MUSICA › EL DEBUT DE LA ORQUESTA JUVENIL DEL SUR
“Dicen que estamos todo el día al pedo y acá se ve que no”
La agrupación está formada por adolescentes que viven en los barrios más pobres de la ciudad. Hoy tienen su primer show público.
› Por Oscar Ranzani
Un grupo de adolescentes acomoda los violines y los violoncellos dispuesto a empezar la rutina. “¡Dirigís mal!”, le bromea Cristina a Mario. De paso, la joven aprovecha y agarra la batuta. “¡El compás 12!”, grita Cristina ante la mirada atenta de la profesora. Mientras tanto, en la otra punta del salón otra docente le afina el violín a Santiago, y Brenda aprovecha que la clase todavía no comenzó para practicar los acordes de la canción de Titanic junto a María Luz. “Chicos, busquen All my loving”, solicita la profesora. De repente, todos hacen un silencio sepulcral en la sala y el preparador orquestal, Fernando Gordo, los convoca: “Empezamos primero con los violines sin los cellos”, propone. Después los cellos se acoplan y, entonces, una melodía colectiva invade la sala del Centro Cultural Sur. La escena se repite desde hace más de un año durante los ensayos de la Orquesta Juvenil del Sur, una agrupación musical surgida hace poco más de un año, que está conformada por cincuenta adolescentes de 13 a 19 años residentes en zonas socialmente vulnerables. Estos chicos concretarán hoy a las 16 su sueño: harán su primera presentación pública en la iglesia Nuestra Señora de Caacupé (Osvaldo Cruz 3470), de la Villa 21/24. El repertorio incluirá música popular y clásica. La Orquesta Juvenil del Sur se gestó el 12 de agosto de 2004 y forma parte del programa “Orquestas Juveniles” de la Secretaría de Cultura de la Ciudad. Se trata de un proyecto comunitario cuyo objetivo básico es estimular la cultura musical y la capacidad creativa de jóvenes que viven en zonas socialmente vulnerables y que, a través de la expresión, encuentran un ámbito de inclusión social.
Cristina tiene diecisiete años, estudia para bachiller, toca el violoncello y vive en la Villa 21. “Somos chicos más o menos de la misma edad; generalmente se dice que estamos todo el día al pedo y acá se ve que no”, afirma. Su vecina Carla (de la misma edad), es una petisita simpática que prefirió la flauta traversa. “Era el único instrumento que sobraba”, bromea. Después aclara que “había escuchado algunas canciones con flauta y me gustó.” Su compañero Martín, que ejecuta el violoncello, estudió piano a los seis años. “En realidad, vine acá a estudiar violín pero escuché el sonido y me impactó más el violoncello”, explica. Además del placer de tocar públicamente, la Orquesta buscará hoy que sus acordes resuenen en los oídos indiferentes.