MUSICA › DANIEL BARENBOIM, ANTES DEL FESTIVAL QUE LLEVA SU NOMBRE
El notable músico y director, que a partir del domingo dará una serie de conciertos con Martha Argerich, Les Luthiers y la Orquesta West-Eastern Divan, volvió a fijar posición sobre el conflicto en Medio Oriente y dijo que “la música no está viviendo en una torre de marfil”.
El maestro y director de orquesta Daniel Barenboim resaltó que la “Argentina es el único país del mundo donde uno puede ser polaco, judío, todo lo que sea, y ser argentino, y no hay una contradicción”. Barenboim formuló estas declaraciones en una conferencia de prensa ofrecida en el Teatro Colón, donde se anunció el programa del festival que lleva su nombre y que se desarrollará en ese escenario desde el próximo domingo hasta el martes 12 de agosto. El prestigioso director de orquesta confesó que era “muy consciente de que con la edad crece la nostalgia, pero esto no es una cosa nostálgica porque, con los años y toda la experiencia, me doy cuenta de todo lo que la Argentina me dio desde chico”.
A lo largo de diez días, Barenboim se presentará en diferentes formatos y ofrecerá conciertos donde convivirán el humor de Les Luthiers, el virtuosismo de la pianista Martha Argerich y, por tercera vez en la Argentina, la Orquesta West-Eastern Divan que Barenboim fundó junto al filósofo y teórico musical palestino Edward Said y que está integrada por músicos israelitas y árabes.
Sobre la diversidad cultural que existe en la Argentina, Barenboim opinó que nuestro país “creció, en gran medida, gracias a los inmigrantes que vinieron desde principios del siglo XX. Fue una inmigración económica y no política”. “Los inmigrantes que vienen por su propia voluntad –continuó–, aunque sea por algo tan material como la economía, tienen otra actitud hacia el país y la población los mira de forma diferente que a aquel que viene en busca de refugio. Ese factor dio la posibilidad de una convivencia entre múltiples identidades sin ningún problema.”
En la misma línea, manifestó cuando “empezamos con todo el proyecto de la orquesta, no me di cuenta de la conexión entre la orquesta y lo que había aprendido subconscientemente en Argentina. No creo que hubiera podido dar el paso y crear este proyecto con mi amigo (Edward Said) si no hubiese tenido la preparación psicológica para hacerlo”.
Sobre el conflicto de Medio Oriente que atraviesa la formación de su Orquesta West-Eastern Divan, Barenboim expresó que Israel “está en una situación en la que uno no se puede sentir bien y, para mí, personalmente, es algo absolutamente inaceptable”. Junto a Barenboim se encontraba Miriam Said, viuda del filósofo y crítico literario palestino, quien señaló que el mensaje de la orquesta, “es el humanismo en que mi marido creía y el que hace a la resistencia misma. Este mensaje nos permite tener la fuerza posible para combatir las grandes injusticias que están sucediendo”.
Por su parte, Barenboim se explayó sobre el conflicto en Medio Oriente: “Dejando de lado la moral y pensando en la estrategia, todas las guerras un día terminan, ya sea bien, mal, con o sin compromiso, pero con más de mil muertos en Gaza, la mayoría civiles y más del 50 por ciento niños, el odio que se está distribuyendo a gente tan joven, a chicos, no lo va a poder parar ningún proceso de negociación política y se impedirá la creación de un futuro mejor”.
“La West-Eastern Divan Orquesta está en una situación de enorme sensibilidad con la guerra. Hay parientes de músicos de ambas partes que se están matando, y a pesar de esa guerra tan cruel y espantosa no hay un músico ni árabe ni israelí que haya anulado su participación. Eso en cierto modo es un gran gesto también hacia la Argentina”, explicó sobre la situación emocional de los integrantes del nucleamiento musical que formó.
El Festival Barenboim será inaugurado el próximo domingo por la Orquesta West-Eastern Divan, que interpretará piezas de Maurice Ravel, y la pianista Martha Argerich que recreará Concierto para piano y orquesta No. 1 en Do mayor, Op 15, a las 17. El lunes, a las 20, la orquesta hará, junto a las voces internacionales Peter Seiffert, Waltraud Meier, Ekaterina Gubanova y René Pape, un repertorio que contempla los tres actos de la ópera Tristán e Isolda, de Richard Wagner, y se repetirá el miércoles 6 y martes 12, a las 20, y el domingo 10, a las 17. Por su parte, el miércoles 5, a las 20, Barenboim y Martha Argerich interpretarán, a dúo de pianos, piezas de Wolfgang Mozart, Igor Stravinski y Franz Schubert.
Sobre su presentación junto a Argerich, junto a quien conforman a los dos máximos representantes argentinos en la música clásica, Barenboim señaló que “es alguien a quien admiro hace muchos años, porque no hay nadie en el mundo que toque el piano tan bien como ella, y me incluyo en la lista, pero encuentro que en los últimos años adquirió una dimensión artística, musical, que en cada ocasión que tocamos es una felicidad enorme”. El sábado 9, Argerich, Barenboim y Les Luthiers, por primera vez juntos y compartiendo el escenario, recrearán La historia del soldado, de Stravinski, y El carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns.
Barenboim subrayó además que la música “no está viviendo en una torre de marfil que no tiene nada que ver con la vida. La música es una parte orgánica de la sociedad o, mejor dicho, debería serlo”. “El hecho de que haya tanta gente y tanto interés, como demuestra el público, es aún más interesante cuando se piensa que en las escuelas no se estudia música y eso es justamente lo que convirtió a la música en una torre de marfil”, señaló.
Con el objetivo de trasladar la cultura hacia el sur, en esta oportunidad Barenboim ofrecerá el domingo 10, a las 11, un concierto gratuito junto a su Orquesta West-Eastern Divan en Puente Alsina.
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