Juan Formell, el fundador y director de la legendaria orquesta cubana Los Van Van, falleció el jueves pasado en La Habana, a los 71 años. Director, bajista, arreglador, compositor, cantante y productor discográfico, el músico cubano había estado al frente de esta orquesta que durante más de cuatro décadas marcó con sello propio a la música cubana. Sus cenizas fueron expuestas en el lobby del Teatro Nacional de Cuba durante toda la tarde de ayer, y miles de cubanos pasaron a rendirle un último homenaje.

Formell había nacido en La Habana el 2 de agosto de 1942 y se había iniciado como profesional en 1957, a los 15 años, como músico de orquestas de cabaret, radio y televisión. En 1959, tras el triunfo de la Revolución Cubana, trabajó como bajista de la banda de la Policía Nacional Revolucionaria. Desde la Orquesta Revé hasta la que llamaba su “casa”, Los Van Van, que este año están celebrando sus 45 años de existencia, Formell como músico recorrió todos los géneros de la isla, transformándose en una de las figuras más importantes de la cultura musical cubana de los siglos XX y XXI.

A fines de 1969, Formell formó Los Van Van, que dirigió desde entonces. La orquesta ganó fama internacional y llegó a grabar 25 discos. Además, fue Premio Nacional de Música, la distinción más importante de Cuba en este arte. Como compositor, en la memoria musical de los cubanos, de Latinoamérica y del mundo todo, Formell dejó temas emblemáticos como “Te traigo”, “Chirrín chirrán”, “Llegué, llegué”, “Que no, que no”, “El baile del buey cansao”, “Por encima del nivel”, “La Habana no aguanta más”, “Anda ven y muévete”, “Artesanos del espacio”, “La titimanía” y “El negro no tiene ná”, entre muchas otras. En estos temas supo plasmar la sabiduría popular en la música bailable cubana contemporánea, y el modelo de Los Van Van fue tomado por otras agrupaciones musicales en Cuba y en el mundo.

“A mí me gustan muchas músicas distintas, pero cuando se trata de escribir para Van Van lo fundamental es que la gente baile”, explicaba Formell en una entrevista con Página/12. “Puedes cantar ‘La Internacional’, pero si la gente la baila. Aquí, si el público no mueve el culo, la orquesta desaparece al día siguiente.” De esa redonda convicción bailable está hecha sin dudas la música que dejó Formell con Los Van Van. Un explosivo cóctel de timba que se despega de la salsa más light que es presentada como “latina”. Compleja armónicamente, rica tímbricamente, ejecutada con maestría, y dirigida por Formell, la música de Los Van Van representó siempre algo así como el ADN cubano que se puede compartir festivamente. Y si en ese ADN cubano la salsa es una parte central de su conformación, con Juan Formell se va, seguramente, una parte constitutiva de la identidad de la isla.