de artistas. Pero se sabe que Cosquín es mucho más que eso. Este año, entre otras actividades, habrá un homenaje a Eduardo Falú.
Por Sergio Sánchez
Dicen los que saben que asistir al Festival de Cosquín es como viajar a una dimensión paralela. Durante nueve noches (o lunas), la ciudad ubicada en el Valle de Punilla se colmará de visitantes de todo el país que no sólo podrán disfrutar de una grilla nutrida de músicos, sino que también tendrán al alcance una amplia gama de actividades culturales y artísticas. Esta vez, la 54ª edición del Festival Nacional de Cosquín, que comenzará hoy y se extenderá hasta el domingo 2 de febrero, reunirá en el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina a León Gieco, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Dúo Coplanacu, Juan Falú, Bruno Arias, Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo, Soledad, Luciano Pereyra, Antonio Tarragó Ros, Orozco-Barrientos, Abel Pintos, Arbolito y una lista que parece interminable. El festival mayor del folklore cobijará una vez más a delegaciones de todas las provincias. Y hasta Japón, Colombia, Cuba, Chile y España traerán representantes.
La tradición y la renovación se entrecruzarán en cada jornada. De la frescura de Paola Bernal o el trío Aymama a la experiencia del correntino Mario Bofill. De la guitarra urgente del misionero Joselo Schuap a la festividad del Chaqueño Palavecino. De la experimentación de Franco Luciani a la tradición de Los Manseros Santiagueños. Uno de los hechos destacados será la despedida de Luis Landriscina de Cosquín, quien se presentará el sábado 1º junto con la delegación de Chaco y festejará los 50 años de su primera actuación en el festival, allá por 1964. En tanto, el jueves 30 se celebrarán los 50 años de la Misa Criolla, con Opus 4 y Coros.
La noche inaugural tendrá como uno de sus protagonistas al jujeño Bruno Arias, quien fue elegido consagración en la edición 2013. “Es como un antes y un después”, apunta Arias. “Ahora siento que no tengo que estar rindiendo un examen como en los años anteriores. La consagración trajo calma. Ya no voy a tener la presión que sentía para hacer un buen papel en el poco tiempo que me daban y ganarme un lugar. La consagración hará que el espectáculo salga más relajado. No tendré que demostrar al público quién soy, sino proponer lo que soy.” El jujeño nacido en El Carmen promete un show con “mucho despliegue” y que represente a toda la provincia. Por eso, llevará al escenario a 50 bailarines de La Quiaca y de Humahuaca y delegaciones de danza de la provincia norteña. “He creado la primera delegación de músicos maymareños y tilcareños, changos jóvenes que nunca han subido a Cosquín. Vamos a hacer ritmos tradicionales, como carnavalitos y anateadas.”
Nuevamente, Marcelo Simón será el maestro de ceremonia (que cada día tendrá la introducción del Himno a Cosquín y el Ballet Camin) y la locución estará a cargo de Maia Sasovsky, Marcelo Iribarne y Claudio Juárez, el único de la ciudad serrana. Otro de los platos fuertes del festival será el homenaje que Juan Falú, junto con Liliana Herrero, Marcelo Chiodi y Liliana Saba le harán a Eduardo Falú, fallecido en agosto pasado. “El escenario de Cosquín se ha llenado de significado con la presencia de Eduardo durante mucho tiempo”, resalta Juan Falú. Y explica: “Como Eduardo tiene una parte tan importante de obras instrumentales como de canción, aunque las canciones tuvieron más trascendencia popular, se me ocurrió invitar a Liliana Herrero, con quien había grabado un disco sobre Falú-Dávalos, para recrear algunos de esos temas. Y también me interesaba que estuvieran Saba y Chiodi”. La idea, dice, es “recordar a uno de los artistas más grandes de la historia de la música argentina”. Falú adelanta que el miércoles interpretarán “La milonga del alucinado”, “Tonada del viejo amor”, “Trago de sombra”, “Las golondrinas”, “No te puedo olvidar”, “La vidala del nombrador” y otras. “Eduardo Falú representa un período en el que se veneraba al solista, una categoría muy trascendente de nuestro folklore”, destaca. “Es una manera de homenajear al propio Cosquín, que tuvo esos momentos”, concluye.
“Cosquín es un templo de la música popular. Es uno de los festivales más grandes que tiene el país y, sobre todo, tiene difusión latinoamericana”, enfatiza Bruno Arias. Y suma: “Además, Cosquín tiene muchos mundos, el de las peñas, el de los espectáculos callejeros, el mundo más under”. Y se refiere también al Encuentro de Poetas con la Gente, la feria de artesanías, el Congreso del Hombre Argentino, entre otras actividades (ver aparte). Desde los pagos de Arias también llegarán al escenario mayor el lunes 27 la propuesta musical Yo Soy La Tierra, encabezada por los cantautores jujeños José Simón, Carolina Escobar, Nando Díaz y Fabián Kindgard. Se trata de un espectáculo conceptual que cuenta con múltiples voces y lenguajes artísticos.
Roberto Cantos, del Dúo Coplanacu, coincide con la idea de que Cosquín es un “evento multifacético en el que se reúne gente de todo el país, más allá del encuentro folklórico en sí mismo. Es un centro de la identidad y una verdadera fiesta popular”. El Dúo Coplanacu, que se presentará el miércoles, tuvo hasta hace un par de años una peña emblemática en Cosquín. “Antes las fronteras entre los géneros estaban más marcadas, pero hoy los límites son más difusos”, apunta Cantos, acerca de la apertura artística que mostró el festival en la última década. “En todo caso, se abrió la cabeza de la gente. Y al festival no le queda otra que incorporar lo que pasa en la cultura. La pureza no es ajustarse a la forma del género, la pureza viene de mucho más adentro.”
En este sentido, Ezequiel Jusid, de Arbolito, que tocará el martes, confiesa que ya no se sienten “bichos raros” en los festivales de folklore. “Con el tiempo nos empezaron a invitar a otros festivales y nos sentimos muy cómodos en todos lados. La identidad de la banda ya es conocida.”, dice el vocalista. Y recuerda: “El folklore se caracterizaba por ser muy conservador, cosa que fue cambiando con las nuevas generaciones. Pero ahora el rock está más conservador que el folklore. En los festivales de rock tocan siempre las mismas bandas y no hay tanta renovación. Quizá tiene que ver con el mercado. El folklore hoy tiene una apertura muy linda. Hay muchas bandas que fusionan ritmos y no existen tantos prejuicios”.
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