Sáb 15.11.2014
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MUSICA › GRUPO LA TRANQUERA, SONIDOS LATINOAMERICANOS EN CLAVE DE FUSION

“Nuestra propuesta siempre es sumar”

El quinteto está formado por porteños con ancestros provincianos, de ahí que a la hora de elegir su rumbo hayan optado por la música popular. Hoy estrenarán su canción “Estrella que deja Estela”, dedicada a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

› Por Cristian Vitale

Se hacen llamar GLT, como una forma llana de reducir la completud: Grupo La Tranquera. Lo forman músicos de cuerpos porteños y sangres provincianas. Lili Isaguirre, quien lo fundó allá por 1997, nació en Palermo, pero su madre es una puntana trasplantada al adoquín. Kochy Guchea, guitarrista, arreglador y cofundador, es hijo de tucumanos; Pacha Mendes, otro guitarrista, responde a genes patagónicos, y Nacho Piana, percusionista y baterista, lleva el tango en las entrañas: es el nieto de Sebastián Piana. Los cuatro, más Hernán Prado, bajista con familia de músicos de cámara, conforman este grupo de música latinoamericana y popular, que se desnuda a través de sus alquimias. “Nos dimos cuenta de que la música une a todos los pueblos de Latinoamérica y en cada pago hacen sobresalir sus particularidades. Pero musicalmente, la escala pentatónica existe y se pronuncia tanto en nuestras coplas o vidalas chayeras, como en un blues”, enmarca Isaguirre y no suena raro, tras sus palabras, que las obras confirmen la impronta.

“Zamba para Buenos Aires”, por caso. “Es la síntesis de lo que sentimos porque, hasta el momento que la compusimos, no conocíamos una zamba destinada a esta hermosa y enloquecida ciudad. Ninguna zamba describía el adoquín, Retiro, el Obelisco, La Boca, la vida de Buenos Aires. Por eso hicimos una zamba que, como dice la letra, es mezcla de rock y tango, es chacarera y malambo”, describe la cantora, sobre la pieza en la que intervienen Musha y Carlos Carabajal, nada menos. Bajo tales vectores estéticos, entonces, GLT prepara una nueva presentación, hoy a las 20.30, en el Colegio Madre del Divino Pastor (Tratado del Pilar 250, Pilar), bajo el convite de Palabras del Alma, biblioteca popular que devolvió una donación de una empresa vinculada a los fondos buitre. “Nuestra propuesta siempre quiso sumar. Estamos absolutamente convencidos de que, como trabajadores de la cultura, es necesario mostrar el trabajo que se viene llevando adelante en cada uno de estos espacios culturales. Nuestra rutina artística no exige ni sábanas rasadas ni bebidas especiales ni extravagancias. No nos desvelan alfombras rojas o demasiadas luminarias... Pueden ser peligrosas porque encandilan”, se planta la cantante, en sintonía con el contexto.

Uno propicio para mostrar en público, entre otras cosas, un estreno nodal dedicado a Estela de Carlotto y su nieto Ignacio Guido: “Estrella que deja Estela”. “El tema surgió de la conmoción y alegría que nos produjo el recuperar como pueblo a Ignacio Guido junto a Estela, y lo llamamos “chaca-rrara, porque el tema fusiona el tres por cuatro o el seis por ocho propios de la chacarera, con el cinco por cuatro del jazz y un poco de swing. En realidad, la búsqueda de incorporar esta rítmica fue proponer algo similar a lo que Ignacio Guido produce con su propuesta musical. Y nuestro desafío fue lograr que esta chacarera no rompa con la estructura que tiene esta danza. Es, en definitiva, una chacarera rara... una chaca-rrara, que se inserta en nuestra manera de entender la música. Como dije antes, somos porteños pero hijos de provincianos, y nuestras chacareras, zambas, bailecitos y carnavalitos están inun-dados del rock que escuchamos desde chicos. No sólo tiene que ver con un aggiornamiento de los timbres, sino también con el concepto musical”, desarrolla Isaguirre, que también toca ukelele.

La tendencia a la fusión de GLT se despliega en otras piezas clave. Por caso, la versión de “Entre a mi pago sin golpear”, la chacarera doble de Carlos Carabajal y Pablo Raúl Trullenque, que los GLT suelen recrear con riffs casi heavies; “Vidala del monte”, la gema norteña que Gieco y Santaolalla versionaron en De Ushuaia a La Quiaca, y que el quinteto lleva desde una intro minimal y acorde a su versión original (caja vidalera y voz) hasta un blues rabioso; o la mismísima “Marcha peronista”, que el grupo paseó por Uruguay, Brasil y Venezuela, en clave de música latinoamericana. “Conocemos varias versiones de la marcha: la de jazz, la folklórica, la tanguera, la de cumbia y otras. Pero quisimos sumar una nueva versión que incorporara los ritmos de la Patria Grande. Le pusimos algo de murga y candombe rioplatense, algo de chaya y carnavalito, algo de son y merengue. Y la verdad es que en cada escenario que nos toca compartirla, la gente –peronistas y no peronistas– se pone a cantarla o bailarla. La verdad, acá no sentimos la ‘grieta’. Por otro lado, nos encanta reconocernos afiliados y militantes de un proyecto político. Venimos trabajando y compartiendo en los barrios obreros, villas, cárceles del Servicio Penitenciario hace muchos años”, sostiene Isaguirre, también conductora de un programa en Radio Nacional.

GLT cuenta con un disco publicado a la fecha (Grito de Chacarera), poblado de varios temas nacidos a la luz de la crisis de principios de siglo. Entre ellos “Escondido del trabajo” y “BNI, Bailecito Nacional de Identidad”, que el compositor Kochy concibió como bailecito norteño, tomando nota de las prédicas del entonces padre Bergoglio. “La verdad es que, cuando se armó el tema, nunca pensamos que el autor intelectual de la letra se iba a convertir en papa Francisco”, se ríe la cantora. “Kochy siempre cuenta que antes de editar el disco le llevó la letra y un demo al entonces padre Jorge Bergoglio para que nos autorizara a ponerla en el disco y él le dijo ‘vamos para adelante; el trabajo lo hicieron ustedes’. Increíble”, finaliza Isaguirre, a punto de expresar lo dicho en acto, una vez más.

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